viernes, febrero 7, 2025
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Violeta Parra: ¿Un himno a lo bello o una sutil despedida?

El 4 de octubre se conmemora un nuevo natalicio de la artista, compositora y cantante chilena Violeta Parra. VOZ la recuerda como la luchadora imprescindible y revolucionaria

Sebastián Salazar
@MonsalveSalaza6

Todos llevamos en nuestro corazón a la Violeta Parra, cantora, a la poeta y pintora, a la recolectora de canciones, a la luchadora e imprescindible, la mujer que como dice Silvio Rodríguez es todo un fenómeno, la gran compositora y revolucionaria.

Es tan grande su legado y su aporte al mundo, es tan imparable la fuerza que nos transmitió, son tan largos los ecos de su voz, es tan inspiradora su música y sus letras que construyo toda una nueva forma de la canción, como nos decía el también enorme Víctor Jara, “ella marco el camino y nosotros lo seguimos”.

Su recuerdo es tan inmenso que pensarla siempre dará aliento a cualquier fatigado corazón, pero nos olvidamos de la Violeta mujer, de la persona, de un ser que también es presa en un mar de penas, dolores, de cansancios y frustraciones. Así lo expresaban sus más cercanos: “Violeta estaba enferma de tristeza”.

“Gracias a la vida que me ha dado tanto”, esas eran las palabras con las que hizo cantar a todo un continente, llenándonos a todos con paz, con amor, pero sobretodo con mucho agradecimiento por los detalles simples de la vida, esos sucesos que parecen pequeños pero que le dan un gran significado a la difícil tarea que es vivir.

Las últimas composiciones

Con este himno de esperanza encabezó el álbum de 1966 llamado Las últimas composiciones, la canción en donde la escuchábamos cantar gracias a la vida, gracias que me ha dado tanto, y tras dejar ese legado en nuestros corazones unos meses más tarde decidió quitarse la vida el 5 de febrero de 1967 con un disparo en la sien.

Este suceso tuvo lugar en su palacio, en su fortaleza, en el lugar donde daba rienda suelta a su libertad, a su creatividad y a su ser, en ese lugar llamado La Carpa de la Reina, un nombre realmente digno de ella y su trabajo.

Y es imposible no hacerse la pregunta, ¿sus últimos versos son un agradecimiento? ¿una reconciliación? ¿una despedida?  ¿desde el momento en que escribió “las últimas canciones” ya sabía que acabaría con su existencia? ¿Por qué alguien agradecido con la vida terminaría con ella?

La verdad es difícil responder, escuchando sus canciones y leyendo sus cartas sabemos que sus relaciones románticas no eran su mayor dolor, era una impotencia que se extendía por no poder ver a su Chile y a un contiene libre de la opresión y la miseria.

Lo que si podemos decir con total certeza, es que, a través de su gran legado artístico, nos expresó sus más íntimos deseos de ver a un mundo con justicia, con paz para los pueblos, con una sociedad unida por el amor.

En la conmemoración de la fecha de su nacimiento queremos decirle, en donde quiera que se encuentre su maravillo ser, que sigue siendo un pilar enorme que sostiene esos sueños de libertad, de justicia y democracia.

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