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Mujeres feminizadas, hombres mercantilizados

Tanto en lo masculino como en lo femenino, el fútbol genera sus propias imágenes del mundo e inciden en los procesos sociales, culturales, económicos y políticos

Nemías Gómez Pérez (*)

El fútbol en lo moderno como deporte que mueve masas y pasiones, además como show y espectáculo, es un espacio territorial que cohesiona a sujetos que construyen subjetividades políticas, ya sea como espectador, aficionado, jugador o empresario que giran en torno al deporte y al mercado, el en sí de quienes se pliegan a la práctica deportiva.

Con esta introducción, quisiera compartir el siguiente escrito producto de una serie de artículos que inaugura la sesión de epistemologías y teorías del semanario VOZ en cuanto a los estudios de las subjetividades y otros conceptos puesta al servicio de los sujetos en construcción.

Subjetividades y subjetivización

Despejar la lectura en cuanto a los estudios de la participación de las mujeres en el fútbol, es incursionar y abrir puertas a territorios desconocidos y olvidados por otros investigadores, permitiendo hacer fluir las voces y empoderarme el papel de la participación de las mujeres en el camino que cada vez de certidumbres machistas, patriarcales plegado de heterosexualidad como lo es fútbol y todas las múltiples formas de prácticas.

Así la subjetividad política de la mujer se refiriere a las diferentes formas en que lo femenino se manifiesta y concibe el mundo en que se desenvuelve. Es la forma de interpretar lo femenino como decisión de pertenecer o no a una cultura diferente o ser parte de las normativas dominantes.

Lo anterior ocasiona unas interpretaciones en relación con los detalles de las nuevas subjetividades, construyendo sujetos menos rígidos o conservadores en la asimilación de los signos y símbolos propuestos desde lo patriarcal conforme a las nuevas formas de mirar lo tradicional, para convertirse en sujetos que tienen nuevas escrituras en el entender la cultura y de ejercer modos de vidas alternativos con miradas emergentes.

Autores como Nancy Fraser, Michell Foucault y Rosi Braudotti en su teoría de subjetividades latentes o de creación de nuevas miradas de sujeto con subjetividades y subjetivación, así lo describen.

Cada individuo con sus formas de comportamiento influye sobre el resto que, como colectivo, conforman sociedades, y estos, a su vez, afectan la definición del conjunto de reglas, dinámicas, instituciones, etc. Entre ellas, el capital, provistas de estrategias mercantiles, que normalizan los modos de actuar colectivos e individuales.

Visto de otro modo, existe un conjunto de pautas culturales e institucionales que inciden en el conjunto de la sociedad y en cada uno de los que la conforman. Ahora bien, esto afecta al individuo desde el adentro y afuera, el cual asume pautas no solo de comportamiento que lo pliega al capitalismo interfiriendo en la etapas generacionales, etarias, identitarias, entre otros, de allí se puede mencionar como lo recalca Felix Guattari (2005) una concreción clara de subjetividades capilísticas.

Feminización y mercantilización

El fútbol ha feminizado la participación de la mujer y en su afán de no aceptar de esta en sus espacios de prácticas, -entiéndase lo feminizado, como cuerpos débiles, que no son actos para los deportes de roce y de combate- ha desechado los actos femeninos y la práctica de la mujer en espacios que son considerados solo de lo masculino y mercantilizados por el capital que considera que solo los cursos de los hombres sirven de modelo de la venta de sus bienes, marcas y sus productos.

Por otra parte, las complejas sociedades modernas producen procesos políticos, económicos y sociales a partir de la congregación de sujetos e individuos en relación con los grupos que las conforman, desarrollando esquemas subjetivos de voluntades individuales y colectivas que idean demandas y ejercen soberanía por encima de los poderes, intereses y voluntades particulares.

En este sentido, el fútbol tanto en lo masculino como en lo femenino generan sus propias imágenes del mundo e inciden tanto en los procesos sociales, culturales, económicos y políticos. Por ello, es importante hacer reflexiones en lo social desde lo cultural y político, en lo conceptual y teórico del papel que ocupa la mujer en espacios que se consideran solo de hombres, como lo es el deporte del balompié, a partir de las estrategias de casos sociales que dejen fluir los acontecimientos femeninos, y que estimulen a formas de comportamiento, sensibilidades colectivas y subjetividades.

Lo aquí dicho, supone una aproximación cultural en lo político a la reflexión de los estudios sociales de sujetos que permita conocer el impacto de la cultura en el comportamiento representativo y figurativo de los integrantes vinculados a un deporte que cada vez feminiza más a la mujer y mercantiliza la figura varonil para desarrollar estrategias de mercado.

En rechazo hacia lo dominante

En el afán de no dejar equilibrios solo a un lado de la balanza, aunque, cada vez más existen mujeres en el fútbol, preexiste también en sucesión, una contraposición en el equilibrio al interior de la práctica deportiva llamada “deporte Rey” donde administradores (hombres), jugadores (hombres), ejecutivos (hombres), buscan miles de tratas y artimañas para desmejora de la participación de las mujeres en el deporte, desprestigiando lo femenino y equiparándolo a lo masculino.

En sentido teórico, se compara lo binario, “donde no podrían existir mujeres en el fútbol, si no tiene avales de hombres que la entrenan, forman, patrocinan, acompañan, o de simplemente guiños” para que puedan tener una participación afectiva en el deporte.

Lo antes mencionado genera nuevas formas de mirar la cultura desde los estudios en subjetividades y la emergencia de lo social en la existencia de sujetos y grupos que ejercen un rechazo hacia las culturas dominantes, esa búsqueda constante de creación de nuevos paradigmas o cambios en sus mentalidades en sus formas de construirse y de no engendrar universales maneras metafóricas crean acciones y acontecimientos que imprimen una marca sobre la época [/]. Sin embargo, el tiempo social no es solo algo fugaz; es también el lugar de efecto duradero, pausa persistente.

“Una acción que deja huella pone marca, cuando contribuyen a la pausa que se convierten en los documentos de la acción humana” (Ricouer. 2002; 172) Estas confrontaciones en la barrera simbólica, política y cultural forman parte de lo que se debe hacer para construir redes de construcción de sujetos menos mercantilizados en las nuevas formas de apreciar y vivir la cultura o lo cultural en el deporte del fútbol.

(*) Doctor en Ciencias Sociales

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