martes, marzo 19, 2024
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Roque Dalton, poeta de las revoluciones vividas

El poeta salvadoreño encarnó la capacidad de describir la belleza en aquello que solo puede hacer un revolucionario, a través del sentimiento producido por un profundo amor al pueblo, a su país y a la lucha por el socialismo

Alejandro Cometa

El Salvador, llamado El Pulgarcito de América, fue el país natal de Roque Antonio Dalton García (1935-1975). Poeta y revolucionario comunista, construyó su obra sobre dos pilares, su vida y la lucha revolucionaria. Vida y lucha revolucionaria que fueron la de todo el pueblo latinoamericano:

“…mis venas no terminan en mí sino en la sangre unánime de los que luchan por la vida, el amor, las cosas, el paisaje y el pan, la poesía de todos”

“Buscándome líos”

Su vida, como su poesía, fue entre la tragedia y la fortuna, lo común y corriente de la vida cotidiana. Dalton encarnó la capacidad de describir la belleza en aquello que solo puede hacer un revolucionario a través del sentimiento producido por un profundo amor al pueblo, a su país y a la lucha por el socialismo. Por ello en uno de sus versos le dice a la poesía, “perdóname por haberte hecho comprender que no estás hecha sólo de palabras”.

Su obra resalta lo humano del comunista y revolucionario, lo simple de sus vidas. Enfrentando de esta manera las campañas anticomunistas de deshumanización contra los revolucionarios que llenaron las Américas de mitos tan absurdos que acusaban a “los comunistas de comer niños”. Dalton mezcló la disciplina militante y la vida cotidiana. Un bello ejemplo de ello al describir su ingreso al Partido Comunista en 1957, en su poema Buscándome líos:

La noche de mi primera reunión de célula llovía
mi manera de chorrear fue muy aplaudida por cuatro
o cinco personajes del dominio de Goya
todo el mundo ahí parecía levemente aburrido
tal vez de la persecución y hasta de la tortura diariamente
soñada

Fundadores de confederaciones y de huelgas mostraban
cierta ronquera y me dijeron que debía
escoger un seudónimo
que me iba a tocar pagar cinco pesos al mes
que quedábamos en que todos los miércoles
y que cómo iban mis estudios
y que por hoy íbamos a leer un folleto de Lenin
y que no era necesario decir a cada momento camarada.

Cuando salimos no llovía más
mi madre me riñó por llegar tarde a casa.

Un libro rojo

Dalton recibió el Premio Casa de las Américas por su poemario Taberna y Otros Lugares (1969). En incontables exilios y viajes, tejió diálogos y amistades con Elena Poniatowska, Roberto Fernández Retamar, Mario Benedetti, Juan Gelman, Miguel Ángel Asturias, Julio Cortázar, entre otros grandes artistas, poetas e intelectuales con los que reflexionó el papel de estos en la revolución. Otra de sus preocupaciones.

En su camino por la búsqueda del humano que encarna el revolucionario, escribe Un libro Rojo para Lenin (1973). En este escrito entre poemas, notas y artículos, como lo plantea el intelectual argentino Néstor Cohan, dialogan dos formas del socialismo revolucionario: la experiencia leninista que haría surgir la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y las formas revolucionarias latinoamericanas.

Dalton fue asesinado por las formas dogmáticas comunistas asumidas en una fracción del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, FMLN, un 10 de mayo de 1975.  Sus asesinos materiales e intelectuales, no soportaron ver en Roque Dalton el espíritu de un revolucionario que disfrutaba la vida en medio de la trágica situación que dispuso su arrojo en la lucha revolucionaria y la guerra en El Salvador.

No soportaron las palabras de un intelectual orgánico que, con su obra, desbordó todos los límites revolucionarios de su época. No soportaron el reconocimiento de Dalton como un internacionalista por el movimiento revolucionario latinoamericano. Por ello no tuvieron más argumento que señalarlo de contrarrevolucionario, indisciplinado, bohemio, poeta, pequeñoburgués y miembro de la Agencia Central de Inteligencia, CIA.

“Tenemos más vida que ellos”

De manera premonitoria, Dalton respondió a la muerte que llegó a manos de quienes hoy representan la derecha latinoamericana. A la orden de asesinar a Roque, dada por Joaquín Villalobos quien en la actualidad se ha autodenominado asesor de paz, dijo:

Unámonos medio muertos que somos la patria
para hijos suyos podernos llamar
en nombre de los asesinados
unámonos contra los asesinos de todos
contra los asesinos de los muertos y los mediomuertos
Todos juntos
tenemos más muerte que aquellos
pero todos juntos
tenemos más vida que ellos
La toda poderosa unión de nuestras medias vidas
de las medias vidas de todos los que nacimos medio
muertos en 1932.

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