Los resultados de las principales variables económicas indican que el país entra en una etapa sostenida de reactivación y crecimiento, gracias a las medidas acertadas implementadas por el Gobierno de Petro
Iván Posada P.
Con base en los datos del DANE, sobre el comportamiento de la economía hasta el tercer trimestre de este año, presentamos a nuestros lectores una proyección del desempeño económico al finalizar 2024 y las perspectivas para el próximo año.
Los sectores económicos
La agricultura creció un 10,7%, dentro del cual la producción de café aportó gran parte de este, con una producción de 3,3 millones de sacos y para el consolidado de 2024 se espera que alcance los 15 millones. Además, el precio internacional del grano está al alza, lo que beneficia a unas 500 mil familias cafeteras. Otros productos, con buena demanda en el exterior, fueron el banano y el aguacate, lo que al final redunda en beneficio de la economía del sector. La pesca y la acuicultura crecieron 18,2% y 5,9%, respectivamente, y la ganadería 5,9%.
Es decir, todas las actividades del agro aumentaron su producción aportando en un 1,1% al total del PIB durante el período mencionado. De hecho, fue el sector que más impulsó el crecimiento en dicho período. Entre las principales causas de este resultado positivo se encuentran la compra de cosechas a los productores directos, la reducción de los precios de los insumos importados, fertilizantes y abonos.
Industria y manufactura
Esta actividad, que históricamente ha sido la locomotora que jalonaba los otros sectores, por su aporte al total del PIB y por el volumen y calificación de la mano de obra ocupada, ha experimentado un decrecimiento desde 2023. Durante el presente año, con corte al III trimestre, registró una caída del -1,3%, lo que ha llevado a una disminución del -0,7% en el empleo de la mano de obra. En respuesta a esta situación, la actual administración ha diseñado un plan de reindustrialización con el objetivo de recuperar el liderazgo de sector en el crecimiento económico.
Construcción
Una actividad estratégica que, en 2023, estuvo estancada en cuanto a mano de obra ocupada y venta de nuevas viviendas; este año presenta una reactivación importante, ya lleva tres trimestres continuos en reactivación, aportando al PIB total 4,3% y generando 1,6 millones de empleos directos y alrededor de cuatro millones indirectos.
En la esfera de los servicios, el turismo presenta cifras interesantes por el aporte al PIB y por la mano de obra ocupada. En 2023, aportó 2,3% al crecimiento total y ocupó alrededor de 800.000 personas. Durante 2024, la tendencia al crecimiento de este sector se mantiene.
En total, la economía en este último trimestre creció 2%, lo que permite pronosticar un crecimiento de 1,8% para 2024, mucho mayor en comparación con 2023 (0,6%) y para 2025 la proyección es que sea de 3%, con miras a alcanzar los niveles de prepandemia, es decir, entre tres y cuatro por ciento. El Pacto por el Crédito, parte de la política para la reactivación, ya comienza a mostrar resultados medibles con desembolsos en septiembre de este año por valor de 10,6 billones de pesos a sectores priorizados.
Los indicadores macro
Entre enero y octubre de este año, según el DANE, el desempleo se redujo de 12,7% a 9,1%. En cifras, se generaron 311.000 nuevos empleos y el total de ocupados se ubicó en 23,3 millones. Por sectores, los que más recuperaron puestos de trabajo fueron la industria, con 275.000 nuevos puestos de trabajo, y el comercio, 289.000.
La informalidad
Se mantiene alrededor del 55,6%, según el DANE, con una leve disminución con relación a 2023 (59,3%). En las 13 principales ciudades del país es menor (41,9%), en tanto en el conjunto de las 23 ciudades medidas fue de 43,1%. Esto quiere decir que más de la mitad de la población trabajadora lo hace en condiciones precarias, con bajos salarios, subutilización de mano de obra calificada, fuera del sistema de seguridad social y que no tributan o lo hacen poco al sistema fiscal.
Inflación y salarios
La inflación a noviembre se ubicó en 5,2% (DANE), el indicador más bajo desde 2021, con tendencia sostenida a la baja. Esto permite estimar que para 2025 alcance la meta fijada por el Banco de la República (entre 2% y 4% para 2025), entidad que ha venido reduciendo la tasa de interés en forma lenta y cautelosa, por lo que diferentes sectores ─entre ellos las centrales obreras─ han insistido para que se reduzcan aún más dichas tasas, como mecanismo para reactivar la inversión y, por ende, la reactivación de todos los sectores económicos.
Como se sabe, la inflación es el principal indicador para establecer el incremento del salario mínimo, pues se trata de recuperar, con este incremento, el poder adquisitivo perdido a causa del aumento de los precios de los bienes y servicios incluidos en la canasta básica familiar durante el año transcurrido.
De acuerdo con estos resultados de los principales indicadores hasta septiembre de este año, se puede concluir que en 2025 el país entra en una etapa de estabilización macroeconómica que se puede resumir en disminución del desempleo, de la inflación y de las tasas de interés, lo que se traduce en mayor inversión y crecimiento.
Los retos para 2025
La deuda externa que representa cerca del 20% del PIB, que le resta billonarios recursos a la inversión y al gasto social; el hundimiento de la ley de financiamiento y, en consecuencia, la desfinanciación del presupuesto para 2025 y el bajo recaudo fiscal en 2024, son algunas de las dificultades que debe enfrentar el actual Gobierno el año entrante.
Los signos de recuperación económica se sienten en varios sectores. Sin embargo, se requiere una política sostenida de subsidios para la vivienda VIS. De no ser así, se perderán miles de empleos en el sector de la construcción.