La Corporación Acción Técnica Social y su principal proyecto Échele Cabeza, realizarán del 14 al 31 de agosto el décimo festival cinematográfico que tiene el objetivo de incentivar la reflexión, investigación y difusión de materiales creativos hacia nuevas formas de abordar el fenómeno de las drogas
Óscar Sotelo Ortiz
@oscarsopos
Un pintoresco cerebro, con los ojos enfiestados y con una expresión sonriente, es el premio que tendrán las personas ganadoras en las distintas categorías del Décimo Festival de Cortos Psicoactivos Échele Cabeza. La estatuilla tiene el nombre de Golden Drug y su color es un homenaje al aniversario de la iniciativa.
El certamen cinematográfico se realizará del 14 al 31 de agosto en Bogotá y tendrá como objetivo incentivar la reflexión, investigación, promoción y difusión de materiales creativos hacia nuevas formas de abordar el fenómeno de las drogas, legales e ilegales, y su presencia en la cotidianidad.
Para conocer a profundidad la iniciativa, la selección de los films y la programación general, VOZ habló con la productora del festival, Diego Saldarriaga, conocida popularmente como Diego Mosca.
Guerra contra las drogas
Échele Cabeza y el Festival de Cortos Psicoactivos hacen parte de un proyecto más grande. Profundicemos sobre ese trabajo…
Échele Cabeza cuando se dé en la cabeza es el proyecto principal de la Corporación Acción Técnica Social, ATS. La organización también tiene otras líneas como el proyecto Cambie, un programa integral de reducción de riesgos y daños para personas que se inyectan drogas; Nicotina, enfocado en usuarios de cigarrillos y vapeadores; Zonas de Rumba Segura, donde se interviene los contextos nocturnos con alto consumo de licor; y el Servicio de Análisis de Sustancias, donde personas usuarias de Sustancias Psicoactivas, SPA, pueden testear lo que consumen. Finalmente, está el Festival de Cortos Psicoactivos como una de las líneas que maneja el proyecto Échele Cabeza.
¿Cómo ha sido todo este proceso en cambiar la narrativa de las drogas?
El proyecto Échele es pionero en Latinoamérica. Cumple catorce años como un dispositivo de información para las prácticas de autocuidado, al tiempo que estimula la cultura, la gestión del placer y la reducción de riesgos asociados al consumo. Su impacto es aportar al debate sobre el fenómeno de las drogas considerando todo el contexto económico, social, político, personal y colectivo que hay detrás.
¿Cómo surge el festival?
Somos conscientes de la relevancia que tiene el audiovisual como herramienta poderosa para la libertad de expresión, el diálogo y la participación. El Festival de Cortos Psicoactivos nace hace más de diez años como respuesta a la ausencia de espacios cinematográficos para debatir y problematizar la llamada guerra contra las drogas.
A propósito, ¿qué opinan ustedes sobre la guerra contra las drogas?
Nos gusta decir, entre chiste y chanza, que las drogas ganaron la guerra contra las drogas (risas). De ahí surge esa necesidad de entablar diálogos.
Categorías y selección
¿Qué aspectos resalta del festival?
Lo más importante es el mensaje y cómo se conecta con el contenido del audiovisual. Si bien hay obras de una muy alta calidad técnica, no necesariamente es el indicador. Lo importante es cómo asumimos el fenómeno de las drogas y cómo le llegamos a varias audiencias a partir de la creatividad.
¿Cuáles son las categorías, cuántas obras recibieron y cuántas seleccionaron?
Este año tenemos seis categorías: ficción, documental, animación, experimental, videoclip y comercial-propaganda. Recibimos más de 140 cortos y seleccionamos 72 obras. También hay una programación de eventos académicos, charlas y cineforos. Y todo comienza con nuestra gran fiesta inaugural que será el miércoles 14 de agosto.
¿Cómo será la programación?
En la página web pueden encontrar toda la información. Pero quiero destacar que tenemos espacios de conversatorios y talleres que tratarán, transversalmente, el tema de las drogas, con una diversidad de temas como derechos humanos, nuevas tecnologías, industria del cine y televisión, narrativas audiovisuales, experiencias psicodélicas, entre otras.
¿Dónde se van a proyectar las películas?
Del 27 al 31 de agosto, en la sala 3 de la Cinemateca Distrital se proyectarán los 72 cortos que seleccionamos en las diferentes categorías. Y, finalmente, el 31 de agosto será nuestra noche de premiación, cierre y clausura, donde vamos a entregar los premios Golden Drugs y otras distinciones.
Recomendaciones
¿Qué conversatorio o cine foro no se pueden perder las personas que lean esta entrevista?
Recomendaría, rápidamente, la charla Todos los tombos saben dónde queda la olla: el consumo, el barrio, la música y los videoclips, que será el viernes 23 de agosto en el Castillo de las Artes (Calle 23 #14-19) a las tres de la tarde. Nuestros invitados son El Kalvo, Casi Nadie y Diana Avella, artistas del género urbano. Modera Alejandra Medina, coordinadora de proyectos de ATS.
La charla trata del consumo de sustancias, legales o ilegales, en el contexto barrial y todas las dinámicas que allí surgen. Sin embargo, quiero decirles que toda la programación de charlas y cineforos tiene excelentes temas, buenas discusiones y personalidades invitadas.
¿Qué película o corto de la selección oficial podría usted recomendar?
Le tengo tres piezas que cualquier persona puede ver porque están montadas en YouTube. Una es el videoclip de La Pestilencia que se llama Criminal Cool, que trata sobre alguien que está mamado, quiere enfarrarse y no sentir culpa. También está la participación de El Kalvo, con una canción que se llama Alivio, la historia de un sensey que va adquiriendo conocimientos a partir del consumo de hongos. Por último, recomiendo Let’s Party, videoclip de la banda bogotana Las Poker, video en animación sobre la fiesta punkera en Bogotá.
¿Cuál es la invitación final?
La invitación es a no ser morrongos. Todos consumimos, desde licor en adelante. El festival promueve la creatividad y que la gente proponga desde la realización audiovisual, siempre respetando la libertad de expresión, sea cual sea su opinión frente al fenómeno de las drogas. La invitación es a participar en este ejercicio de cambiar la narrativa construida sobre las drogas.
