Con el reciente asesinato de dos jóvenes en Quibdó, la juventud se ha convertido en el principal objetivo de los actores armados que han agudizado la violencia en uno de los departamentos más pobres y desiguales del país. La respuesta juvenil ha sido la organización y la movilización para exigir el derecho a la vida
Yessica Arandia
Durante las últimas semanas el país ha sido testigo de episodios de violencia ejecutados por el Ejército Nacional, como lo sucedido en el departamento de Putumayo donde 11 personas de la vereda Puerto Leguízamo fueron asesinadas, sin que al día de hoy haya un ejercicio de reconocimiento de esta masacre por parte del Estado y sus fuerzas militares.
En total, durante los últimos tres años, Colombia ha completado la preocupante cifra de 220 masacres (91 masacres en 2020, 96 masacres en 2021 y tres masacres en lo que va de 2022)1. A esta violencia se suman los asesinatos de jóvenes (juvenicidio) como lo ocurrido en el pasado paro nacional de 2021 y la cifra que no se puede olvidar de 6.402 crímenes de Estado reconocidos como “falsos positivos”.
Sumado a este panorama, el pasado 5 de abril de 2022 en el barrio San Vicente de Quibdó, dos jóvenes murieron al ser impactados en medio de una balacera que al parecer se dio entre los llamados Grupos delincuenciales común organizados (GDCO) denominados “Zetas” y “Los Mexicanos”. Además de los asesinatos, cuatro jóvenes fueron heridos, así como una menor de tres años. Sobre la situación del Chocó nos referimos a continuación.
Datos alarmantes
Para nadie en este país es un secreto que el departamento de Chocó tiene cifras de pobreza, desigualdad e inseguridad muy altas, el racismo estructural junto con la perpetuación del abandono a territorios como este, se conjugan en medio del talante de resistencia de sus habitantes. La capital del departamento, Quibdó, lleva varios años punteando en desempleo, por ejemplo, hasta enero de 2022 la tasa de desocupación era la mayor en el país con un 21,3%, hasta el tercer trimestre de 2021.
Para el mismo año, Chocó estaba en el quinto lugar del Índice de Pobreza Multidimensional, IPM, con un 49%, lo cual refleja lo aportado por la oficina de estudios económicos del Ministerio del Comercio donde el departamento de 550 mil habitantes, aporta en su mayoría al PIB por actividades como administración pública y defensa, minería y agricultura, ganadería y pesca (en tercer lugar, 19,5%) en las que sin embargo, no se ocupan directamente los chocoanos, pues lo que más genera empleo son actividades como comercio y reparación de vehículos, administración pública y defensa, y actividades artísticas; solo el 3,9% de ocupados se desempeñan en minería y el 0,3 en agricultura2.
La carencia en producción, educación, salud y seguridad se cristaliza en la violencia directa que se sufre en muchos barrios de su capital que además está afectando la vida de sus jóvenes. Al respecto, VOZ dialogó con Nicolás Marín, consejero municipal de juventudes de Quibdó por el movimiento político y social “Relevo juvenil”, movimiento que nace a partir de las necesidades que se visibilizaron de manera intensa con el paro nacional de 2021, para incidir en la política de cara a los cambios que ven necesarios en sus territorios.
Un contexto aterrador
“En Quibdó tenemos un contexto bastante aterrador y espeluznante, porque más allá de la desigualdad que siempre hemos tenido, más allá del desempleo, tenemos un problema que nos está afectando directamente: los jóvenes estamos siendo asesinados. Esto hace parte de un conflicto en el que no tenemos nada que ver. Lo más preocupante es que nunca hay culpables, y entre Gobierno regional y nacional se tiran la pelota de la responsabilidad de la atención de esta situación.
“El panorama es difícil, como jóvenes no podemos salir a las calles en horas de la mañana, la tarde y menos en la noche porque en algún momento podemos ser víctimas de una bala. Esto hace que la juventud quiera irse del territorio, cuando lo que debe solucionarse son el abandono que hemos tenido y las malas administraciones”, afirma Nicolás.
Ante la pregunta de lo que sucede, el consejero de juventud nos dice: “Lo que existe aquí es un conflicto armado que siempre ha azotado la región a causa del narcotráfico fundamentalmente, y que ahora tiene como objetivo los jóvenes. El tema es delicado, porque no es como dice el Gobierno nacional que en este año van 65 asesinatos, son en realidad como 75”.
Unidad juvenil por la vida
“Estábamos cansados de hacer nada, decidimos unirnos y ver qué podíamos hacer. Es así como se conforma el Comité de paro cívico juvenil conformado por el CMJ de Quibdó y el Consejo departamental juvenil de Chocó, por procesos y prácticas organizativas y líderes que se han sumado en este proceso. Sabíamos que no podíamos hacer mucho, que las acciones que podamos emprender son muy limitadas, pues somos víctimas principales y debíamos exponernos. Aún con ello convocamos a movilizaciones, pues la situación se ha incrementado hace rato, en 2021 también tuvimos jóvenes asesinados”, sigue contando Nicolás.
La perspectiva de resistencia de la juventud de Quibdó que se niega a convivir con una realidad tan violenta y desigual reside en la convicción de que será escuchada, pese a que cada año aumenten las muertes juveniles a manos de grupos narcotraficantes que según algunos medios corresponden a los GDCO contra el Clan del Golfo, por ejemplo.
Esta resistencia se fortalece en la idea radical de estos jóvenes de defender la vida, cosa que vienen exigiendo en sus movilizaciones, que tristemente se realizan acompañadas de asesinatos de jóvenes: en 2020 de los 151 asesinatos el 54% de las víctimas fueron jóvenes, en los últimos seis años por lo menos 585 jóvenes han sido víctimas de homicidio en la capital de Chocó.3
Soluciones radicales versus militarización
Ante los últimos hechos de asesinatos, fue el personero municipal el que propuso la militarización de Quibdó, una exigencia polémica que por supuesto acentuaría la violencia en el municipio. La respuesta de las y los jóvenes fue la manifestación pacífica y artística, que desde el Comité de paro juvenil viene construyendo propuestas concretas: **
“Lo primero que requerimos es hacer un llamado al gobierno nacional, establecer un grito de ayuda; segundo, hacer un llamado a la tranquilidad y la paz, pues hace mucho tiempo en Quibdó no sabemos qué es eso. Pero también, buscamos erradicar o mitigar las problemáticas del departamento de manera decisiva, que cada año incrementan muchísimo más con el peligro de que parece se van normalizando, nos negamos a normalizar nuestra situación.
“Exigimos inversión social, implementación de políticas en materia de juventud y de seguridad, y exigimos de manera urgente declarar al municipio en emergencia económica y social. Además, hemos construido proyectos en temas como ley de primer empleo, creación de una comisión de paz y otros en materia de educación que nos permitan ser escuchados, leídos y atendidos para que esta situación definitivamente cambie”, finaliza Nicolás.
1 Cifras del Observatorio de DDHH, Conflictividades y Paz (2022). Publicadas por Indepaz-página web
2 Ministerio de Comercio, 2022. “Información: Perfiles Económicos Departamentales”. Marzo de 2022.
3 El Colombiano (2021). Alerta: 585 jóvenes han sido asesinados en Chocó en seis años. Página web.