Luego de un turbulento viaje al Cielo, el maestro Calarcá logró hablar con el Todopoderoso de las religiones monoteístas. ¿Qué respondió el “jefe de jefes”?
Arles Herrera (Calarcá)
Cuando cursaba mí primer año de primaria había semanalmente una clase de religión. La profesora Julia obligaba aprender de memoria la historia sagrada escrita por Bruño.
Las narraciones en esta historia sagrada me inquietaban, no podía entender por qué Yahvé había ordenado el diluvio universal ahogando a todos los seres humanos y a los animalitos. Esto para mí resultaba incomprensible, me imaginaba el sufrimiento de todos los seres caídos.
Ya mayor he querido viajar al Cielo con el propósito de hacerle una entrevista al Todopoderoso. Sé que no será nada fácil que acepte ser entrevistado por un militante comunista y que además apoya al Gobierno del cambio. Seguro me negarán la visa para entrar. Sé que tienen un sofisticado sistema de vigilancia, superior al que utilizan en Rusia, China y Estados Unidos sobre cada ser humano, por lo tanto, no será fácil pasar de incógnito.
Calentamiento celestial
Pedí la visa y dicho y hecho, fue negada. Insistí argumentando que solo iba para hacer unas entrevistas. Aceptaron, pero me aclararon que jamás sería reconocido como residente. Ahora, ¿cómo viajar al Cielo, si no hay servicio de transporte para llegar a este espacio celestial que se haya a miles de años luz?
La única alternativa era viajar en un sueño. Cerré los ojos y en segundos llegué a mi destino, pero ¡oh sorpresa!, estaba dividido por un larguísimo muro similar al que tiene Estados Unidos en la frontera con México. Sentía un calor sofocante. Ahí fue cuando me percaté que el cielo padecía el calentamiento celestial.
Las almas bajo 60 grados de calor hacían larguísimas filas esperando impacientes les sea resuelto la entrada al centro celestial. Vi desmayarse a miles de almas, no había ni una gota de agua para socorrerlas, los ríos estaban secos y el poquito que se encontraba, estaba contaminado con mercurio, las transnacionales mineras hacían estragos, además las nubes estaban incendiadas.
La burocracia celestial
Bajo el inclemente sol, las almas alegaban que en la tierra sus familias ya habían hecho la novena y que también habían pagado varias misas, incluso muchas de ellas cantadas.
Me llamó la atención ver al personaje de Kafka, Gregorio Samsa, sufriendo su metamorfosis, convertido en insecto, esperando desde 1924 que le resolvieran su entrada al Cielo, cosa imposible, pues había un aviso que decía: “Prohibido el ingreso de mascotas y de insectos”.
El alma de una señora que hacía fila me comenta: “Señor, estoy haciendo fila desde el siglo XV y esta es la hora en que no me resuelven el ingreso, pese a que tengo el recibo como constancia de que pagué con mis ahorros las indulgencias al Papa León X, el cual me dijo: «Usted le presenta este recibo a San Pedro y va para adentro como un tiro»”.
–¿Y qué le dijo San Pedro cuando usted le presentó el recibo? – pregunté
–Que la firma del Papa León X era ilegible. Busqué al Papa para que firmara de manera más clara, pregunté dónde encontrar al Pontífice y me dijeron que estaba en el infierno condenado a cárcel perpetua por estafador. Viajé al infierno, busqué al Pontífice el cual me firmó el recibo, volví al cielo y se lo presenté a San Pedro y de una me dijo que ese papel no tenía ninguna validez ante los ojos de Dios. ¿Cómo le parece la mamadera de gallo aquí?
La señora continúa comentando sobre la mala atención a las almas: –Como le parece que el único que atiende en la puerta del Cielo es el señor San Pedro, él pobre viejito ya no oye, ni ve y para el colmo de males escribe en el computador con un solo dedo. Que injusticia con el viejito, lleva más de dos mil años de portero y no lo han jubilado. Por acá necesitamos una reforma para que este señor tenga su pensioncita y salga a descansar. Es más que justo.
Un ridículo formulario
Por el altoparlante pidieron que me hiciera presente en la portería. Llegué al punto, allí estaba un ángel vestido como el Esmad. Su aspecto físico era la de un Neandertal y con tono de malas pulgas me dijo: “llene este formulario, escriba y conteste bien claro las preguntas”.
¿Nacionalidad?, ¿a qué viene al Cielo?, ¿por cuánto tiempo?, ¿quién lo recomienda?, ¿tiene familiares aquí?, ¿cuántos euros va declarar?, ¿en qué trabaja?, ¿trae o consume cocaína?, ¿la marihuana se la fuma en pipa o pega porros?, ¿se sabe el Padrenuestro?, ¿apoya a Petro?, ¿tienes familiares en el infierno?, ¿es hincha de Santa Fe o de América? Firma y dirección en la tierra.
Este ángel revisó el formulario y de manera osca me permitió el ingreso. Tomé un ciclo taxi rumbo al palacio de Jehová. En la monumental puerta estaba quien me conduciría hasta el gran creador. Era un ángel viejito desmuecado, sus alas eran los meros huesos, lucía una túnica blanca de lino.
En la sala de espera
Me sentía nervioso. Llegamos a la antesala y me dijo: “siéntese y espere que lo llamen”. Aguardaba impaciente. En esos momentos pasó el alma de la señora de los tintos y me ofreció un pocillo de café.
Mi atención se centró en el noticiero TV Celestial cuando apareció el Tío Sam en una rueda de prensa dando unas declaraciones sobre el acuerdo con Yahvé, el cual decía que Joe Biden podía enviar a Ucrania bombas racimo en apoyo a Ucrania, que no importaba que esta estuviera prohibida por más de cien países. Otro acuerdo era que Israel podía agredir a Palestina sin problema.
Se abrió una puerta, un ángel me hizo señas de que siguiera. Entré al esplendido gabinete del Creador, estaba sentado en una modesta silla, a su lado había varios arcángeles. “Póngase cómodo y bienvenido”, dijo. Puso la mano izquierda sobre el mentón y con voz pausada exclamó: “He visto las ultimas noticias de Colombia. De manera que la gente de bien que me evoca y va a misa le robó 80 millones de dólares a Ecopetrol, ¡que vaina! Bueno, sé que vino a hacerme una entrevista. Adelante”.
La entrevista
–Señor Yahvé, gracias por recibirme. Mis preguntas están basadas en la historia sagrada de Bruño que es uno de sus biógrafos. ¿Por qué usted expulsó a Adán y Eva del paraíso sin previo aviso, sin pagarles el tiempo de trabajo y sin seguro social? Usted responsabilizó a Eva de todos los males que se padecería la humanidad en la tierra. ¿Es usted misógino?
–Siguiente pregunta– respondió Yahvé.
–Hubo un momento en que usted dijo que había mucha maldad en el mundo y determinó mandar el diluvio universal acabando con toda la humanidad que eran más o menos 1.030 millones de habitantes y todos los animales del planeta. Esto es un crimen de lesa humanidad, ¿no le parece?
–Siguiente pregunta– respondió Yahvé.
–Había un conflicto entre filisteos e israelitas y usted inspira a Sansón para que matara a mil filisteos con una quijada de asno. ¿Qué opinión tiene ante semejante masacre de filisteos por el solo hecho de adorar otro dios y no a usted?
–Siguiente pregunta– respondió Yahvé.
–Se conoce que el faraón Ramsés II de Egipto tenía esclavizados a los israelitas y que este se negaba a darles la libertad. Por esta razón usted envió diez plagas a Egipto, además envió al ángel de la muerte para que degollara a todos los primogénitos egipcios. ¿Por qué no castigó al Faraón que era el del problema y si lo hizo con todo un pueblo inocente? ¿Qué me dice al respecto?
–Siguiente pregunta– respondió Yahvé.
–La destrucción de Sodoma y Gomorra de 50 mil habitantes. La destrucción de Jericó de 20 mil habitantes, donde todos fueron acuchillados por el ejército israelita, incluso los animales. Esto fue ordenado por usted. ¿Qué me dice al respecto?
–Siguiente pregunta– respondió Yahvé.
–Usted con su gran poder, ¿por qué no salvó a su pueblo judío del holocausto perpetrado por el fascismo alemán?
Yahvé se cubrió el rosto con sus manos y vierte tantas lagrimas que se convierten en copiosas lluvias que bañan la tierra.
