domingo, abril 28, 2024
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“Hay que modificar todo el modelo productivo”, Beethoven Herrera

El profesor de la Universidad Nacional y analista económico, Beethoven Herrera, habla de las posibilidades de renegociar o revisar el tratado comercial con Estados Unidos

Juan Carlos Hurtado Fonseca
@aurelianolatino

En diálogo con pequeños productores cafeteros en Pitalito, Huila, el pasado 16 de agosto, el presidente de la República Gustavo Petro anunció que el Gobierno iniciaba la renegociación del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, TLC.

“…habiendo aparecido el primer contacto del maíz con las comunidades indígenas en Colombia, que no se llamaba Colombia porque fue hace más de mil años, siendo ese el cereal de las comunidades indígenas, poderosísimo porque es el cereal americano, y era tan poderoso como el trigo europeo, como el arroz asiático, descubierto por el ser humano en las selvas de Colombia, y vuelto nuestro nutriente fundamental, hoy importamos casi todo el maíz de los Estados Unidos y del Canadá.

“Si yo quisiera reemplazar ese maíz por maíz colombiano sembrado tendría un millón doscientos mil puestos de trabajo más, y el Banco Agrario tendría que dar el crédito a esos campesinos y productores. Tendríamos más trabajo, es decir, riqueza. ¿Por qué no lo puedo hacer? Porque me lo prohíbe el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos y que quiero anunciar públicamente que comienza su renegociación”.

Algunas reacciones

Inmediatamente después del anuncio diferentes sectores se pronunciaron. Javier Díaz, de la Asociación Nacional de Comercio Exterior, Analdex, comentó en El Espectador: “una renegociación implica abrir totalmente el acuerdo. El presidente Petro puede ponerle aranceles al maíz amarillo, pero Estados Unidos puede optar por ponerle aranceles a las flores, al café, al banano o al aguacate que viene de Colombia. Hay que tener en cuenta que, en este momento, hay una ola proteccionista en Estados Unidos que podría perjudicarnos”.

Por su parte, para María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana, AmCham Colombia, sí hay posibilidades de revisar el acuerdo. Señala que el Tratado cuenta con una comisión administradora que periódicamente evalúa obstáculos relacionados con el acuerdo: “Se pueden mejorar las cláusulas que son dinámicas, como la reducción de aranceles, cambiar las reglas de origen, cambia el anexo de contratación pública. Se pueden emitir interpretaciones sobre el Acuerdo, pero no se pueden cambiar las cláusulas establecidas”.

Las dificultades para las intenciones del Gobierno nacional están relacionadas con la advertencia que hace Lacouture, con base en un análisis de AmCham en el que cerca del 70% de las importaciones desde Estados Unidos son bienes que no produce Colombia y que, en su mayoría, entran a formar parte de las cadenas productivas locales para transformarse en productos que se venderán en el país o en el exterior, señala: “Un aumento en los aranceles a productos que hoy importamos desde Estados Unidos podría generar incremento de precios y ser un nuevo golpe en la lucha contra la inflación”.

Las asimetrías de la competencia

El presidente Petro ha sido enfático en que el país debe diversificar su producción económica y dejar su dependencia de productos como el petróleo. Foto J.C.H.

Por otro lado, el profesor emérito de la Universidad Nacional, Beethoven Herrera, comentó a VOZ: “El presidente Petro ha dicho que hay un desbalance muy grande porque Colombia importaba en cereales 500 mil toneladas en el 90, hoy importa 15 millones; todo el alimento de aves, la soya, el maíz se importa, y eso ocurre así por varias razones: la primera es que en Estados Unidos esos productos tienen unos enormes subsidios. De modo que hay una asimetría”.

Otra de las desigualdades que plantea el profesor Herrera es la ventaja tecnológica del país del norte: “Yo he estado en plantaciones de Canadá donde todo es mecanizado y operan solo dos personas. En el Tratado se incluyó una cláusula que dice que para nosotros poder exportar maíz, debe producirse con semilla certificadas, que son modificadas genéticamente”.

Para Herrera los tratados de libre comercio son complejos y coincide con el presidente de Analdex, “no se puede decir que voy a cambiar un elemento, el maíz por ejemplo, pero ocurre que nos pueden poner aranceles a las flores, al café y al banano, y los productos centroamericanos como el café de Honduras, que no tiene aranceles porque tiene TLC, queda en ventaja. Es muy compleja la situación”.

El profesor de la Nacional complementa explicando que puede haber unas reformas al Tratado, no una renegociación completa. Además, que el empresariado colombiano se opone a que se renegocie.

“Pero se pueden acordar mejoramientos en normas de origen, en temas como las grandes demoras en la certificación fitosanitaria para productos de vegetales, pero que no se meta en el problema de modificar la estructura de la importación de maíz, porque si le pone aranceles el efecto inmediato es que suba de precio”, lo que afectaría los costos para la producción de otros productos.

El cambio es de fondo

Para el profesor Beethoven Herrera, la grave situación económica por la que atraviesa Colombia, requiere soluciones más allá de renegociar o revisar el TLC. “Voy a poner ejemplos. Los gringos subsidian el trigo y el maíz, pero no pueden subsidiar el mango porque no lo produce. Colombia produce mango y mango que se pierden cosechas, y hay una planta en Barranquilla que lo empaca al vacío y lo envía certificado a otros países. ¿Por qué el país no hace una reconversión planificada para producir software o café procesado o frutas tropicales? No, dejaron que se fueran empresas como la Mazda y entraran los carros coreanos y el país está con la mitad en informalidad, la juventud sin empleo y sin estudio, y la gente desesperada por el grado de desempleo e informalidad”.

No obstante, en el mismo sentido se ha pronunciado desde la campaña el presidente Petro, quien en Pitalito expresó: “Tenemos que volver al mundo de la producción, del trabajo urbano y rural, y fundamentalmente su corazón es la agricultura y la industria, no es más el carbón, el petróleo ni la cocaína, es producir alimentos, industrializar la producción agraria, es producir industria, hacer esas motos que importamos, ¿cómo va a ser difícil hacer una moto?, no puede ser tan difícil, ¿por qué no las hacemos? Eso implica conocimiento y educación”.

Producción para el consumo

El analista de la Nacional también pone como ejemplo que fábricas como Coltejer hayan cerrado por la entrada de telas chinas baratas. En ese sentido, el TLC es un problema, pero no el único problema por lo que, “hay que modificar todo el modelo productivo. Primero, en la campaña presidencial un grupo de economistas sacaron un comunicado diciendo que defendían firmemente el derecho a la propiedad, que ningún candidato fuera a afectar la propiedad, y Petro fue a una notaría y declaró que él no iba a expropiar. Pregunto, ¿aquí ya no han expropiado a cinco millones de campesinos que les quitaron sus tierras?, ¿ya los repararon? ¿Los que defienden el derecho a la propiedad están impulsando la devolución justa de la tierra al dueño legítimo para que pueda ser productor?”.

De la misma manera, el profesor cuestiona los altos intereses para los créditos a los pequeños productores y que “solo produce abogados y no tecnólogos en comercio electrónico para comercializar frutas tropicales. Eso no es un problema que se supera cambiando un artículo del TLC. La estructura productiva está con tierra monopolizada para hacer ganadería. Hay que garantizar tierra a la gente para que puedan producir, así sea para comer ellos, no para que exporten”.

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