domingo, abril 28, 2024
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Un placer fugaz con Laura Restrepo

La entrevista con la escritora y periodista colombiana fue hecha en 2016 en México. Sus opiniones hoy son vigentes, sobre todo en el actual momento donde la Paz Total es una de las políticas priorizadas por el Gobierno del cambio

Larry Mejía

Llegó puntual, atravesamos la recepción de Random House México, país que visita con motivo de su nuevo libro. Nos topamos con la sala García Márquez, “¿y ahí qué?, ¿atiende su fantasma?”, dijo frente a la estancia. Y así, con el tiempo en contra, empezó esta breve plática.

Mafalda decía “voy a arreglar al mundo” y su mamá le ripostaba: “¿ya tendiste tu cama?”. Entonces, ¿Laura Restrepo tiende su cama?

-Bonita pregunta. La verdad sí, casi que como en un ritual, pues es la única manera de arreglar algo. Hoy en día, por el tipo de vida que estamos llevando, arreglamos la huerta, tendemos la cama, vivimos en una tendencia de comunión con el contexto en que me encuentro. Extraño viniendo de un trotskismo tan principista como el mío. Pero llega un momento en que uno entiende que, si no hace eso, se va sin hacer nada.

El alma violenta

“Los colombianos siempre quieren la paz” dijo en otra entrevista, ¿cree que Colombia está preparada para algo que desconoce?

-Creo que el solo deseo ya moviliza, pero lograr la paz en Colombia, sin que cambien las cosas en el resto del mundo, es algo que no se va a lograr. Pasa un poco como la Constitución de 1991, a lo mejor no se cumple, pero nada más tenerla ya te ofrece una ruta.

Me alegra que estén por lo menos planteando la posibilidad, eso da una meta, una orientación, también puedes decir “guerra”, eso sí que lo conocemos. Pero la pregunta también lleva a algo muy jodido: nuestra vocación a la violencia, donde parece que no sabemos vivir, pero sabemos morirnos. No hablemos pues de buenos o malos, o de quiénes matan bien o quienes matan mal, en general todos queremos matar y todos queremos morirnos y lo sentimos como un gesto grandioso, como un único aporte. ¿Qué pasó, en qué momento se invirtieron los valores de la vida y la muerte para nosotros? Eso para mí es una gran intriga.

***

Entonces Laura, recordó la Elegía a desquite, que es en pocas palabras una crónica del alma violenta de Colombia. Para resarcir la radiografía de esa leyenda del crimen, trajo de la memoria unos versos de Aurelio Arturo que evidenciaron en ella, la nostalgia del exiliado.

Más tarde hablamos de novelas colombianas e insistió en que el lenguaje es una coraza en la narrativa del país, “adentro de nosotros somos herméticos”, aseveró. Como ejemplo de una trasgresión en esta costumbre habló del libro Lo que no tiene nombre de Piedad Bonnet. “Yo creo que Piedad con ese libro derribó un muro gigantesco, mucho más grande de lo que se ha calculado”.

Nuestro mejor sueño

¿Qué piensa usted de Cuba y Fidel Castro?

-Yo creo que Cuba sigue siendo nuestro mejor sueño. No ha habido en América Latina un sueño mejor.

¿Qué leía usted a los 20 años?

-Leía al Boom Latinoamericano, esas novelas que nos entregaban al continente en libros uno tras otro.

Laura, un exalcalde de Bogotá dijo “tenemos que pensar si queremos hacer de la Universidad Nacional la mejor universidad del país o la universidad de los pobres”. ¿Usted qué piensa?

-Pienso que debemos hacer las dos cosas.

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