La presidencia de Emmanuel Macron ha resultado una catástrofe tanto en el ámbito político como económico. A esto se suma el error fundamental de la disolución de la Asamblea Nacional el pasado 9 de junio
Alberto Acevedo
El gobierno del primer ministro Michel Barnier ha sido el más corto en los tiempos de la postguerra francesa. Ni siquiera alcanzó sus primeros cien días de gestión. El pasado l4 de diciembre, la Asamblea Nacional (parlamento) del país galo aprobó una moción de censura contra el jefe del gabinete, recientemente nombrado por el presidente Emmanuel Macron.
De conformidad con la Constitución francesa, una vez el órgano legislativo aprueba una moción de censura contra un primer ministro, este y los demás miembros de gabinete deben renunciar y el jefe de Estado deberá nombrar un nuevo primer ministro en propiedad en el menor tiempo posible.
En este caso, la renuncia de Barnier y la de su gabinete fueron aceptada, y en medios cercanos al palacio de Gobierno se especula que Macron podría nombrar nuevo titular de esa cartera esta misma semana.
Que se vaya Macron
Macron escogió a Barnier hace apenas tres meses. Con esta medida de censura, su gobierno se convierte en el más breve de la historia de la Quinta República. Es importante destacar que la única vez anterior en la que una moción de censura provocó la dimisión de un gobierno se dio en 1962.
“Finalmente el gobierno Barnier ha caído, al igual que su violento (proyecto de) presupuesto”, comentó Mathilde Panot, de La Francia Insumisa, LFI, agrupación que es espina dorsal de la coalición de centro izquierda Nuevo Frente Popular, NFP.
Tras calificar la jornada en la Asamblea Nacional de “día histórico”, pronosticó que en pocos meses Macron será el primer presidente de la república objeto de un procedimiento de destitución desde el inicio de la Quinta República. “LFI pide ahora que Emmanuel Macron se vaya”, dijo en tono vehemente.
“No lo considero una victoria”, señaló por su parte Marine Le Pen, de la ultraderechista Agrupación Nacional, RN, al argumentar que la elección de su formación política “no es alegre”, sino que, dijo, sirve para “proteger a los franceses”. “No había más solución que esta”, puntualizó.
Era inevitable
Jean-Luc Mélenchon, uno de los fundadores de La Francia Insumisa, saludó la moción de censura y la calificó de “inevitable”. “Incluso con un Barnier cada tres meses, Macron no durará tres años”, anotó en forma punzante en su cuenta de X.
La izquierda presentó la moción de censura, la cual fue respaldada por 331 votos, por encima de la mayoría necesaria de 289 para su aprobación, como estaba previsto. La iniciativa del Nuevo Frente Popular prosperó al recibir el apoyo de la bancada de derecha de la Agrupación Nacional.
Durante su intervención en la discusión de la moción, previa a la votación, la líder ultraderechista Marine Le Pen afirmó que el presupuesto de Barnier pretendía “tomar como rehenes a los franceses, en particular a aquellos más vulnerables”, pertenecientes a las clases bajas y medias. “¿A dónde va el dinero? Cada vez hay más impuestos, pero menos servicios públicos y protección social”, manifestó la parlamentaria.
“Creo honestamente que esta situación se debe a Macron. Su presidencia ha resultado una catástrofe tanto a nivel político como económico. Y a eso se le suma el error fundamental de la disolución de la Asamblea Nacional” el pasado 9 de junio, dijo al portal CTXT el politólogo Christophe Bouillaud, docente en Sciences Po Grenoble. Macron dio un paso en el momento de mayor debilidad de su partido y en pleno auge de la extrema derecha de Marine Le Pen. El presidente se fue de bruces con la realidad.