La izquierda francesa se consolida como la segunda fuerza política y actuará como contrapeso a los planes de la reacción
Redacción Internacional
El partido de la extrema derecha francesa, la Agrupación Nacional, que lideran Jordan Bordella y Marine Le Pen, le propinó una verdadera paliza electoral al gobernante partido del presidente Emmanuel Macron, durante los comicios del pasado domingo 30 de junio, donde los electores fueron convocados a las urnas de manera anticipada, después de que el presidente disolvió la Asamblea Nacional ante los resultados de las elecciones para elegir nuevo Parlamento Europeo, en donde los resultados fueron igualmente adversos para el mandatario.
En esta ocasión, la Agrupación Nacional obtuvo el 34 por ciento de los votos, situándose como la primera fuerza política del país galo. En segundo lugar, se situó el Nuevo Frente Popular, una dinámica coalición de fuerzas de izquierda, de la que hacen parte la Francia Insumisa, que lidera Jean-Luc Mélenchon, y el Partido Comunista Francés, entre otros sectores populares.
Entre tanto, el partido de la coalición de gobierno, Ensemble (Juntos, en español), debió conformarse con un 20,3 por ciento del electorado, según estimaciones de la encuestadora Ipsos, al comenzar la presente semana. Las cifras indican que la extrema derecha obtuvo el doble de la votación que alcanzó el partido de Macron.
A segunda vuelta
El Nuevo Frente Popular de la izquierda francesa obtendría entre 150 y 170 curules parlamentarias, mientras la actual mayoría macronista se reduciría a 90 o 100 escaños. En todos los casos, los resultados deberán ser confirmados por una segunda vuelta, que se realizará el próximo 7 de julio.
El fundador de la Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, había llamado a la población a “una toma extrema de conciencia ante el momento que afrontamos” debido a la inminente victoria de la ultraderecha, que ya se veía venir. Aunque las fuerzas de izquierda no lograron contener el proceso de derechización del país, sí consiguieron alcanzar un segundo lugar en el escenario político del país y su bloque parlamentario será, sin lugar a dudas, un contrapeso a las posiciones del grupo ganador.
En un mitin en Montpelier, una semana antes de las elecciones legislativas, Mélenchon había dicho que la Agrupación Nacional, hoy ganadora, “es Macron revestido de racismo” y criticó duramente a quienes desde el ‘macronismo’ y de las toldas de Le Pen acusan a la coalición de izquierda de antisemitismo. “Utilizan de una manera abyecta la lucha contra el antisemitismo para atacarnos”, precisó en ese momento.
De otra parte, Jordan Bordella, líder de la coalición ganadora, da por sentado que en la segunda vuelta consolidará su liderazgo y anunció ya el fin de semana pasado: “Seré el primer ministro de todos los franceses”. Su optimismo contrasta con otras voces, aun en la derecha europea, que temen que los resultados finales socaven el apoyo que Francia viene dando a la guerra de Ucrania y al tambaleante régimen de Volodimir Zelenski.
