sábado, agosto 31, 2024
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“Ojalá tuviéramos Estado”, Jorge Iván González

En conferencia, el director del Departamento Nacional de Planeación Jorge Iván González habló sobre la complejidad de la construcción del proyecto que discute el Congreso de la República

Juan Carlos Hurtado Fonseca
@aurelianolatino

“La concentración de la tierra; un Gini de 0.9; el 71% de los productores en fincas de menos de cinco hectáreas ocupan el 3% del área; el 0,5% de productores, es decir, menos del 1% en fincas de más de mil hectáreas, ocupan el 60% del área, según el censo agropecuario de 2014.

“Por eso, el Plan Nacional de Desarrollo propone la modernización de la agricultura, porque, además, solamente el 9% del área del país tiene catastro multipropósito, y el objetivo es pasar al 70% para que haya modernidad”.

Así lo explicó el director del Departamento Nacional de Planeación Jorge Iván González, al reflexionar sobre los obstáculos institucionales para la planeación, con el propósito de pensar cómo se puede cambiar la situación y los cambios sustantivos que se intentan introducir en el Plan Nacional de Desarrollo. Lo hizo en el lanzamiento de la Cátedra Unesco sobre Economía Solidaria, Social y Comunitaria en la Universidad Cooperativa de Colombia, el 27 de abril.

Comentó que desde la época de Carlos Lleras la planeación ha tenido muchos vaivenes, algunos relacionados con situaciones internacionales. “Todos sabemos los cambios que ha habido sobre la concepción del Estado. En los años 50, 60, 70 uno pudiera decir que todos éramos más o menos keynesianos, y se reconocía que, para contrarrestar la incertidumbre del futuro, era necesario lo que Keynes llama a las convenciones”.

El Estado en la economía

Hizo la distinción entre el riesgo y la incertidumbre. “Para tener funciones de riesgo, es decir, para que pueda construir cálculos de probabilidad, es necesario que el evento sea repetido. Entonces, Knight decía: ‘Hay eventos en los que yo no puedo construir funciones de probabilidad, ya que son irrepetibles, y en esos eventos la noción adecuada es la de incertidumbre’. Quiere decir que yo no puedo construir funciones de probabilidad porque el evento es único”.

Por todo lo anterior, al aceptar “que no sabemos”, si se acepta la incertidumbre radical, es necesario algún tipo de protección para tener alguna tranquilidad frente al futuro. Por lo tanto, Keynes propone las convenciones, lo que se traduce en la participación de los Estados en la economía.

Por otra parte, recordó: “Hasta mediados de los años 80 éramos keynesianos, después de los 80, por la influencia de autores como Friedman, empezamos a dudar de la intervención del Estado, de cualquier tipo de planeación”.

Eso provocó que luego en esta década se redujeran los impuestos de manera sustantiva. Al punto que, a finales de los años 70, el impuesto marginal en el último rango de ingreso en Estados Unidos e Inglaterra tenía una tarifa del 90%: “Cuando usted habla de tarifas de impuestos del 90%, todo mundo dice que eso es loco. Pero gracias a esas tarifas impositivas, en la segunda mitad del siglo 20 se construyó el Estado de bienestar. Piketty dice que la gran revolución de la segunda mitad del siglo 20 fueron las tarifas progresivas al impuesto a la renta”.

Gasto público

En la década de los 80 se empezó a reducir la tributación, pero teniendo en cuenta que ningún país ha sido capaz de reducir el gasto público como porcentaje del Producto Interno Bruto, PIB.

Esta reducción no es posible puesto que las sociedades cada día son más complejas, y porque, entre otras cosas, se prolonga la esperanza de vida: “Prolongar la esperanza de vida, de 32 años, como estaba a comienzos del siglo XX, a 36, era un tema de salud pública. Pero a medida que las poblaciones envejecen el gasto de salud va siendo más costoso”.

Jorge Iván González

Acerca de las críticas que le han hecho al proyecto del Plan Nacional de Desarrollo, en el sentido de que es estatista, el profesor Jorge Iván responde: “Ojalá tuviéramos Estado. El gasto público en Colombia es 19% del PIB; el de Francia es 45% del PIB. Allá uno de cada tres empleados es público, en Colombia uno de cada 10. Por eso aquí no hay metro, por eso aquí no hay nada parecido a una autopista. (…) Usted no puede tener infraestructura con 19% del PIB”.

Con todo lo anterior, invitó a pensar en cómo romper las limitaciones de la planeación, y propuso cinco cambios estructurales que están en el Plan Nacional de Desarrollo con base en las necesidades de la sociedad: el ordenamiento del territorio alrededor del agua, como no se había hecho.

Es un elemento importante, también desde el punto de vista de la paz, por lo que el gobierno reconoce que gran parte del territorio está en manos de grupos armados. Asimismo, identifica como obstáculo que los planes de ordenamiento no estén articulados, “el Plan de Ordenamiento de Bogotá no tiene nada que ver con el de Chía”

Enfermedad holandesa

Otro ítem es la seguridad humana puesto que se debencrear las condiciones para que cada persona pueda llevar a cabo el estilo de vida que considera valioso”, para lo cual la educación es crucial.

Sobre el capítulo de transformación de la agricultura, aseguró que el país cayó en la enfermedad holandesa al haberse llenado la economía de dólares de las bonanzas del petróleo y los minerales, y se acabó con el sector agropecuario.

El otro tema es la transformación energética, en el que se debe hacer un gran esfuerzo que tiene que pasar por seguir aumentando la producción petrolera, ya que este bien da los recursos indispensables para avanzar: “Sin el petróleo se descompone toda la balanza de pagos, entonces, es necesario hacer la combinación”.

Y, el último punto es el de convergencia regional, en cómo lograr que las brechas que existen, por ejemplo, entre los barrios y localidades de Bogotá, entre Quibdó y Medellín, lo absurdo de que regiones tan ricas tengan poblaciones tan pobres: “La expresión mayor del fracaso de la planeación en Colombia es el Magdalena Medio sacando petróleo 100 años y poblaciones pobres; al igual Buenaventura, principal centro portuario de Colombia. Un país que no logra que su riqueza se convierta en bienestar de la población ha fracasado”.

Muchos artículos

Para cambiar el estado de cosas, se hicieron consultas y se propone un Plan Nacional de Desarrollo que no sectorice; que no departamentalice, sin distribuir la inversión por departamentos, sino por proyectos estratégicos. Ejemplificó diciendo que invertir en la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales, PTAR Canoas no es invertir en Cundinamarca, sino en el país, de los departamentos del río, y que la vía Pasto-Popayán es un problema nacional, como lo es el dragado del puerto de Buenaventura. “Tenemos metidas en la cabeza dos lógicas que matan la planeación, la sectorial y una departamentalista”, anotó González.

Asimismo, comentó que la población LGTBIQ+, quiere un capítulo aparte y las mujeres dicen sentirse excluidas, los indígenas quieren recursos, así como los afrodescendientes. Cuestionó la cantidad de artículos del Plan Nacional de Desarrollo que ya lleva 370, en comparación al del primer gobierno de Uribe que tuvo 180 artículos y el de Duque, 336 artículos: “Solamente el Pacto Histórico presenta 650 proposiciones, por qué no es capaz de presentar 5 o 6 artículos. Todo está hecho para fragmentar el presupuesto. Eso nos impide pensar en trenes de gran velocidad y en grande. Esta es una distribución de recursos de pequeñas parcelas”, concluyó el director de Departamento Nacional de Planeación.

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