sábado, abril 27, 2024
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Rock al Parque tiene VOZ

Editorial edición especial

Keep walking (sigue caminando) es el eslogan. La multinacional Diaego y su producto, el whisky Johnny Walker, presentan el Estéreo Picnic 2024, un mundo distinto.

Junto con 21 marcas nacionales y trasnacionales, se anuncia con bombos y platillos el mega evento y su poderoso cartel de agrupaciones top top. Asistir, tomarse la ansiada foto para redes sociales y disfrutar de lo más granado del mainstream cuesta más de un millón de pesos. Y así emergen los contrastes.

En Colombia, cerca de 14 millones de personas sobreviven con menos o un salario mínimo, mientras que un millón y medio de personas ganan salario y medio a dos mínimos, y tan solo 113 mil personas obtienen más de tres mínimos. Eso sin contar la inmensa mayoría de personas que sufren la informalidad.

Por eso acierta la élite de los espectáculos musicales. Es un mundo distinto. La sociedad colombiana es distinta porque es profundamente desigual e injusta.

Este festival es tan solo un ejemplo de la tendencia que se está dando en el país con muchos conciertos de alto impacto que siguen este libreto. Conclusión: en el totalitarismo del mercado solo unos pocos pueden gozar sin problemas al derecho fundamental del entretenimiento de calidad. Y muchos otros, sacrifican hasta su comida para satisfacerlo.

Por eso, Rock al Parque desdibuja cualquier formato. El carácter público del festival consolida un espacio de libertad, igualdad, convivencia y desobediencia. La gratuidad, muchas veces elogiada y al mismo tiempo criticada, desafía de frente a la industria musical y a su tendencia privatizadora de la cultura.

En Rock al Parque se experimenta el contraste de sonidos y géneros musicales históricamente excluidos. También se disfruta de un cartel balanceado entre artistas internacionales, nacionales y distritales. El carácter inclusivo, tolerante y de respeto, producen una atmosfera social única porque cualquier persona puede asistir. Y se fomentan las practicas culturales y expresiones artísticas a partir de la apropiación de lo público.

Eso sí, defender el festival no significa un respaldo irrestricto a la administración distrital, que hoy lamentablemente lidera Claudia López y que mañana tendrá como cabeza al neoliberal Carlos Fernando Galán. De hecho, esta casa periodística exige no solo defender, sino también democratizar los festivales Al Parque. Mas allá de los recursos, los carteles y los patrocinadores, la ciudad necesita renovar y potenciar decididamente la escena que sobrevive en el pueblo rockero y demás sonidos que habitan en los barrios populares.

Desde nuestra perspectiva, el arte y la cultura son protagonistas de primera línea de las transformaciones sociales. Por ello, Rock al Parque más que un evento, es un acontecimiento donde todas las personas existen.

Los títulos y elogios que determinan que es el festival gratuito más grande de Latinoamérica y el tercero más importante del mundo, en parte son por dos décadas y media de todo tipo de carteles, shows inolvidables e instantáneas memorables. Pero fundamentalmente la grandeza de Rock al Parque está en la gente, en esa multitud intergeneracional y de todas las clases sociales que, sin importar el momento político o el impredecible clima, ocupan cada año el emblemático Parque Metropolitano Simón Bolívar.

Keep rocking (sigue rockeando) es nuestro mensaje. Porque Rock al Parque 2023 tiene VOZ y esta edición enaltece el lugar que se ha ganado el pueblo rockero en la historia.

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