Los sectores que impulsan la economía disminuyen su producción y prescinden de mano de obra
Iván Posada P.
En el proceso productivo, los trabajadores toman la materia prima y la transforman en bienes que la población consume para su uso. Es en ese proceso de transformación donde se crea la riqueza, es decir, con el trabajo humano se le incorpora nuevo valor a la materia prima. Los servicios como el transporte, la salud y el turismo no son objetos como tales, pero tienen un costo para quien los utilice y una rentabilidad para quien los vende o presta, por eso, se incluyen en el total de la producción. La suma de bienes y servicios producidos en un período de tiempo determinado, se calcula a través del PIB, Producto Interno Bruto.
En los dos años inmediatamente anteriores, la economía ha venido creciendo menos; en 2022, el 2,2 por ciento; en 2023, descendió hasta 0,6 por ciento y, en el primer trimestre de 2024, 0,7 por ciento (gráfico 1).
Gráfico 1: Evolución del PIB
Balance preliminar
Para el primer trimestre de este año, la agricultura, sector tradicionalmente atrasado, viene repuntando y contribuyó con el 5,5 por ciento al crecimiento del PIB; el empleo generado en el sector público aportó el 5,3 por ciento; entre tanto la manufactura retrocedió -5,9 por ciento; la actividad minera -1,5 por ciento y el comercio -0,8 por ciento.
Con base en lo anterior, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, opina que, a pesar del bajo crecimiento, la economía no está en recesión y que este y el año entrante el crecimiento puede llegar al dos por ciento, para retornar a los niveles de prepandemia, entre tres y cinco por ciento. Un factor que puede contribuir a lograr este objetivo es el descenso sostenido de la tasa de inflación, ya muy próxima a la meta fijada por el Banco de la República, cinco por ciento para finales de 2024. Otro análisis hace José M. Restrepo, exministro de Hacienda, quien afirma que lo que indican los datos es “un profundo estancamiento en materia económica”.
Oscilación del desempleo
El bajo crecimiento en 2023 se reflejó en el aumento del desempleo en los últimos meses de ese año, inclusive hasta enero del presente, cuando llegó a un máximo de 12,7 por ciento. Entre febrero y abril, ya muestra una tendencia a la baja, para ubicarse en 10,6 por ciento en abril, como resultado también del leve crecimiento del PIB en el primer trimestre del año en curso (gráfico 2). Lo anterior demuestra la estrecha relación entre crecimiento y desempleo: si el crecimiento aumenta, disminuye el desempleo y viceversa. Por ejemplo, para abril de 2024, el sector industrial perdió 93.000 empleos como resultado de la disminución de su producción en 5,9 por ciento (DANE).
Gráfico 2:
La reactivación
Los sectores que hoy requieren intervención de choque para su reactivación son vivienda, infraestructura e industria por el peso que tienen dentro de la economía y en la generación de empleo. En vivienda, el gobierno otorgó 50.000 subsidios dentro del proyecto “Mi casa ya” para vivienda de interés social y prioritario. Otra cosa es que ni constructores ni compradores están interesados en invertir y adquirir vivienda por las altas tasas de interés hoy día vigentes. En infraestructura ocurre otro tanto, el sector privado tiene congelada la inversión bajo el pretexto de falta de seguridad, “incertidumbre en el futuro”, etc.
La industria manufacturera
Durante 2023, redujo su producción en -4,9 por ciento y, como consecuencia directa, perdió 135.000 empleos. Esto quiere decir que algunas micro y pequeñas empresas cerraron y otras redujeron el personal ocupado. Hay que tener en cuenta que este sector ocupa el cuarto lugar por el volumen de mano de obra ocupada, el diez por ciento, y, además, ocupa trabajadores altamente calificados como ingenieros, tecnólogos y técnicos, entre otros.
Política de reactivación
El gobierno está apuntando a varias medidas dirigidas hacia este objetivo, una de ellas, reiterados mensajes al Banco de la República para que reduzca la tasa de interés en forma más acelerada. Una segunda es reducir la tasa de impuesto a las empresas al 30 por ciento, pero que, dado el alto déficit fiscal, tendría que compensarlo con el aumento de la tasa impositiva a otros sectores.
Una tercera solución es acelerar la ejecución del Sistema de incentivos crediticios para la economía popular, Creo, porque a la fecha presenta bajo nivel de ejecución. Una cuarta propuesta es incrementar las exportaciones no tradicionales, no obstante, la canasta exportadora colombiana es poco diversificada y, en consecuencia, no es competitiva en el comercio internacional.
Política de Estado
Como medida de fondo, estratégica, no de gobierno, sino de Estado, el Pacto Histórico ha planteado la reindustrialización, incluida en el Plan Nacional de Desarrollo, como política, que requiere por lo menos de 15 a 20 años para implementarla. Implica reconstruir el aparato industrial desmantelado a causa de los tratados de libre comercio y la apertura económica. En el sector agrario significa tecnificar la agricultura, cultivar en grandes extensiones por medio de maquinaria y equipos de alta tecnología, y así, elevar la productividad de la tierra y de la mano de obra para tener una agricultura competitiva a la hora de exportar los excedentes agrícolas. Esta meta es realizable si el Pacto Histórico logra mantenerse en el poder como mínimo dos períodos más.
Para reactivar la economía se requiere apoyar al gobierno y bajar las tasas de interés de manera importante.