Las grabaciones confirman la red criminal de la que hace parte el expresidente Álvaro Uribe Vélez
José Ramón Llanos
La clase política flota en un océano de corrupción. Unos son multimillonarios que delinquen obligando a sus trabajadores a votar por ellos y sus parientes, además, compran sufragios como es el caso del clan Char, quienes han sido denunciados por la exsenadora Aida Merlano. En este tema el investigado es el exsenador Arturo Char. Aparte de los casos de Fuad, el padre, a quien Estados Unidos le retiró la visa igual que a Alex. Para mayor vergüenza nacional no es la única familia integrada por políticos sub iudice.
Por otra parte, asistimos a la caída estrepitosa del teflón que cubría a Álvaro Uribe y algunos destacados militantes del Centro Democrático. Los últimos descubrimientos hechos en relación con la financiación de la campaña en el año 2014 de Óscar Iván Zuluaga, acabó con la solidaridad que amparaba a los violadores de las leyes de ese Partido. Hasta el expresidente le sacó el cuerpo a la familia Zuluaga Martínez
¿Qué ha sucedido con Uribe y sus secuaces? Nada. Lo que sucede es que la verdad siempre prevalece sobre la mentira. Ciertamente, Uribe Vélez es un caso grave de delincuente sistemático, calculador y hábil para mimetizar sus tácticas criminales. Es un prototipo poco conocido en nuestro país. Ha tenido la habilidad de evadir la cárcel en delitos urdidos por él pero que cometen otros para beneficio del exmandatario. Veamos algunos casos.
El caso de Sabas Pretel y de Diego Palacios Betancourt
La Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia condenó a 80 meses de prisión a los exministros Sabas Eduardo Pretel de la Vega y a Diego Palacios Betancourt por la comisión de delitos de cohecho y a 60 meses de prisión al exdirector del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República, Alberto Velázquez Echeverry.
Lógicamente, el beneficiario de estos delitos fue el expresidente Álvaro Uribe, por tanto, él fue el promotor de estos delitos. Sin embargo, no fue sancionado. Eso debido a la habilidad del expresidente no obstante que la Corte reconoce que la comisión de esos delitos produjo un grave daño a la institucionalidad del país y lo expresa así: “Tal vez, hoy día, otra sería la situación de una institucionalidad que se encuentra seriamente agrietada y poco respetada por una sociedad que no cree en la honestidad de sus dirigentes”.
Llama la atención que la Corte además dijera que, “siguiendo instrucciones del entonces presidente Álvaro Uribe Vélez los sancionados actuaron de manera ilegal”. Situación similarmente dolosa fue la relacionada con los congresistas Yidis Medina y Teodolindo Avendaño quienes fueron también sancionados y tampoco el determinador de esos delitos fue sancionado.
Todo esto lo que demuestra es que las actuaciones presidenciales y las actuaciones políticas de Uribe Vélez se han desarrollado en un entramado delincuencial. Pero él no ha sido sancionado debido a su escurridiza habilidad para eludir la justicia colombiana.
El Centro Democrático abandona a Oscar Iván Zuluaga
Una vez más Álvaro Uribe Vélez demuestra su asombrosa habilidad escurridiza que le ha permitido que, aunque vive rodeado de políticos delincuentes que algunas veces han actuada a su favor, casos como el de Sabas Pretel y Diego Palacios, él sale ileso.
En esta ocasión las pruebas contra Óscar Iván Zuluaga son tan evidentes que seguramente serán condenados él y su hijo David por los delitos de falsedad en documento privado, fraude procesal y enriquecimiento ilícito de particulares.
En esta ocasión Álvaro Uribe ha optado por la táctica de los ladronzuelos de barrio cójanlo, cójanlo, cójanlo a Oscar Iván Zuluaga y a su cómplice David Zuluaga Martínez. Solo que ahora como ya la sociedad lo reconoce por sus tantas acciones sancionadas por el Código Penal ya nadie le cree, e incluso alguno de sus amigos para deslindarse de él lo llaman el Pastorcillo mentiroso.
Manes del proceso electoral
En cada ocasión que un miembro del Centro Democrático fue acusado por algún delito, los miembros de este partido en coro salían a defenderlo. Incluso en 2014, Uribe y todo su sequito defendieron a Óscar Iván Zuluaga y a Daniel García Arizabaleta. Tanto así que este último hizo parte del listado para el senado del Centro Democrático en el 2022 hasta que se dieron cuenta que había pruebas que indicaban que había sido sobornado por la empresa Odebrecht. Pero en esta ocasión el proceso electoral ha obligado a todos los militantes del Centro Democrático a darle la espalda a los mencionados imputados por la Fiscalía.
En Colombia la prensa proclive al uribismo podrá minimizar, o incluso tratar de ocultar el entorno delictivo en que se mueve este sector político, pero, en el exterior seguramente están asombrados de que un partido con tantos militantes y altos dirigentes condenados, o imputados no le haya sido cancelada su personería jurídica.
Unos medios dicen que son 40 los miembros del Centro Democrático que están sub iudice. Pero Telesur dice que apenas son 15 pero el hecho real es que hay una especie de actitud discriminatoria positiva del Consejo Nacional Electoral ya que por el solo hecho de que le presentaron documentos inexactos sobre el presupuesto ejecutado en la campaña presidencial de Óscar Iván Zuluaga ha debido sancionarlo cancelándole la personería jurídica.
Los setenta procesos de Álvaro Uribe
La tantas veces mencionada habilidad de Uribe para eludir la justicia, también queda demostrada en el hecho que ha sido denunciado desde la década de los noventa cuando era gobernador de Antioquia y sin embargo solo una vez la Corte Suprema lo sancionó deteniéndolo en su residencia. Él huidizo como siempre superó esta detención preventiva renunciando a su senaduría. Pero la cuestión asombrosa es que Uribe tiene acusaciones de violaciones a las normas legales colombianas en materia penal y también de otra naturaleza.
A lo largo de su carrera política de más de treinta años ha tenido que afrontar más de 100 investigaciones de las cuales 84 están activas. Actualmente en la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes, órgano del parlamento encargado de estas investigaciones, mantiene en trámite 56 pero ninguna se ha movido.
Es necesario señalar que tiene 28 procesos de naturaleza penal bajo la jurisdicción de la Corte Suprema de Justicia, pero solo una llegó a la fase de indagatoria y es la que lo mantiene por segunda vez en la Fiscalía que insiste en terminar su proceso, pero dos jueces no han aceptado esta tesis y han continuado el juicio.
¿De qué naturaleza son las acusaciones? Son imputaciones penales que si lo condenaran tendrían que pagar por lo menos diez años de cárcel. Se le acusa de corrupción, relaciones con el paramilitarismo, vínculos con narcotraficantes, crímenes selectivos, matanzas colectivas.
Recordemos que muchos consideran que tiene algo que ver con la avioneta en que iba su amigo Pedro Juan Moreno. Al expresidente se le vincula con las matanzas de El Aro, La Granja y San Roque. El grupo ejecutor de estas matanzas fue la organización paramilitar Autodefensas Unidas de Colombia que según los comentaristas contaba con el apoyo del gobernador Uribe Vélez.
El hecho cierto es que, el paramilitar Salvatore Mancuso en distintas declaraciones reconoce los vínculos de Álvaro Uribe con el paramilitarismo. Suponiendo que todos estos cargos resultaran falsos el hecho es que Álvaro Uribe Vélez desde que desempeñó el cargo de gobernador hasta el del presidente ha estado relacionado con una decena de funcionarios suyos que fueron condenados por diferentes delitos en la mayoría de los casos por parte de la Corte Suprema. ¿Será que se equivocaron y en vez de Antro le pusieron Centro?