jueves, septiembre 19, 2024

El estadista

Luis Adolfo Vidal F. (*)

A lo largo de la historia aparecen estadistas que cambian el destino de un país y superan las dificultades, viendo posibilidades para su terruño y convierten los problemas en acciones que posibilitan transitar de la pobreza a la prosperidad económica. Estas personas, con estas cualidades, son escasas, pero existen.

Son personajes singulares; suelen ser patriotas, su inteligencia única les permite mirar el futuro común por encima de todo impedimento y no se desaniman; buscan la satisfacción en el deber cumplido y el lugar que solo ellos pueden ocupar en la historia; cuentan con una visión única, para bien o para mal.

Podemos citar, para recrear lo expuesto, Corea del Sur con su líder Park Chun Hee; sus políticas llevaron a este país a invadir el mercado con sus marcas tecnológicas, entre las cuales encontramos las famosas y exitosas marcas Samsung, Daewoo, Kia, LG y Hyundai, entre otras.

Singapur dejó de ser una isla en pobreza extrema a ser uno de los países más ricos de Asia, gracias a Lee Kuan Yew, quien logró desatar las cadenas que los ataban a los británicos. Los liderazgos de Malasia, Tailandia y Filipinas son ejemplos que demuestran que es posible cambiar las realidades de una patria, cuando a ellas llegan líderes con visión de estadistas.

En Colombia, llegó un presidente con una propuesta de cambio. De todos sus planteamientos, el de convertir al país en una potencia mundial en producción de energía amigable con el medio ambiente es la que más llama la atención.

En su discurso en el Queens College de New York, sobre el cambio climático, justicia social y paz, entre otros, con sus elocuentes palabras ante un auditorio de expertos, dejó claro las razones y argumentos suficientes sobre la necesidad que el mundo transite a la producción industrial desde las nuevas energías y evite, con ello, la desaparición de la vida en el planeta como la conocemos.

A Gustavo Petro se le convirtió en rutina la necesidad de lidiar con una prensa mordaz, que pretende ridiculizar los buenos objetivos y oportunidades que tenemos en este sector. Toda una guerra mediática convierte en escandalo cualquier cosa por trivial que sea, pero nuestro estadista tiene el propósito de convertir a Colombia en potencia mundial en la generación de energías renovables, con su capacidad y apoyo popular logrará superar el negacionismo y escepticismo de una clase empresarial que solo creció con la privatización de empresas y la corrupción a todo nivel en el Estado.

Las energías verdes ofrecen la posibilidad de hacer una revolución industrial y convertir a Colombia en líder mundial en la producción descarbonizada y con ello la llegada de grandes capitales de inversión extranjera que conviertan nuestro futuro de violencia y falta de oportunidades en un país próspero y en paz, para lograrlo solo se necesita un estadista con apoyo popular.

* Director del periódico alternativo digital Primera Línea

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