Desde el sentido de ser madre, abuela, licenciada en Ciencias de la Educación, académica y feminista de la diferencia sexual, se compartió con mujeres comunistas colombianas, reflexiones sobre el feminicidio, el asesinato de mujeres a manos de hombres y la distinción entre el feminicidio y el femicidio
Elizabeth Uribe Pinillos
Es necesario transitar de una cultura de violencia a una cultura de cuidados y amor, tanto hacia una(o) misma(o) como hacia las (os) demás. Esto será posible si la sociedad y, en espacial quienes tienen una visión patriarcal y machista, asumen una cultura de los cuidados como prevención y eliminación de los feminicidios.
El feminicidio es el asesinato de mujeres a manos de hombres. Existe una distinción entre el feminicidio y el femicidio, propuesta por autoras como Marcela Lagarde, Diane Rusell y Jane Caputi en 1990; en el primero está presente, además del homicidio a mujeres, la impunidad y es un crimen del Estado.
Existen varios tipos de feminicidio: íntimo, no íntimo y por conexión. El íntimo se refiere a los asesinatos cometidos por hombres con quien la víctima tenía o tuvo una relación íntima familiar, de convivencia o afines a esta.
En cambio, según Rusell en Segato (2006), el no íntimo se refiere a aquellos feminicidios cometidos por hombres con quien la víctima no tenía relaciones frecuentes y que, generalmente, conllevan un ataque sexual, por lo que también es llamado femicidio sexual. Por último, está el feminicidio por conexión que se refiere a los asesinatos de mujeres que se interpusieron a un hombre cuando este estaba tratando de matar otra mujer.
Rastreando conceptos
Se ha explorado, rastreado y recuperado conceptos como el contrato sexual, el pacto entre hombres para repartirse el cuerpo fecundo de las mujeres. Además, está en desarrollo la obra femenina de civilización cotidiana, en la que se busca hacer civil la civilización y humanizar la convivencia. Después de rastrear estos conceptos y categorías, se hace vital vincularlos a las relaciones, al cuidado de las mismas y a los vínculos que se forjan y se han de cuidar y sostener.
La mirada y atención sobre las relaciones con una(o) misma(o) se detiene para abordar preventivamente los cuidados y autocuidados que se han de tener presente en el día a día. Ser conscientes de los diferentes ámbitos y lugares relacionales en donde nos movemos: íntimo, privado, social, público y el ciberespacio, así como la distinción entre el trabajo remunerado, doméstico, de cuidados y voluntario, es importante en la vida de cada una.
Cuando se examinan los cuidados detenidamente, se hace referencia al cuidado físico, emocional, mental, psicológico y espiritual, a las diferentes actividades que realizamos: caminar, correr, ducharse, bailar, nadar, desayunar, almorzar, picar entre comidas, cenar, compras de alimentos sanos, su preparación, la limpieza de la casa, de la piel, el beber dos litros de agua, ir a yoga, al gimnasio, a bailar, a meditar, orar, recitar mantras, encuentro con amigas y amigos, ir a médicos, a terapias psicológicas, psiquiátricas, si toca, al cine, todo es cuidar la relación con una(o) y los demás.
Las rutas y sus falencias
Aparecen más adelante también las categorías de masculinidad tóxica, los abusos verbales, las vivencias de mujeres amenazadas con feminicidio, tomamos la práctica de las rutas de Viogen, las rutas de atención integral en violencia de género, las comisarías de policía, los números telefónicos de protección, las líneas púrpuras, los refugios de protección a las mujeres con su limitada perspectiva femenina y, en muchas ocasiones, insensibles ante la revictimización que viven muchas mujeres.
La no protección económica a quienes han de ser protegidas, la poca contundencia con que se trata al agresor, las suaves peticiones que se le hacen y el trato tan considerado que se tiene con ellos, la no conciencia de la experiencia femenina quienes, al ser jefas de hogar en familias comunitarias, que, al ser aislada, ella ha de buscarse los recursos y poner su vida en riesgo y morir en el intento.
En 2023, se registraron 525 feminicidios en Colombia. En el artículo de la Silla Vacía de María José Restrepo de junio 5 de 2024, informa datos por departamentos. La Guajira 8, Magdalena 31, Córdoba 12, Antioquia 95, Sucre 3, Norte de Santander 21, Santander 15, Bolívar 26, Casanare 9, Vichada 0, Guainía 0, Amazonas 0, Caquetá 4, Nariño 2, Valle del Cauca 52, Tolima 12, Chocó 7, Cundinamarca 25, Meta 15, Cesar 13, Bogotá 58.
Sería bueno contrastar con el libro de Virginia Gutiérrez de Pineda Familia y Cultura en Colombia, los rasgos de los diferentes tipos de cultura. Podríamos reflexionar bastante al respecto.
El intercambio vivido, el conversatorio, posibilita la fluidez en las relaciones entre los seres humanos, la conciencia de la gratitud a nuestras antepasadas. En mi caso, mi tatarabuela Encarnación, mi bisabuela Rosa, mi abuela Clotilde y mamá Mariela. Gracias a ellas, a sus maternidades y cuidados tenemos un lugar en el mundo y la vida que poseemos.