Ante la renuncia del exsenador Gustavo Bolívar, llega a la bancada del Pacto Histórico un académico que ha estado involucrado desde muy joven en la defensa de la educación pública, el derecho a la ciudad y la construcción del tejido social. VOZ dialogó con el nuevo parlamentario avalado por el Polo Democrático Alternativo
Mónica Andrea Miranda Forero
@Emedemoni_
Como era de esperarse, la renuncia al Senado por parte de Gustavo Bolívar desató muchas versiones sobre su decisión, entre esas que el escritor se lanzaría a la Alcaldía de Bogotá en las elecciones que se llevarán a cabo este 2023. Bolívar dimitió el 31 de diciembre de 2022, fecha límite para salir del legislativo y aspirar a los comicios territoriales sin tener inhabilidades.
En 2018, Gustavo Bolívar postuló su nombre al Senado a través de la Coalición Decentes con el aval del Movimiento Alternativo Indígena y Social, Mais. En ese momento obtuvo la cuarta mayor votación logrando 122.218 votos. El ahora exsenador renunció con un argumento económico: “Cada año, se me hace un hueco fiscal grande”, por lo que decidió volver a su actividad económica principal como escritor de telenovelas.
Antropólogo
En la reciente campaña electoral, el número 21 en la lista al Senado de la República por el Pacto Histórico lo ocupó el antropólogo Carlos Alberto Benavides Mora. Es por eso que, con la renuncia de Bolívar, el dirigente político asume la curul avalado por el Polo Democrático Alternativo.
“Asumo la responsabilidad en el Senado de la República, donde llego con años de trabajo colectivo en la lucha social regional, la academia y la convergencia política para el cambio en Colombia. Vamos a fortalecer el Pacto Histórico para alimentar la vida”, dijo el antropólogo una vez se conoció su nombramiento como parlamentario.
El nuevo senador hará parte de la Comisión Tercera del Senado de la República y desde este espacio estará luchando por la materialización de la participación de los territorios en los Diálogos Regionales Vinculantes, tanto en cuestión de reivindicación de derechos, como en el presupuesto a las entidades departamentales y municipales. Alberto Benavides también ha guiado su trayectoria social y política durante los últimos 20 años en diferentes tópicos de las dinámicas sociales en el territorio colombiano.
VOZ habló con Benavides Mora sobre su liderazgo al interior del Congreso, la perspectiva del Pacto Histórico y los principales retos del Gobierno nacional.
El reto al interior del Pacto Histórico
¿Quién es Alberto Benavides Mora?
-Soy un luchador social que inició su vida política en Nariño dispuesto a pelear por las comunidades que habitan el departamento. Fueron las movilizaciones regionales que se dieron a finales de los ochenta donde me constituí como líder del movimiento estudiantil en la defensa por la universidad pública, crítica, científica y creadora en la construcción del poder popular.
Soy una persona que ha sido vocera y que ha construido desde el conocimiento propio, situado en diferentes luchas regionales del país. Esto me ha posibilitado articular el trabajo académico con el liderazgo social y político desde adentro de estas organizaciones y formas de lucha social.
Soy una persona que ha estado al interior de la academia desde múltiples lugares de la lucha social, indígena, afro y campesina, hasta las dinámicas por el derecho a la ciudad y la construcción de tejidos culturales, sociales y organizativos en distintos procesos urbanos. Provengo de una generación donde la academia y la investigación son fundamentales para la creación y las posibilidades de transformación.
¿Cuáles son los retos de asumir la curul del Pacto Histórico en el Congreso de la República?
-Hemos desarrollado una relación entre las luchas por el poder popular, por la capacidad de lo que somos, sujetos de derechos, y de poder desde las clases sociales, desde las reivindicaciones de los pobladores regionales y de los sectores que se articulan alrededor de la educación, la salud, la vivienda, es decir, trabajar, crear, habitar y hacer en este país.
Creo que justamente esa lucha por la creación de sujetos políticos necesita de una institucionalidad consecuente. Tenemos una gran responsabilidad para apoyar en la reestructuración del Estado. Una nueva arquitectura del poder debe responder a las necesidades de las mayorías que se van organizando y que viven las desigualdades, las exclusiones y las discriminaciones.
En ese sentido, no es un salto sino una consecuencia de una táctica que es fundamental. Hay que construir las capacidades de libertad, democracia y solidaridad que nos permitan dar saltos o aceleraciones en la transformación del país.
Nuestro papel será cambiar las reglas de juego para que estas dejen de ser clientelistas, autoritarias y corruptas, sino que, por el contrario, cada vez sean más democráticas y participativas desde las dinámicas y los contextos reales en la mayoría de la población.
El trabajo del Pacto
¿Qué opinión le merece el trabajo que se ha venido realizando desde la bancada del Pacto Histórico en el Congreso?
-El ejercicio que ha hecho la bancada es muy bueno. Yo admiro a los compañeros y compañeras que están tanto en Cámara como en Senado. Desde el primer momento han asumido con mucha entereza el papel que significa ser bancada de Gobierno y han impulsado importantes iniciativas del programa. Todo esto en medio de muchas dificultades de un país institucional y presupuestalmente en crisis.
Igualmente, siento que cada parlamentario del Pacto ha cumplido con su propósito de ser eficaz y de buscar la unidad. Hay cosas que se deben seguir trabajando porque este es un proceso. La idea es ser una poderosa fuerza, con estilos más definidos, que se convoque y se forme en la unidad.
¿Qué espera con las reformas sociales que están programadas para la siguiente agenda legislativa?
-Hay unas reformas que se vienen trabajando como la política, la reforma social que reivindica al campesinado como sujeto de derechos y el impulso a la política de Paz Total. Sin embargo, se vienen las discusiones de la reforma laboral, pensional y de salud, así como la reforma que tiene que ver con los propósitos de la nueva dimensión cultural, o incluso la misma construcción del Ministerio de Igualdad.
Son propósitos importantes que para mí van a generar las bases de la transformación y la arquitectura del nuevo Estado. En ese sentido, no son reformas totales, son las bases de un proceso de cambio que debemos tener la capacidad de saber proyectar, en el pequeño, mediano y largo plazo.