La tercerización laboral de cientos de trabajadores en estos pozos petroleros, tiene a empresas contratistas, trabajadores, comunidades y al sindicato en un grave conflicto
Juan Carlos Hurtado Fonseca
@aurelianolatino
Cada cuatro o seis meses o cada año se presenta un problema entre los trabajadores de los pozos petroleros de Ecopetrol Provincia, en los municipios de San Martín, Sabana de Torres y Rionegro, en Santander, donde hay alrededor de 600 obreros de esta industria, de los cuales 500 están afiliados a la Unión Sindical Obrera, USO.
El conflicto se origina en las rotaciones o cambio de personal de las empresas contratistas, que venden servicios de actividades misionales a la estatal petrolera Ecopetrol, porque finalizan sus contratos laborales.
Viviana Ricaurte, dirigente sindical de la USO, subdirectiva Sabana de Torres, explica que las comunidades se pelean por cupos laborales en la estatal petrolera, aunque de manera tercerizada; problema que se acrecienta con el desempleo en estos municipios.
Es necesario aclarar que las firmas contratistas de Ecopetrol funcionan con el sistema de rotación, es decir, sacan obreros con un vínculo contractual a dos o tres meses o, uno o dos años. Lo cuestionable es que estos procedimientos se hacen con el conocimiento de la empresa petrolera.
La trercerización
Esto provoca enfrentamientos entre las comunidades por cupos: “Se inicia un proceso de confrontación entre la clase obrera y las comunidades. Por qué, por un empleo, entonces es, ‘ah tú ya comiste suficiente, ya llevas mucho tiempo ahí y ya es tiempo de que en el próximo contrato te vayas’. Y esto ha generado una problemática porque los trabajadores se han ganado ese espacio dando su producción al 100% y ya visualizan esto como una profesión”, manifiesta la dirigente de la USO.
Unos de los más afectados son los 60 trabajadores de vigilancia, quienes llevan años en sus cargos, se han profesionalizado y ahora corren el peligro de que más de 60 de ellos se queden desempleados por el proceso de rotación, aunque llevan entre 12 y 15 años laborando.
“¿Qué les vamos a decir a los trabajadores que están a punto de pensionarse? ‘¿Ah, es que ya comiste, entonces, que hoy venga otro a comer y repartir la miseria en un municipio?’”, cuestiona Viviana Ricaurte.
La dirigente sindical riñe con la estatal petrolera porque no defiende a los trabajadores cuando se presentan estas situaciones: “Lo que medianamente Ecopetrol debe garantizarles a los trabajadores, es una estabilidad. Las garantías laborales las tienen los trabajadores directos de Ecopetrol, que son solo 80”.
Innecesaria confrontación
El cambio de personal ha producido choques entre el sindicato, los trabajadores y la estatal petrolera: “Porque dentro de nuestra plataforma de lucha está garantizarles a los trabajadores una estabilidad. Esas son las peleas contundentes que damos con Magnex, es que nosotros no podemos permitir que se nos despida un trabajador simple y sencillamente porque tengo que rotar la miseria o, porque los presidentes de las juntas de acción comunal definieron que
Hay que rotarlos o, porque la gente ya cree preciso que hay que rotarlos”, explica Viviana Ricaurte.
Por su parte, las comunidades, representadas por las juntas de acción comunal, exigen que se emplee personal de estos municipios y veredas, respaldadas en un legítimo derecho de solicitarlo a Ecopetrol y a las contratistas que operan en sus territorios.
La dirigente sindical explica: “Los trabajadores que hacen parte de las zonas de impacto o de donde se perfora tienen la garantía legal de que la gente de esos pueblos o de esos pozos o cercanos tengan empleabilidad”.
Ahora bien, desde las mismas comunidades y trabajadores se ha denunciado la existencia de mafias que venden los cupos en las empresas o cobran un porcentaje de las mesadas, 500 o 600 mil pesos, a cambio de meterlos a laborar. Y, si la empresa se niega a contratar a determinado personal, puede haber bloqueos o paros por parte de algunos a nombre de la comunidad. De esta manera, las rotaciones sirven a estas mafias.
Trabajos misionales
“Uno espera que por lo menos Ecopetrol garantice una mediana estabilidad y la respuesta de ellos lavarse las manos y termina diciendo, ‘Qué pena, es que este no es mi tema, ese tema es de la empresa contratista, toca que hablen con ellos’. Y nos vamos a hablar con el contratista y el contratista dice, ‘Es Ecopetrol’”, manifiesta Viviana Ricaurte.
El sindicato tiene claro que las actividades misionales como mantenimiento y seguridad deben ser contratadas directamente por la empresa. Algunos aseguran que los vigilantes no hacen parte de la misionalidad, a lo que la dirigente responde: “Eso fue algo que nos quitó Uribe. Lastimosamente dicen que el vigilante no tiene nada que ver con la industria del petróleo. Y, entonces yo hago la pregunta, cuando se hacen las rondas y los recorridos el vigilante tiene que estar verificando si los tanques se están regando y pasar el informe, tiene que estar verificando el material que entra y sale, tiene que contabilizar cuántas tractomulas salen cargadas y con qué cantidades. Sí son tareas misionales”.
Las exigencias
La USO ha discutido el problema con la empresa en diversas oportunidades, y le ha hecho saber que es más barato contratar directamente que subcontratar. Sin embargo, no hay cambios. “Lo que pasa es que hay unos vínculos de corrupción bastante definidos, que para poderlos quitar no es cualquier cosa. Y, hay que decir las verdades como son, pero ¿eso de tercerizar sabiendo que le vale más plata a la empresa que contratar de manera directa? Estamos jodidos. ¿Cuánto se gasta en un proceso de perforación, cuánto se gasta en un proceso de contratación? Muchísima plata, pudiendo ser directa, ¿por qué? Pues porque ahí es donde está el serrucho”, indica Ricaurte.
Desde la USO se pide que la nueva administración de la empresa dé solución a estos problemas: “Nos toca sentarnos a discutir eso. Hay que salir de esto tan indigno y es que uno tenga que vivir mendigando una estabilidad después de más de 16 años, o que usted le haya dedicado 20 años de su vida a Ecopetrol para que salga despedido sin ninguna garantía”.
