lunes, diciembre 9, 2024
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Toussaint Louverture, el Espartaco Negro

Luchó doce años por la emancipación de los esclavos, derrotó a los ejércitos de grandes potencias y fundó Haití, el primer Estado independiente de América Latina

Leonidas Arango

Más allá de la tragedia y el olvido, la historia de Haití tiene gran importancia para los latinoamericanos. En 2023 se completan 280 años del nacimiento y 220 de la muerte de Toussaint Louverture, un brillante militar que en doce años derrotó a los ejércitos de Francia y Gran Bretaña después de causarles más de cincuenta mil bajas. Murió en una remota prisión de Francia y sin haber conocido personalmente al responsable de su ruina, Napoleón Bonaparte.

La isla caribe de La Española fue ocupada por España. A partir del siglo xvii, la región occidental –Saint-Domingue, el actual Haití– se convirtió en la colonia francesa más productiva, basada en la producción de azúcar por el trabajo de una población de negros esclavizados y libres que duplicaba la de blancos.

En 1879 llegaron los ecos de la Revolución Francesa, que proclamó los Derechos del Hombre y el Ciudadano bajo los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad. Aclaremos que la propiedad privada seguía siendo sagrada y que solo eran ciudadanos los hombres blancos, propietarios. Si los esclavos tenían dueño, ¿Cómo podían ser libres?

Los isleños negros reclamaron que la Declaración abolía la esclavitud, se alzaron y en unos días todos los cañaduzales del noroeste de la isla estaban en llamas. Los esclavistas declararon una guerra sin cuartel contra todos los negros, insurrectos o no, y se pusieron contra el gobierno revolucionario francés contemplando la posibilidad de independizarse.

“Únanse, luchen conmigo”

De Francia llegaron tropas, pero los expedicionarios se pusieron a favor de los plantadores. Cuando Francia accedió a terminar la esclavitud en la colonia, la mayoría negra ya estaba en armas por sus derechos.

La Francia revolucionaria temía que toda la isla quedara en manos de los negros, de sus enemigos españoles dueños del occidente y de los británicos que intentaban pescar en río revuelto. Al comienzo la mayoría de los negros se puso del lado de España a cambio de la oferta de libertad para todos los combatientes antiguos esclavos, lo que resultó un engaño.

En el bando español estaba un jefe militar nativo, el liberto Toussaint Louverture, a quien nombraron general. Él sacó a los franceses de la parte central de la isla y, con visión de largo plazo, lanzó una proclama: “Hermanos y amigos: soy Toussaint Louverture. He iniciado la venganza de mi raza. Quiero que la libertad y la igualdad reinen en Saint-Domingue. Únanse, hermanos, y luchen conmigo por la misma causa. Arranquemos el árbol de la esclavitud”.

¿De dónde salió?

Nació el 20 de mayo de 1743 en la actual Cap-Haitien. Pese a su condición de esclavo en una plantación, con misioneros jesuitas adquirió una sólida formación que incluyó disciplinas militares e ideario de la Ilustración francesa.

Toussaint pactó con los franceses, que estaban resignados a abolir la esclavitud, y con su ayuda expulsó a los españoles del occidente de la isla, fue nombrado ayudante del gobernador y, frente a gran ejército mixto aniquiló los restos de la ocupación inglesa. Dueño del poder en la colonia, desplegó su talento diplomático y calmó a los representantes de Inglaterra, Estados Unidos y Francia.

Imperaba, sin embargo, la necesidad de restablecer la economía. Toussaint consideraba que abolir la esclavitud no arruinaría al país porque los negros libres podían garantizar los rendimientos. Bajo esta mira obligó a los antiguos esclavos a regresar a las plantaciones en un régimen semejante a la servidumbre, al tiempo que exageró su generosidad con los propietarios blancos.

Cuando los negros del norte se rebelaron y asesinaron a varios terratenientes, Toussaint los dispersó y ordenó fusilar a los cabecillas. Llamó a los colonos huidos, se adueñó de varias plantaciones abandonadas y Saint-Domingue volvió a ser la colonia más lucrativa de Francia. Caído en una espiral autoritaria, en 1801 proclamó una Constitución autonomista, se nombró comandante supremo y gobernador vitalicio. No declaró la independencia porque la única referencia de un gobierno republicano era Estados Unidos, que mantenía el esclavismo. De hecho, gobernó como un monarca europeo y bajo bandera francesa.

“Eliminar a todos los negros”

Napoleón Bonaparte surgía como el difusor de la Revolución Francesa, pero era un racista sin escrúpulos que simbolizaba el imperialismo clásico: “Defiendo a los blancos porque soy blanco; no tengo otra razón, y esta es suficiente. ¿Cómo es posible que hayamos dado la libertad a los africanos, a unos hombres sin civilización, que no tenían ni idea de lo que era una colonia, de lo que era Francia?” Prometió restablecer el tráfico de esclavos cuando se reimplantara la autoridad francesa en Saint-Domingue y en 1802 envió a la isla una expedición de castigo integrada por 45 mil hombres.

Su comandante, Charles Leclerc, le reportó: “Hay que eliminar a todos los negros de las montañas, hombres y mujeres, conservando solo a los niños menores de doce años, exterminar a la mitad de los negros de las llanuras y no dejar en la colonia ni un solo mulato que lleve charreteras”. Iba a cumplirlo a rajatabla, mientras pudo.

No abandonaron su lucha

Louverture se replegó a posiciones seguras y ordenó una práctica de tierra quemada, pero Leclerc derrotó las tropas mulatas de Jean-Jacques Dessalines y Henri Christophe. El 2 de mayo Toussaint ofreció capitular a cambio de quedar libre e integrar sus hombres al ejército francés. Mediante engaños, Leclerc capturó a Louverture y lo envió preso a Francia.

Cuando era embarcado, el haitiano predijo: “Al derrocarme, solo se ha cortado el tronco del árbol de la libertad de los negros; sus ramas volverán a brotar porque sus raíces son muchas y muy profundas”. Se había convertido en “Espartaco Negro”, como el gladiador esclavo que desafió el poder de Roma antigua.

Por orden expresa de Bonaparte, Toussaint fue encarcelado en la región más fría de Francia y sin proceso legal. Su organismo no resistió y el 7 de abril de 1803 falleció a la edad de 59 años.

Los líderes negros de Saint-Domingue nunca abandonaron la lucha y terminaron por expulsar a los franceses en una auténtica guerra popular de liberación.

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