martes, diciembre 3, 2024
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El triunfo del patriarcado yankee

Junto al discurso de odio racial, hostilidad antinmigrante, misoginia y ataques homofóbicos-transfóbicos, Donald Trump recogió las demandas de los sectores excluidos por la economía posindustrial. Se necesita un análisis más profundo para construir el cuadro completo

Flora Zapata

Pasan los días y siguen los análisis de la contundente victoria, no solo de Donald Trump, sino también del Partido Republicano en las recientes elecciones de los Estados Unidos. La consecuencia ha sido una agenda sobresaturada de opiniones emitidas por “expertos”, amplificadas por los medios corporativos de comunicación.

Una peligrosa conclusión, además de rápida y facilista, es que el giro a la derecha se da por un rechazo del pueblo estadounidense a las concesiones que hicieron los demócratas con las agendas progresistas. Pero, ¿es eso lo que realmente pasó?

Lucha de clases

Donald Trump fue elegido como presidente de los Estados Unidos a pesar de ser un delincuente condenado. Con esta aplastante victoria, que también significó mayorías en el Senado y la Cámara de Representantes para el partido del elefante rojo, la derecha neofascista internacional pasa a la ofensiva.

Lo acontecido en las elecciones de Estados Unidos intensifica la lucha de clases. Con la victoria de Trump, resumida en el eslogan Make America Great Again, MAGA, han ganado los capitalistas más derechistas de este país, las corporaciones antiobreras, los fondos y el capital financiero.

La agenda económica de Trump está a la medida de los multimillonarios y va en contra de los sindicatos, la población afroamericana, los inmigrantes, las mujeres y la población LGTBIQ+. El objetivo es acabar con políticas progresistas como el Medicare, Medicaid, la seguridad social, la legislación sobre cambio climático, entre otros avances que benefician a la clase trabajadora.

La gente se quedó en casa

Un análisis de la votación permite establecer que mucha gente se quedó en casa. La calculadora electoral dice que Trump ganó tan solo dos millones de votos frente a su última medición en 2020, mientras que Harris pierde más de ocho millones de sufragios. Todo esto en un escenario donde la participación electoral estuvo baja para ambos partidos, a pesar de que hubo un aumento de casi 20 millones de personas que, en esta ocasión, ya estaban habilitadas para votar, es decir, jóvenes.

Si bien las políticas que exacerban la supremacía blanca y la misoginia movilizaron el voto racista y sexista, también hay otros factores en juego. Por eso, si se considera la fractura social detonada por el capitalismo neoliberal, es posible inferir que Donald Trump será presidente de acuerdo con una decisión donde el supermercado y la gasolinería fueron definitivos.

Trump, además de repetir una y otra vez que la economía iba por mal camino, ofreció un trillado plan de recorte de impuestos a los multimillonarios y la falsa promesa de crear empleos por cuenta de su guerra comercial contra China. Mientras tanto la facción corporativa del Partido Demócrata no solo no presentó un plan económico real para enfrentar el estancamiento de los salarios, el desempleo y la inflación, que hoy afectan directamente a la clase trabajadora, sino que se alardeó de contar con el aval del gran capital de Wall Street y ser la propuesta del establishment.

La difícil realidad de inflación la enfrenta la ciudadanía estadounidense cada vez que compra alimentos o cuando suministra combustible para su vehículo. Los rimbombantes anuncios sobre la bajada de la inflación o la “economía en crecimiento” fueron débiles frente a la retórica MAGA, que en términos económicos supo identificar las exigencias y necesidades de la mayoría, a pesar de que sus recetas de salvación solo benefician a los multimillonarios.

Las guerras imperialistas

Otro factor son las guerras imperialistas. Si bien en los sondeos a boca de urna, la categoría de “política exterior” no era el principal ítem de motivación para la persona votante, sí era un factor determinante. Las mediciones lo que dicen es que la población de todas las tendencias políticas está cansada de la guerra, aunque eso se manifieste de forma diferencial en la votación.

La fachada aislacionista anti-OTAN que promueve Trump convenció a muchas personas que, desde distintos puntos de vista, critican el rol de Estados Unidos en Ucrania. Por otro lado, el genocidio contra el pueblo palestino jugó un papel clave en el voto árabe-estadounidense (cerca del seis por ciento de la población), así como en sectores progresistas que hoy se sienten defraudados.

En todo caso, no se trató de que las personas votantes abandonaran al Partido Demócrata, sino más bien todo lo contrario. La coalición antiMAGA se sintió desilusionada por una vicepresidenta que siempre validó el financiamiento del genocidio en Palestina y no dio señales de cambios bajo un hipotético mandato demócrata.

A propósito del voto latino que, según las mediciones, le fue favorable a Trump con un 54 por ciento, hay que considerar que el proyecto migratorio presentado al Congreso por el partido del burro azul era considerado mucho peor frente a la propuesta republicana.

En conclusión, junto al discurso de odio racial, hostilidad antinmigrante, misoginia y ataques homofóbicos-transfóbicos, Trump recogió de manera oportunista las demandas de los sectores excluidos de la economía posindustrial. Por eso, se necesita un análisis más profundo para construir el cuadro completo.

Anyi Tatiana

Frente a este trascendental episodio, las mujeres de todo el mundo plantamos cara al neofascismo, inspiradas en el simbolismo internacional que representó el levantamiento del Black Lives Matter y las Marchas de las Mujeres, así como las batallas en contra de las medidas represivas fronterizas impulsadas en las recientes administraciones del descompuesto bipartidismo estadounidense.

El próximo 25 de noviembre, las mujeres comunistas recordaremos a Anyi Tatiana Montealegre Izquierdo, colombiana de 23 años y oriunda de Gigante, Huila, quien era residente en Richmond, Texas. La joven fue asesinada por su pareja sentimental, dieciocho días antes de las elecciones estadounidenses. Otra víctima de la violencia patriarcal.

Al reivindicar el nombre de Anyi Tatiana y de cientos de víctimas de la violencia en contra de las mujeres, revalidamos los postulados por un feminismo anticapitalista, antirracista, antipatriarcal y antimperialista, expresados en las luchas de las mujeres que resisten en Estados Unidos, Colombia y en todo el mundo.

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1 COMENTARIO

  1. Trump es un farsanre troglodita, de quien no se espera nada coherente. Por el bien de la humanidad, se deben unir Rusia, China, Irán y Corea del Norte.

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