miércoles, mayo 1, 2024
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Teillier, combatiente indoblegable

Fue un revolucionario de toda la vida. A los 15 años ingresó a las Juventudes Comunistas, en una época en que el Partido Comunista recuperaba su legalidad. En 1974 fue detenido y sometido a crueles torturas

Ricardo Arenales

Hay dos aspectos destacados, entre muchos otros, claro está, del perfil de combatiente revolucionario del recientemente fallecido dirigente comunista chileno Guillermo Teillier, que no son tan conocidos por quienes han hecho seguimiento a las luchas revolucionarias en ese país austral.

La primera es que inmediatamente se dio el golpe militar contra el gobierno socialista de Salvador Allende, se desató una sangrienta persecución contra el movimiento revolucionario y social chileno, que dejó un elevado saldo de muertos y desaparecidos. Esto hizo que una parte importante de la dirigencia comunista, para resguardar el aparato de dirección, marchara al exilio.

Guillermo Teillier fue uno de los que dijo: “yo no me exilio, me quedo, asumo mi deber como revolucionario, sin importar qué tan grande sea el riesgo que corra”.

El otro aspecto refiere a que en lo más duro de la represión por parte de la dictadura pinochetista y de la vida en clandestinidad de los revolucionarios que permanecieron en Chile, Teillier recibió la directriz del partido de organizar un aparato de inteligencia militar, que más tarde fue soporte de la acción del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, FPMR.

Planes contra la dictadura

En 1980, con 36 años de edad, fue nombrado jefe militar del partido. La idea era que su equipo se encargara no solo de la protección de los militantes, sino de la inteligencia militar frente a los planes de la dictadura y organizar la resistencia. Por consiguiente, fue el encargado de las relaciones con el FPMR que desarrolló una importante etapa de la lucha armada en Chile.

A partir de ese año, Teillier viajó en numerosas ocasiones a La Habana. En 1984 abordó con Fidel Castro la idea de desarrollar una lucha más frontal contra el régimen militar, en la idea de que, como propusieron el PC y el FPMR, 1886 fuera el “año decisivo” para la caída de Pinochet.

En una de esas con versaciones se habló de la necesidad de trasladar armamento para el Frente Patriótico Manuel Rodríguez en Chile. “Fidel nos dijo, bueno, que estaba dispuesto a ayudar en todo pero que también había riesgos internacionales, porque Cuba enfrentaba una situación muy compleja. Él arriesgaba mucho”, señaló Teillier en sus remembranzas.

Atentado a Pinochet

Cuba cumplió la promesa y en 1986 las armas llegaron a la región de Acatama en una embarcación pesquera. Los errores de inteligencia de la resistencia hicieron fracasar la operación en tierra y el 6 de agosto de 1986 el arsenal cayó en manos del enemigo.

Después del fracaso de la operación, Teillier autorizó ejecutar un atentado contra el general Augusto Pinochet, que se llevó a cabo en el camino de Cajón del Maipo, en el que el dictador sobrevivió, pero murieron cinco de sus escoltas.

Teillier fue un revolucionario de toda la vida. A los 15 años ingresó a las Juventudes Comunistas, en una época en que el Partido Comunista recuperaba su legalidad. En 1974 fue detenido y sometido a crueles torturas. Al ser liberado tres años después, rechazó el ofrecimiento de partir al exilio.

En la clandestinidad consiguió articular la estructura del partido, integrar una dirección nacional provisional, una amplia red de contactos políticos en Santiago y cumplir cargos de responsabilidad diversos. Al conocerse la noticia de su fallecimiento, el gobierno chileno decretó tres días de duelo, y numerosas organizaciones políticas y sociales, de Chile y el exterior, lamentaron su partida. Entre ellas estuvo el Partido Comunista Colombiano, que envió una sentida nota de pesar.

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