domingo, diciembre 1, 2024
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Las reformas, ahora sí

Editorial VOZ 3210

A un año y medio de haberse iniciado el gobierno del Pacto Histórico y en el comienzo de la segunda legislatura del Congreso, la agenda está marcada por el debate sobre las reformas laboral, pensional, de salud y educativa. Hay mucho retos y dificultades por vencer. Del contenido y las luchas populares por las reformas hemos dicho bastante en VOZ. Démosle una mirada el papel de quienes, aparte del presidente Petro, lideran el debate y el impulso de los proyectos.

No será un debate fácil, la oposición buscará radicalizar sus tácticas y maniobras para hacer del debate un proceso lento, donde abundarán las trampas, los chantajes y las mentiras. Tres actores deben emplearse a fondo en esta etapa: El Ejecutivo en cabeza del Gobierno, que debe exigir al ministro del Interior y a las carteras involucradas una coordinación minuto a minuto. La bancada del Pacto Histórico y de la coalición de gobierno, que debe centrar su atención en estas prioridades y dedicar menos tiempo a las tensiones políticas entre los partidos y al interior de ellos. Y el pueblo, que deberá profundizar y mejorar su movilización y organización para en la calle exigir que estas reformas sean aprobadas, sin olvidar que sigue vigente la lucha por el nombramiento de una nueva fiscal.

En la reforma a la salud, el ministro Guillermo Alfonso Jaramillo, como en su momento lo hizo la exministra Carolina Corcho, está jugado a fondo en el debate. Su experiencia política como representante a la Cámara (1982-1986), senador de la República (2001-2004 y 2009-2010) y gobernador del Tolima, le ha permitido moverse en las arenas movedizas del Congreso. De manera precisa y pedagógica ha ido construyendo una opinión ciudadana favorable a la reforma, se ha hecho escuchar y se ha ganado el respeto por los grupos de poder que se oponen al cambio del sistema de salud y con la bancada hacen una llave fuerte para promover las condiciones de su avance y aprobación.

En la reforma laboral y de pensiones, el papel de diálogo, firmeza y claridad de la ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez, ha permitido ganar consensos inesperados, claves para desentrabar los nudos gordianos del debate. Su formación marxista, como defensora de los derechos humanos, de los trabajadores y de los derechos de las mujeres y la equidad de género, su experiencia como senadora (2010 – 2014), su capacidad para analizar escenarios complejos e identificar las contradicciones y tramitarlas dialécticamente, le ha permitido avances en estas dos reformas.

En la reforma educativa, la ministra Aurora Vergara ha venido de menos a más, ya que no es una figura tan mediática como sus compañeros de Salud y Trabajo, pero quienes la conocen dicen que “trabaja de manera silenciosa pero efectiva en el logro de metas y cumplimiento de retos”. Socióloga de la Universidad del Valle, sus formación doctoral y postdoctoral le dieron al Ministerio y a la reforma educativa la misión académica que necesitaba. De la reforma ha afirmado: “Como país debemos ponernos de acuerdo en que necesitamos un sistema educativo de calidad, como Gobierno nacional estamos liderando la gestión en educación. Lo que planteamos al país es una conversación sistémica que nos permita regular el derecho fundamental a la educación desde la primera infancia hasta la educación superior”. La ministra y el Gobierno ha contado con un aliado clave en este debate como ha sido el representante a la Cámara Gabriel Becerra, quien ha hecho suya esta misión como ponente de la Ley.

Las reformas tienen un coequipero que juega el rol de ministro vocero del Gobierno ante el Congreso de la Republica y es el ministro del Interior Luis Fernando Velasco, líder político caucano, exalcalde de Popayán, representante a la Cámara (1998 – 2006), senador (2006 – 2022), Consejero Presidencial para las Regiones (2022) y director encargado de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, UNGRD, en 2023. Velasco tiene experiencia de manejo gubernamental que sirve mucho para limar tensiones entre el Gobierno y el Congreso y con los poderes tradicionales.  Es destacable la iniciativa del ministro de imprimir y difundir el nuevo periódico “La ruta del cambio” de los que se imprimieron 300 mil ejemplares que ya están circulando en las regiones y que busca fortalecer la percepción ciudadana y social sobre la necesidad de las reformas.

Este equipo de hombres y mujeres tienen el reto de lograr que Colombia ascienda a una nueva era de justicia social con estas reformas. Este es la primera línea que ha soportado y seguirá soportando y capoteando junto al presidente, las descalificaciones, acusaciones y tergiversaciones de políticos tradicionales, de las mafias que negocian con la salud y de empresarios de ultraderecha que aún no se percatan de que el país está cambiando.

Si el pueblo apoya, se mueve y defiende las reformas, esta primera línea de funcionarios saldrá victoriosa y el pueblo colombiano, ahora sí, tendrá salud, educación, pensiones y garantías laborales.

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