viernes, septiembre 20, 2024
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“A punta de disciplina y esfuerzo fui escalando”

La goleadora del pasado Mundial de Futbol de Salón, Shandira Wright Rodríguez, habla sobre su experiencia en España, su liderazgo en la Selección Colombia y su propuesta para mejorar la liga femenina de este deporte

Juan Carlos Hurtado Fonseca

“Nosotros somos un deporte que es el deporte del pueblo y este gobierno, es el gobierno del pueblo. (…) Todos nosotros empezamos en la cuadra en el barrio, porque el microfútbol es el deporte más popular de Colombia, se practica en cada rincón de cada barrio, no importa la clase, no importa el dinero, no importan las condiciones. Si no hay plata pa’ las canchas, se ponen dos piedritas; si no hay plata pa’l balón, se hace un balón con medias o con lo que haya se practica microfútbol. Y hoy le estamos dando un título mundial a un país micrero. Me siento muy orgullosa de ser parte de la Selección y de haber logrado este título en este gobierno”.

Las anteriores fueron las palabras de Shandira Wright Rodríguez, en el reconocimiento que le hicieron en la Casa de Nariño Gustavo Petro, la vicepresidenta Francia Márquez y la ministra del Deporte María Isabel Urrutia, a la Selección Colombia de fútbol de Salón Femenino.

Shandira es capitana de esta Selección que se coronó campeona del Mundial de esta disciplina, disputado el pasado mes en Mosquera, Cundinamarca. Fue goleadora y galardonada como la mejor jugadora.

Pero como casi todos los que practican de manera competitiva el fútbol de salón, comenzó en la calle, jugando banquitas, en torneos de colegio y de barrio. Luego pasó a selección Boyacá, Heroínas de Tunja y la temporada pasada la jugó en España.

Paipana de nacimiento y crianza, y con raíces sanandresanas, evidencia liderazgo dentro y fuera de las canchas. Así resume su vida deportiva y competitiva: “A punta de disciplina y esfuerzo fui escalando”.

Dos visitas a Palacio

– ¿Por qué esas palabras en la Casa de Nariño?
– Lo que pasa es que en 2013 también ganamos un campeonato mundial y pues… esa vez fue feo. Esta vez estábamos al lado del presidente, yo estaba sentada a medio metro de él y mis compañeras al frente, nos abrazamos, nos dimos la mano, nos tomamos fotos. Eso no se había visto, esa cercanía lo hace a uno pensar que ellos no son de una élite, sino que son parte de los logros de uno.

– ¿En 2013 no fueron a la Casa de Nariño?
– Sí. Estaba Juan Manuel Santos. Fue en el Palacio, pero fue afuera, había unas carpas y una recepción. Fue todo diferente, fue todo como muy alejado, muy distanciado. Esta vez fue muy familiar, se sentía uno a gusto porque uno es un deportista que se la pasa de cancha en cancha, de sudada en sudada todos los días. Fue distinto y por eso lo dije, fue lo que sentí en ese momento.

– Usted estuvo la temporada pasada en el Teldeportivo de Gran Canaria en España, al cual ayudó a ascender, ¿cómo fue esa experiencia?
– Cuando empezamos a hablar de los objetivos y los ítems de la contratación, ese era un objetivo claro: ascender. Fue un cambio brusco por ser otro continente, otra liga, otro equipo. Conocí a una jugadora que juega en la Selección de Argentina, pero nos habíamos cruzado en canchas, nunca habíamos hablado. Allá ganamos la liga y ascendimos.

El resto, pues otra cultura y otro nivel de juego. Me sirvió mucho para aprender lo que aporté en la Selección. Me sirvió para madurar en ciertos aspectos y eso también lo aporté, ya que es un equipo que para la mayoría de jugadoras fue su primera Selección.

El equipo, más que cinco

Shandira celebra un gol con Teldeportivo de Gran Canaria. Foto cortesía

– ¿Cuál fue ese aporte que le diste a la Selección y que aprendiste en el Teldeportivo?
– Trabajar muchísimo en equipo, ya que generalmente en Colombia son de cinco jugadoras, allá si no tienes 12, una plantilla de 14 o 16 es muy difícil por el nivel de la competitividad. Teníamos cinco titulares, pero cualquiera de las otras entraba y no se sentía.

Uno como líder tenía que hacerle sentir eso a ellas en la Selección, de que no están ahí solamente para darle aire a las que están adentro, sino para aportar. Eso lo sintieron y cada vez que se hacía un cambio, yo creo que ustedes se dieron cuenta, era como si no pasara nada. Eso era lo importante, que había que trabajar en equipo y el equipo no solo son cinco.

– ¿Por qué no siguió en el equipo de España?
– Porque allá los calendarios se cruzan. Si hubiera seguido allá no hubiera podido jugar el Mundial. Me daban permiso solo para venir a la competencia, no a la fase de preparación, no me pareció lo correcto y por eso decidí estar este año acá en Heroínas de Tunja. Ya el otro año veremos qué pasa.

El ejemplo español

– Ustedes, las mujeres, en futsal tienen una liga.
– Tenemos la misma dificultad que en fútbol, hay una liga pero es muy corta, solo cuatro o cinco meses y el resto del año uno está quieto. Y para dedicarse únicamente a jugar se necesita una liga mucho más larga.

– Entonces, ¿como jugadoras tienen que buscar otro trabajo para sobrevivir?
– Sí. Hay equipos que ni siquiera tienen los recursos para cubrir los salarios de las jugadoras. En mi club somos privilegiadas porque los resultados nos mantienen un poquito con los patrocinadores.

– ¿Qué hacen las jugadoras para sostenerse cuando no compiten, en qué trabajan?
– La mayoría nos dedicamos al deporte; escuelas de formación o en organización deportiva.

– Usted conoció cómo es la liga de España, ¿qué tenemos que aprender de allá en términos organizativos?
– Tenemos que aprender mucho sobre todo a nivel administrativo, porque esa liga dura 10 meses. Empieza en agosto y termina al siguiente año en junio, entonces, las jugadoras adquieren una dinámica de juego grandísima por la competitividad. Los miércoles se juega la Copa de la Reina y los fines de semana se juega la Liga. Se está en constante competencia.

En cambio, aquí jugamos cada ocho días y solo cuatro meses. Lo que pasa es que las colombianas tenemos mucha técnica individual y eso ayuda a que sobresalgamos un poco, pero la competitividad hace que uno suba mucho más el nivel.

Se requiere inversión

– ¿Eso hace que los salarios para las mujeres sean mucho mejores allá y ellas se dedican solo a jugar?
– Sí porque el tiempo te da solo para entrenar doble jornada, seis o siete horas diarias y ya.

– ¿Qué cree que hace falta en Colombia para que mejore o para que haya más apoyo al fútbol de salón femenino?
– Recursos, porque si se pudiera mantener un club por muchos meses y si se pudiera dar una estabilidad a las jugadoras, la liga sería más larga. Si se pudiera difundir más por medios de comunicación, tendría mayor acogida, y todo eso se hace es con recursos.

– ¿El Gobierno tiene que ayudar?
– Sí, de hecho, hablábamos con la ministra del Deporte hace poco, y ella está muy abierta a recibir las sugerencias y a planificar con la Federación Colombiana de Fútbol de Salón para que eso sea posible.

– ¿Qué viene para Shandira?
– Esta semana estamos jugando las semifinales de la Liga colombiana. Y si Dios quiere, jugaremos la final en noviembre o principios de diciembre, y ya este año se cierra el calendario. El otro año estaré jugando clasificatorias a Juegos Nacionales con Boyacá, y esperar a ver porque la liga en Europa se acaba tarde, se acaba en julio. Esperar, esperar…

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