La Liga Femenina Colombiana y los errores de la Dimayor

La falta de recursos, el acoso sexual y la discriminación de género son barreras importantes en el fútbol femenino en Colombia. Varias investigaciones en proceso demuestran los errores de la dirección, incluyendo las gestiones respecto a la organización del mundial sub-20 que se llevará a cabo este año

Anna Margoliner
@marxoliner

Una vez más el fútbol femenino colombiano se ha visto empañado por las malas gestiones de la Dimayor. Tras una larga espera, después de terminada la fase de todos contra todos, se jugó la final de la liga entre Independiente Santa Fe y el Deportivo Cali, donde las azucareras obtuvieron su segunda estrella. Precisamente, este lapso de tiempo es síntoma de todos los obstáculos a los cuales se sigue enfrentando la liga femenina colombiana

El torneo comenzó sin los 8000 millones de pesos prometidos por el Gobierno lo que, según algunos medios, fue el factor que afectó su duración y organización desconociendo y ocultando el propio sabotaje que viene desde dentro de la organización; de ese dinero, la Dimayor solo utilizó 4700 millones.

Sobre los recursos

Según una investigación reciente que hizo el medio independiente La Vorágine, el órgano directivo del fútbol profesional colombiano rechazó un patrocinio internacional significativo debido a preocupaciones sobre la intervención del Gobierno y la vigilancia de los recursos, lo cual hace que nos preguntemos, por ejemplo, ¿cuál es el problema de tener vigilancia del Estado sobre los recursos?

Una de las problemáticas más visibles a las cuales se enfrentan las jugadoras de fútbol femenino en Colombia, principalmente debido a la desigualdad de género, son las condiciones salariales precarias, con muchas ganando menos del salario mínimo. Según se sabe, de acuerdo con la investigación mencionada, la inversión extranjera hubiera colaborado a mejorar las condiciones contractuales de las futbolistas, entonces ¿por qué se negó la Dimayor a aceptarlo?

Sumado a esto, la Superintendencia de Industria y Comercio, SIC, ha estado investigando a la Dimayor y a los clubes por presunta cartelización e irregularidades en los contratos de las futbolistas, lo cual implicaría que los clubes se han puesto de acuerdo para ofrecer contratos con términos desfavorables, lo que podría violar las leyes de competencia.

La investigación también examina posibles irregularidades en los contratos de las futbolistas, como cláusulas abusivas o condiciones que no cumplen con las normativas laborales. Esto incluye la falta de contratos formales, salarios bajos y la ausencia de beneficios laborales adecuados.

La SIC está evaluando si las jugadoras han sido discriminadas en comparación con sus contrapartes masculinas. Esto incluye diferencias en salarios, condiciones de entrenamiento, instalaciones y apoyo general por parte de los clubes y la federación. Esta situación ha generado incertidumbre y preocupación entre las jugadoras y los equipos.

Este tipo de escenarios no ocurre únicamente en el país, la problemática de la discriminación a las jugadoras parece ser de carácter internacional. En varias ocasiones, han recurrido a huelgas para exigir mejores condiciones laborales. Por ejemplo, en España, las árbitras se declararon en huelga en 2022, paralizando el inicio de la liga profesional femenina debido a disputas salariales.

Otro caso reciente en España tuvo que ver con la entrega de medallas en la Supercopa, donde las jugadoras tuvieron que recoger sus medallas de una mesa en lugar de recibirlas en una ceremonia adecuada, lo que fue visto como un trato discriminatorio.

Escenarios y Mundial

La final de la liga también enfrentó cambios de última hora debido a las restricciones impuestas por la FIFA para el uso del estadio El Campín, que está bajo su control por la realización del Mundial Femenino Sub-20. Esto afectó la celebración y premiación del equipo ganador.

Sin embargo, el Mundial Femenino Sub-20 en Colombia también ha enfrentado varios obstáculos en su organización y preparación, algunas sedes han tenido que realizar mejoras significativas en sus instalaciones para cumplir con los estándares de la FIFA. Esto ha incluido renovaciones en los estadios y mejoras en las instalaciones de entrenamiento.

Por otro lado, la coordinación entre las autoridades locales y la FIFA ha enfrentado retrasos administrativos, lo que ha complicado la planificación y ejecución de algunos aspectos del torneo, dentro de las cuales se encuentra, por ejemplo, obtener las aprobaciones y permisos necesarios para las mejoras de infraestructura y otros preparativos que han sido un proceso lento, retrasando las renovaciones y adecuaciones necesarias en los estadios y otras instalaciones.

Igualmente, la asignación y gestión de los recursos financieros y logísticos han enfrentado obstáculos burocráticos, complicando la implementación de los planes del torneo, generando afectaciones en el calendario de preparación y los plazos para completar las mejoras necesarias, originando presión adicional sobre los organizadores para cumplir con los estándares de la FIFA.

Otro reto como garantizar la seguridad de los equipos y los aficionados ha sido una prioridad, especialmente en un contexto de preocupaciones por la seguridad en algunas regiones del país, complicando, igualmente, la logística y el transporte puesto que se necesita coordinar el traslado de equipos, oficiales y aficionados entre las diferentes sedes del torneo.

Estos problemas administrativos han resaltado la necesidad de una mejor planificación y coordinación para garantizar el éxito de eventos deportivos internacionales en el futuro, dejando en examen la ejecución que está teniendo tanto el Ministerio de Deportes como la Dimayor, con respecto a la promoción del país para eventos deportivos de talla internacional a futuro.