Los llamados a la resistencia, a la lucha y a la organización, se multiplicaron desde la misma noche del domingo en que se conoció el triunfo de Milei. En la tradición de lucha del pueblo argentino, Milei es la excepción y más temprano que tarde será sepultado por la historia
Ricardo Arenales
La elección del ultraderechista Javier Milei como nuevo presidente argentino no solo ha fragmentado el tejido social del país austral, sino que ha dividido la opinión en América Latina y tendido un manto oscuro sobre el firmamento del continente.
Las versiones que se han vertido hasta el momento en torno a la nueva situación política en Argentina, indican que la de Milei no ha sido una elección como cualquiera otra, sino que ha tenido un impacto en el mundo, sobre todo en América Latina. La llegada al poder del nuevo mandatario ha sido saludada por el presidente del Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, por el chileno Gabriel Boric y en general por el resto de mandatarios del continente.
Pero este reconocimiento es un protocolo diplomático. Los presidentes de Brasil y México han dicho que no asistirán a la ceremonia de posesión de Milei. El mandatario colombiano, Gustavo Petro, caracterizado por su lenguaje franco y sin tapujos, dijo en su cuenta de X: “Ha ganado la extrema derecha en Argentina. Es la decisión de su sociedad. Triste para América Latina, y ya veremos… el neoliberalismo ya no tiene propuesta para la sociedad, no puede responder a los problemas actuales”.
Época sombría
“Milei hace parte de un fenómeno mucho más amplio y más preocupante que está socavando la democracia desde adentro (…) El sistema electoral, siguiendo sus propias reglas, escoge el camino de su propia destrucción”, escribe en El Espectador el analista Mauricio García Villegas.
En una nota de prensa publicada en Cubadebate, bajo el rótulo “Tiempos malos para todos los pueblos. Un mensaje desde la Casa de las Américas”, Manuel Santos Iñurrieta escribe: “Vivimos una época sombría, donde el odio y la violencia son moneda corriente, una época donde el fascismo emerge, avanza y pretende consolidarse. En el día de ayer las elecciones en Argentina arrojaron como ganador a Javier Milei, un claro exponente de la ultraderecha, un hombrecito desequilibrado que destila odio, propina insultos y amenaza a todos aquellos que no comulgamos con su ideario e imaginario de país. Esto es una vergüenza, una verdadera desgracia que a cuarenta años de recuperada la democracia estos negacionistas y representantes de la muerte lleguen a la Casa Rosada”.
“Este momento dramático y vergonzante tiene como contracara la imposibilidad de ejercer la retórica vacua, no podemos darnos el permiso de perdernos en laberintos discursivos o en discusiones estériles sobre el lenguaje, ya que no hay tiempo que perder: señoras y señores, estos es fascismo, y al fascismo se lo combate”, puntualiza el analista.
La derecha se alinea
Del otro lado de la barda se alinean los ultraderechistas de todo pelaje. “Estoy orgulloso de ti”, le dijo en un mensaje a Milei el expresidente estadounidense Donald Trump. “Torcerás el rumbo de tu país y verdaderamente harás Argentina grande nuevamente”, precisó el político. Desde Ucrania, Volodímir Zelenski felicitó a Milei y le agradeció el nivel de comprensión que el futuro gobernante latinoamericano tiene de la guerra en ese país y del respaldo al régimen corrupto ucraniano.
El exmandatario brasileño, Jair Bolsonaro, celebró los resultados de las urnas en Argentina. “La esperanza vuelve a brillar en Suramérica. Que estos buenos vientos lleguen a Estados Unidos y Brasil”, auguró el mandatario derechista. El exgobernante chileno Sebastián Piñera felicitó a Milei y pidió que “las ideas y las fuerzas de la libertad guíen y conduzcan a Argentina por los caminos de la libertad, la justicia, y el progreso”.
El expresidente Iván Duque, antiguo aliado de Mauricio Macri, dijo: “Triunfó la democracia y se venció al populismo, la demagogia y al Grupo de Puebla”. La celebración fue compartida por Guillermo Lasso, en Ecuador; Dina Boluarte, en Perú; Luis Lacalle en Uruguay, y por el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken quien señaló: “Esperamos continuar la cooperación bilateral basada en valores e intereses compartidos”.
En sintonía con esa línea de euforia, Milei declaró que su primer viaje al exterior como presidente electo sería a Estados Unidos y a Israel, para reunirse con sus referentes, Donald Trump y Benjamin Netanyahu.
La vida es curiosa y no siempre marcha como un tren sobre el riel. Los llamados a la resistencia, a la lucha y a la organización, se multiplicaron desde la misma noche del domingo en que se conoció el triunfo de Milei. El resultado de las urnas muestra tal vez, como señaló un comentarista, que el motor de la historia es el enojo. En la tradición de lucha del pueblo argentino, Milei es la excepcionalidad, y más temprano que tarde será sepultado por la historia.