miércoles, enero 22, 2025
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El mejor biógrafo de Camilo Torres

Nació en Australia en el seno de una familia irlandesa. Tiene nacionalidad y pasaportes australiano, irlandés y colombiano. Ha vivido en nuestro país desde hace cincuenta y seis años, convirtiéndose en un hombre ligado a nuestra historia

Pablo Oviedo A.

Casi siempre sonríe afable, como lo hacen los veteranos que regresan a casa después de esforzadas hazañas en las que enfrentaron mortales contingencias. Pero su tono es firme, respaldado por recias convicciones, esas que lo han llevado a ser siempre un defensor de la vida, de la libertad, de la justicia, del hombre que no renuncia a ser tal, pese a que los regímenes alienantes y coercitivos quieran condenarlo a la oscura noche de la marginalidad y la miseria.

¿De dónde nace la idea de escribir la biografía del padre Camilo Torres Restrepo?

Salió porque yo estaba trabajando aquí en Colombia con los curas de Golconda, que eran sacerdotes revolucionarios de la época. Una editorial neoyorquina, la más grande de Estados Unidos, supo de mí y me comisionó para escribir la biografía de Camilo Torres que ya era conocido a nivel universal por sus posturas humanistas.

Y en esa investigación y escritura, ¿qué encontró sobre el cura guerrillero?  

Muchos colombianos pensaban que Camilo era un fenómeno local, pero sus ideas tuvieron eco a nivel mundial. Para la narrativa local, Camilo Torres no era más que alguien que brilló brevemente en el escenario político que, después, se metió al monte y murió en combate, y con su muerte se acabó el cuento. Sin embargo, lo que no sabían los colombianos era que, fuera de Colombia, Camilo Torres ya rutilaba como una especie de mito, leyenda, santo, héroe y mártir.

El padre Camilo se convirtió en un paradigma entre toda la izquierda cristiana en el mundo, durante esos años de tremendos movimientos y cambios. Era la época en la que la gente marchaba contra la guerra en Vietnam, denunciaba la política intervencionista de EE. UU. y condenaba sin parar las bombas atómicas que los gringos explotaron contra Hiroshima y Nagasaki.

Había también mucha actividad de oposición a los regímenes dictatoriales, a los militares fascistas. La gente apoyaba la revolución cubana. En medio de ese panorama, la figura de Camilo era más admirada y celebrada en el exterior.

¿Y el libro?, ¿cómo fue recibido en Colombia?

Ya escrita y publicada la obra, nadie en Colombia me solicitó un solo ejemplar de ella. Ninguna librería se mostró proclive a distribuirla, pero en Nueva York sí, y en otros países del mundo. Yo escribí ese libro basándome en notas documentales, en los diálogos largos y sostenidos que tuve con la madre de Camilo y con la gente que fue muy cercana a él.

Yo estaba muy enterado del trasfondo de la lucha revolucionaria en Colombia, porque esa época era de mucha efervescencia ideológica anticapitalista, antimperialista, antiburguesa.

¿Qué otros libros ha escrito además de la biografía de Camilo?

He escrito muchos otros, entre esos uno sobre Samuel Becker. También escribí un libro sobre el sacerdote Manuel Pérez Martínez, más conocido como el cura Pérez, a quien considero el hombre que, en cierta forma, relevó las ideas de Camilo dentro de la guerrilla del ELN. Hasta llegó a ser el comandante de ella. Fui contratado por el Círculo de Lectores para escribir la biografía de ese personaje, la cual titulé El Guerrillero invisible.

En Irlanda, escribí un libro que fue un best seller, el más vendido en un año, sobre un obispo del que se descubrió que tenía mujer y un hijo en Estados Unidos. Este hecho generó un tremendo escándalo en su momento. El imperio de cartón, del que van dos ediciones y pronto saldrá una nueva edición, es sobre la industria papelera de la empresa multinacional Cartón de Colombia. El libro se me ocurre al enterarme de las tremendas ganancias obtenidas por esta industria con sedes en Dublín, México, Venezuela y Colombia.

¿Qué cree que le espera en el futuro a Colombia?

El mundo va muy mal, es evidente; el panorama general del mundo es muy oscuro. Colombia es un país, para nosotros que lo queremos y valoramos, muy grande e importante, pero, en realidad, Colombia todavía no es reconocida como debería.

¿Y sobre el futuro de la humanidad?

Para mí, la única esperanza del mundo es movernos a la multipolarizacion. Desde hace muchos años, Putin, presidente de Rusia, dictó una magnífica conferencia en Múnich, Alemania, en la que alertó a los jefes del mundo acerca de la necesidad de acabar con la unipolarización mundial. Ahora se volvió una realidad con la creación de los BRICS, que iniciaron con cinco países y ya hacen parte de ellos más naciones, seguro que a futuro se unirán a ellos algunos países de Medio Oriente y, seguramente, países de América del Sur, entre esos Colombia.

Los BRICS son una esperanza para el mundo, aunque es triste ver las masacres de niños en Palestina, que nada ni nadie ha logrado parar, lo que indica que no hacemos nada.

¿Qué visión tiene del presidente Petro?

El presidente Petro, entre muchas de sus virtudes, ha logrado posicionar mejor a Colombia en el mundo; con el solo hecho de lograr que la COP16 se hiciera en el país y que tal evento se convirtiera en noticia muy importante a nivel mundial; ha sido un logro inmenso, incuestionable, pero no basta con ello.

¿Se considera colombiano?

Estoy muy amañado en Colombia, aquí me casé con una maravillosa mujer que lamentablemente falleció hace tres años, dejándome en compañía de los dos bellos hijos que tuvimos y de cuatro lindos nietos.

Aquí he hecho de todo un poco: sembré papa en La Calera con campesinos vecinos al lugar donde viví en cierta época; dos veces al año íbamos a Corabastos a vender la producción obtenida. Tuve una huerta casera en la que cuidábamos a una vaquita lechera y gallinas ponedoras. He escrito libros; he sido dibujante, caricaturista, traductor, actor. En todos estos años, en Colombia, he sido feliz, mejor dicho, soy colombiano.

¿Qué consejo le daría usted a la juventud colombiana?

Soy muy malo para dar consejos, pienso que la gente sabe equivocarse solita, pero bueno, les aconsejo que lean, que lean mucho porque a pesar de la tecnología el libro físico no se acaba, y que cuando lean no se olviden de leer buena literatura.

¿Un saludo para el semanario VOZ?

He sido hincha del semanario VOZ, admirador de Calarcá que es un gran dibujante con quien comparto más o menos la misma edad: yo estoy a punto de cumplir noventa años y creo que Calarcá está muy cercano. Aunque no lo conozco personalmente, lo aprecio y valoro mucho. Yo sé que él fue amigo de un gran amigo mío, Fernando Oramas, y como yo soy dibujante y pintor, me siento cercano a Calarcá. Saludos a él y a todo el grupo del semanario VOZ, que es una voz fundamental en Colombia, desde hace tantísimos años.

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