miércoles, abril 24, 2024
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Las ballenas jorobadas y su defensa jurídica

Estos imponentes cetáceos que entre mayo y agosto visitan el Pacífico nacional están en enorme peligro por cuenta de la construcción de una estación de guardacostas en el Parque Nacional Natural Isla Gorgona

Armando Palau Aldana

Las ballenas jorobadas o yubartas primas de las literarias ballenas azules, son esas míticas cetáceas que navegan por los mares de la tierra recorriendo alrededor de 25 mil kilómetros por año, logrando velocidades que oscilan entre 15 a 25 kilómetros por hora durante sus migraciones, haciendo malabares acrobáticos en sus saltos sobre la mar con sus 30 a 40 toneladas corporales y sus largas aletas pectorales, que forman su joroba con la curvatura de su espalda al instante de su inmersión a profundidades de 200 metros por los predios de Poseidón, dios micénico de los mares y creador de las tormentas, en donde perfeccionaron su original técnica de pesca “anillo de burbujas” mediante el cual saborean cardumen de peces.

Conocida es por el mundo de la ciencia marina, biólogos, experimentados buzos y por los ancestrales pescadores la ópera de las ballenas jorobadas, compuesta por sus largos, fuertes y complejos cantos, formados por sonidos en un registro de amplia variedad de tonos bajos que varían en amplitud y frecuencia, sonidos que emergen de su enorme cavidad nasal ante la ausencia de cuerdas vocales, míticos cantos que se prolongan entre diez a veinte minutos, vocalizando en rangos de 24 horas, que pueden escucharse bajo el mar a una distancia de 24 kilómetros.

La base militar

En su recorrido entre el Ártico y la Antártida arribando a las usurpadas Islas Malvinas, estancan en nuestro Pacífico entre mayo y agosto después de ocho mil kilómetros de travesía marina, para emprender la estrepitosa danza de amor tropical en la que los machos copulan con las hembras -siempre más grandes que aquellos- en el verano de la zona tórrida.

Se afirma que el ingeniero colombiano Jorge Reynolds Pombo, registró entre sus experimentaciones en la Isla Gorgona, la toma de un electrocardiograma a una ballena jorobada disparando una saeta que llevaba en su punta un electrodo para captar los impulsos eléctricos del gigante corazón de las Yubartas que puede pesar hasta 200 kilogramos, con el propósito de mejorar su técnica cardiológica.

Estas hermosas jorobadas están en enorme peligro por la construcción de una estación de guardacostas en el Parque Nacional Natural Isla Gorgona, que comprende un muelle de 170 metros de largo para lo cual se incrustarán en el lecho marino por lo menos 100 pilotes con su aguda y mortal contaminación acústica, un radar en el punto más alto de la isla a 330 metros sobre el nivel del mar sobre una base ya construida que arrasó con la vegetación de este bosque tropical.

Contradicciones 

La construcción de esta subestación de guardacostas de tercer nivel (con bloque administrativo, bloque para alojamiento de infantes y oficiales, bloque de cocina y comedor), contempla además el levantamiento de un tanque de almacenamiento de 5.000 galones de combustible para poner a funcionar las instalaciones, el radar y abastecer las embarcaciones militares. Obra militar que se construye con recursos del gobierno norteamericano.

La audiencia ambiental que solicitó la primera semana del pasado diciembre el Círculo de Pensamiento Ambiental (que congrega seis organizaciones ambientalistas) para la suspensión de la licencia que le otorgó al Ministerio de Defensa la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, ANLA, adscrita al Ministerio de Ambiente que transgredió nuestra Constitución y el Código de los Recursos Naturales, fue negada en primer término y su reconsideración lleva 20 días en el despacho del abogado cordobés Rodrigo Negrete sin pronunciamiento alguno dejando a la deriva la suerte de las jorobadas y el discurso ambientalista del presidente Petro.

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