martes, octubre 8, 2024
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Los peligros de una mala alimentación

Los hábitos alimenticios son comportamientos colectivos y repetitivos que pueden afectar la salud pública, si no hay un conocimiento claro sobre los riesgos del consumo de algunos productos

Redacción Ciencias

La Organización Mundial de la Salud, OMS ha documentado con preocupación los notables cambios en materia de salud en las diferentes poblaciones en el mundo. Las alarmas se encendieron en los últimos tres años, a raíz de las muertes causadas por enfermedades virales.

Al respecto, ha sido más notoria para las personas la importancia de contar con buena salud y óptimos hábitos alimenticios que le permitan al organismo humano fortalecerse y emprender una batalla digna contra los virus, las bacterias y las enfermedades que estos puedan generar.

Es así que la ciencia ha evidenciado la estrecha relación entre los malos hábitos alimenticios que producen sobrepeso y obesidad con la prevalencia de enfermedades como la diabetes, la hipertensión, entre otras, que disminuyen la calidad de vida de las personas.

Para ampliar sobre este importante tema, VOZ dialogó con la farmacoepidemióloga, docente de la Universidad Nacional y directora del centro de pensamiento ‘Medicamentos, Información y Poder’, Claudia Vaca, y con el doctor en Ciencias Químicas y también docente de la misma universidad, Mauricio Urquiza, quienes exponen argumentos fundamentales para entender el debate sobre las bebidas con azúcar añadido y los alimentos ultraprocesados.

Alimentos ultraprocesados

Los alimentos ultraprocesados son productos que derivan de la adición de ingredientes, prácticamente de uso industrial, que resultan de procesos de extracción y refinamiento o modificaciones químicas, entre otros. ¿Cómo se reconocen estos productos? Estos alimentos incluyen formulaciones que se emplean en la elaboración del producto final, brindando características como sabor, color, textura y prolongabilidad de la vida útil del producto.

Los alimentos que se pueden clasificar como ultraprocesados incluyen una variedad de azúcares como fructosa, jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, maltodextrina, dextrosa, lactosa, aceites modificados, gluten, caseína, etc. Ejemplos de estos alimentos son los chocolates, cereales, salsas o las carnes curadas.

Claudia Vaca

Para Claudia los alimentos ultraprocesados inducen una respuesta glucémica alta y promueven un ambiente intestinal que estimula la formación de una microbiota (microorganismos presentes en el cuerpo) relacionada a diversas formas de enfermedades inflamatorias, que en el caso de aumento en la ingesta de estos alimentos, “hay una presión que incentiva el consumo de estos alimentos, pues los hábitos alimenticios dependen de la disponibilidad de los productos en las tiendas y del dinero del día a día con el que cuentan las personas, así muchas familias no pueden hacer la compra de alimentos para un mes o semana y es donde el mercado de la comida chatarra se aprovecha”.

Además, menciona que “en los alimentos ultraprocesados encontramos grandes cantidades de sales de nitrato, azúcar añadido y grasas trans que provocan acumulación de estas en las arterias, las cuales se asocian a la obesidad y a la desnutrición”. Relacionado al consumo de estos alimentos encontramos el deterioro de la calidad nutricional de la dieta, aumento de obesidad, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, síndromes metabólicos y desórdenes gastrointestinales.

Estos alimentos además de tener un elevado contenido en azúcares libres, grasa total, grasas saturadas y sodio, tiene un bajo contenido en proteína, fibra alimentaria, minerales y vitaminas, en comparación con los productos, platos y comidas sin procesar o mínimamente procesados.

El doctor Mauricio Urquiza explica que estos alimentos pueden ser llamados “calorías vacías” debido a que el consumo de carbohidratos y grasas no viene acompañado de vitaminas y proteínas, lo que puede derivar en una desnutrición. “El procesamiento industrial elimina los micro y macro nutrientes de los alimentos, generando que el consumo de estos no proporciona los elementos nutricionales suficientes para el cuerpo”, anota el académico.

Mauricio Urquiza

Bebidas con azúcar añadido

Las bebidas azucaradas, que incluyen gaseosas, tés, jugos saborizados, energizantes, entre otras, son ampliamente conocidas por el común de las personas al ser de muy fácil acceso y ampliamente publicitadas. Según Mauricio, la gran problemática de estos líquidos radica en la forma como son endulzadas, ya que por lo general se utilizan jarabes ricos en fructosa o glucosa y, basándonos en los estudios realizados por investigadores de la Universidad Texas Southwestern, se descubrió que existe una relación directa entre el consumo de dichos compuestos y la inflamación del intestino.

Las bebidas con azucares añadidos tienen la capacidad de agregar a la dieta calorías que el cuerpo no necesita, más cuando se trata de personas que no tienen un gasto energético alto en su diario vivir, es por esto que los carbohidratos y grasas que el cuerpo no consume en forma de energía se acumulan y pueden derivar en enfermedades de diversos tipos como, por ejemplo, la obesidad y la diabetes tipo dos.

Según el DANE, el 34% de los colombianos consumen bebidas azucaradas todos los días (DANE, 2019), cifras que son aún más preocupantes si se focalizan en los menores de edad entre los 9 y 13 años, quienes son los mayores consumidores al llegar a una cifra del 82,9% de las personas encuestadas. El presente escenario permite alertar sobre el bajo contenido nutricional de la dieta en un amplio porcentaje de niños y niñas que requieren alimentación rica en vitaminas, proteínas y minerales que ayuden en su buen desarrollo físico y cognitivo.

Más allá de las propagandas

Es evidente la relación que existe entre el consumo de bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados con el deterioro de la salud de las personas, la prevalencia de ciertas enfermedades, la desnutrición y el aumento en los casos de obesidad, que es considerado actualmente como un serio problema de salud pública.

Es por ello que es imprescindible masificar el acceso a toda la información sobre lo que constituyen los alimentos que publicitan constantemente los medios masivos de comunicación, para entender sus efectos negativos sobre la salud de las personas.

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