El IV Pleno del Comité Central del Partido Comunista Colombiano, PCC, sesionó en Bogotá. El encuentro estuvo marcado por intensos debates para cruciales definiciones en la segunda mitad del gobierno democrático y progresista liderado por Gustavo Petro
Redacción Política
La reunión de la dirección política nacional del PCC caracterizó el momento como “dinámico, complejo y desafiante escenario político, signado por la continuidad del proceso de cambios, representado en la ejecución del Plan Nacional de Desarrollo, el impulso y aprobación de importantes reformas sociales en el marco de la agenda legislativa y el desarrollo de la movilización, la unidad y el poder popular”.
Los más de ochenta asistentes consideraron que las fuerzas progresistas “enfrentan a las resistencias sistémicas desplegadas por el bloque de poder dominante, expresadas en la más agresiva ofensiva mediática, judicial y política de las derechas, cada vez más fascistizadas, lo que exige avanzar en la recomposición, organización y movilización de nuestras fuerzas con un amplio sentido unitario”.
Paz Total y poder constituyente
El país vive otro momento y son otras las características de los diversos actores armados. En ese marco, el IV Pleno interpreta la actual fase de Paz Total, en medio de “una creciente tendencia a su escalamiento e intensificación en múltiples territorios y su expansión geográfica a otros, agudizando una grave crisis humanitaria y de DD. HH., que coloca al orden del día la tarea de rodear la implementación del Acuerdo Final de Paz, asumiendo que su cumplimiento es el punto de partida esencial para avanzar hacia la paz integral con justicia social”.
La Paz Total “debe ganar mayores niveles de respaldo popular”, además, “el reagrupamiento y fortalecimiento del movimiento social por la paz” será lo que posibilite que esa propuesta de Paz Total avance.
La tarea, según el colectivo reunido, es “Desatar el poder constituyente”. Esto pasa por “fortalecer el protagonismo popular para constituir una fuerza capaz de ganar una correlación favorable a los cambios profundos en la sociedad colombiana, que se traduzcan en la superación del neoliberalismo, la construcción de la paz integral y de un nuevo Estado afincado en una democracia avanzada al servicio de las mayorías sociales.
»El horizonte del proceso constituyente debe asumirse como disputa en la sociedad, acumulando hacia una estrategia de refundación del Estado”.
Más allá de lo electoral y de los partidos
Siendo este uno de los temas más debatidos en las deliberaciones comunistas, estas concluyeron la necesidad de trabajar en sectores y territorios, por “el impulso de una nueva fase del proceso de construcción del proceso unitario, que supere la forma de coalición electoral de partidos en la que se ha constituido hasta ahora el Pacto Histórico, que ha llegado a su fase de agotamiento no sólo por los límites constitucionales impuestos a la coalición de partidos, sino fundamentalmente, por la necesidad política de la presente etapa de contar con un instrumento que sea capaz de politizar, organizar y movilizar a la sociedad colombiana y constituirla en el soporte material del proceso de cambios, afincado en un programa de cambios profundos”.
“La naturaleza del nuevo proyecto unitario” ─continúa afirmando el IV Pleno─, “debe superar la concepción de unidad entendida exclusivamente como producto del acuerdo entre partidos y avanzar en una que, incorporándolos, pueda articular a los movimientos sociales y sus liderazgos en todos sus sectores y territorios; su carácter debe inscribirse en la construcción de un fuerte partido-movimiento político y social, tipo frente, erigiéndose en lugar de encuentro de múltiples procesos de organización y lucha que decidan hacer suyo el ejercicio de la política y ser una expresión organizada del movimiento real, no sólo un aparato electoral”.
El Comité Central avanza en el esbozo de una línea sobre la estructura de este Partido unitario y considera que este “debe soportarse en núcleos unitarios por la base, no sólo para tomar decisiones político-electorales, sino también para actuar unido en los territorios y movimientos sociales desde abajo, pasando por estructuras de dirección que en el barrio, la vereda, la comuna, la localidad, el municipio, el departamento y el país, le den centralidad a la acción política”.
Además, deben ser “lo suficientemente amplias para otorgar representatividad a todos los sectores políticos, a los diversos sectores sociales y a los territorios donde haga presencia, garantizando mecanismos democráticos para la toma colectiva de decisiones en todas las instancias y reglas claras que, democráticamente, permitan definir sus candidaturas en las disputas por cargos de elección popular”.
El final de las deliberaciones del IV Pleno del Comité Central, hombres y mujeres militantes y cuadros dirigentes del Partido Comunista Colombiano, reafirmó su compromiso con la unidad más amplia de los sectores democráticos, progresistas y de izquierdas.
En tal sentido, invitó “a seguir empeñando esfuerzos en el diálogo franco, generoso y unitario, para avanzar en compromisos políticos de mayor nivel, que nos permitan llevar a una nueva fase su unidad, para garantizar la continuidad del proceso de cambios en Colombia y a participar de forma masiva en la Asamblea Nacional por las reformas sociales, la paz y la unidad, el 14 y 15 de septiembre en la Universidad Nacional y la COP16 del 21 de octubre al 1 de noviembre en Cali, escenarios que serán determinantes para construir una agenda unitaria del movimiento social y popular, en claves de unidad, justicia social y climática y transición energética”.
La única manera de asegurar para el 2026 un gobierno progresista en favor de la mayoría de la sociedad Colombiana, es a través de la Unión de todos los partidos y movimientos políticos de izquierda, de centro izquierda y de la mayoría del centro.