En la ciudad de Tunja, ubicada en el corazón de Colombia, se ha gestado a lo largo de los últimos cinco años un grupo de música que ha logrado impactar no solo en la escena local, sino también a nivel nacional. Se trata de La Raska una banda que, a través de sus letras cargadas de mensajes políticos y sociales, ha logrado cautivar a un público cada vez más amplio
Mónica Andrea Miranda Forero
@Emedemoni_
“La Raska es un grupo de música que nace de un parche de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, UPTC, como un aquelarre entre diferentes licenciados de música y teatreros que decidimos crear este proyecto y empezar a trabajar”, expresa Jendry Moreno, voz principal de la banda, al Semanario VOZ.
Este grupo de músicos, conformado por diez jóvenes talentosos y comprometidos con la realidad de su país, ha logrado fusionar diferentes ritmos musicales, desde el ska y la cumbia hasta el punk y el rock, creando así un sonido único y original que se ha ganado el reconocimiento de críticos y seguidores por igual.
Media década de malas mañas
Este 4 de mayo La Raska cumplirá sus primeros cinco años, y aunque el tiempo suene poco, ha logrado ser teloneros de agrupaciones de gran renombre en Colombia como La 33, Alcolirycos, Skampida, la Etnia, Afaz Natura, entre otras. También se ha presentado en Bogotá en escenarios como La Media Torta, y ha realizado una gira nacional recorriendo otras ciudades como Villavicencio, Funza, Florencia y Pereira.
La agrupación tunjana, además, ha sido ganadora de estímulos artísticos por parte de la Secretaría de Boyacá y el Ministerio de Cultura, y en 2019 fue ganadora del primer puesto en la semana de la Juventud de Tunja, además de ser ganadores de dos Live session por parte de la Alcaldía de Tunja y uno por parte de la productora Monkey Session. El 4 de mayo del presente año se presentará en Tunja nuevamente con el objetivo de celebrar sus primeros cinco años de carrera artística, y la producción de su primer álbum que llevará por nombre “Actividades Liberales”.
¿La Raska?
“Estábamos en uno de los jueves culturales de la UPTC y, como saben, Boyacá tiene fama de ser bebedora y fiestera, normalmente cuando uno se reúne con los amigos, se toma así sea una polita y estábamos hablando y nos metimos una rasca (risas) y de ahí salió el nombre de la agrupación”, dice Jendry.
Desde sus inicios, La Raska ha destacado por la contundencia de sus letras, en las que abordan temas tan sensibles y urgentes como la desigualdad social, la corrupción, la injusticia, la violencia y la lucha por los derechos humanos. A través de sus canciones, la banda ha logrado dar voz a aquellos que no son escuchados, denunciando las injusticias que se viven en el país y en el mundo entero.
“Nosotros somos diez personas, movilizar a diez personas no es fácil. Cuando se habla de Boyacá, la gente en lo primero que piensa es en la carranga, esto no está mal, pero acá están sucediendo muchas cosas con respecto a los movimientos culturales y eso es lo que queremos hacer, proyectar a Boyacá más allá de los estereotipos”, agrega la banda.
Apuesta política
Una de las cosas que diferencia a la agrupación tunjana de diferentes bandas que hacen ska es su apuesta política, pues ha sido clara y reiterada no solamente en sus canciones, sino en los apoyos a las movilizaciones sociales y estudiantiles, cuenta Jendry que en el marco del Estallido Social tuvieron una gran incidencia “Cuando empezamos a hablar de la composición de letra y música de La Raska, intentamos rescatar memorias a través de la música. Muchos de los integrantes de la agrupación pertenecen a agrupaciones sociales de la ciudad e intentamos hacer de la música un catalizador de los problemas sociales. Tenemos una postura absolutamente antifascista, pero nuestra apuesta política es sobre todo desde la memoria y la reconciliación”.
Pero la agrupación no solo se ha limitado a la música, sino que también ha participado activamente en movimientos sociales, apoyando causas justas y solidarizándose con quienes más lo necesitan. Ha llevado su mensaje a escenarios de todo el país y ha participado en festivales internacionales, ganándose así un lugar destacado en la escena musical no solo de Tunja, sino de toda Colombia. A lo largo de estos cinco años, ha demostrado que la música puede ser una herramienta poderosa para el cambio social y político. Ha logrado conectar con un público diverso y ha inspirado a muchos jóvenes a levantar la voz y luchar por un mundo más justo y equitativo.
La Raska se ha proyectado desde sus inicios a representar a Boyacá a nivel nacional y el año 2023 no fue la excepción, demostrando que Boyacá tiene arte que mostrar al país, también es bueno aclarar que “Este ejercicio ha sido mediante gestión propia de la banda ya que no contamos con mánager ni productores, solo las ganas de hacer arte. Nosotros nos hemos autogestionado todo, hemos ganado concursos y con estos es que hemos podido salir a hacer giras y a ganarnos espacios fuera de Boyacá”, agrega Francisco Lancheros (Pacho), percusionista de la banda.
Un cumpleaños inolvidable
“Estamos muy emocionados por cumplir cinco años, hemos recibido bien el apoyo del público, eso nos incentivó a celebrar nuestra primera media década con un evento donde vamos a tener bandas amigas, va a estar la gente que nos ha visto crecer artísticamente, además hemos tenido diferentes actividades previas al cumpleaños, por ejemplo, tuvimos una rifa donde participaron muchas personas, además tenemos varias sorpresas para ese día. La idea es que nosotros la pasemos bonito, pero también hacer de esto una experiencia diferente para el público”, agrega Pacho.
A medida que la banda sigue creciendo y evolucionando, podemos esperar que continúe sorprendiéndonos con su música innovadora y sus letras comprometidas, pues se ha ganado espacios como una de las bandas más importantes de la escena musical boyacense, y su legado seguirá resonando en los corazones y las mentes de quienes creen en la fuerza transformadora del arte.
Ritmos cruzados
Es importante señalar que La Raska no solamente se mueve en la escena de ska, sino que sus canciones son combinaciones entre diferentes ritmos como la cumbia, el reggae, el rock, el jazz y el blues. “El sonido y la amistad se mezclan para darle el color musical de La Raska. Nosotros venimos de diferentes brazos del arte, unos vienen del teatro, otros de la música clásica, otros de la sinfónica, entonces eso nos permite que la variación en los ritmos sea posible y que cuando estemos componiendo podamos ensamblar cosas que parece que no van a funcionar y sí terminan funcionando. Por ejemplo, lanzamos una idea y alguien dice ‘Y si a esto le metemos tal ritmo’ y probamos y sí sirve. La capacidad musical de todos nos sirve para crear esas fusiones que hemos logrado”, agrega Pacho.
En definitiva, estos cinco años de carrera musical han sido una celebración de la música con sentido político, una invitación a la reflexión y a la acción, y un recordatorio de que, a través de la música, se puede cambiar el mundo.
“Nuestra principal apuesta es seguir dignificando al arte, a la ciudadanía y a la juventud. Hemos estado siempre buscando la manera de estar en espacios de participación y de tener incidencia social con respecto a las apuestas colectivas del desarrollo no solamente desde la parte artística, sino social del departamento y del país en general. Esperamos que estos sean los primeros cinco años de una gran carrera”.
Que sean muchos años más de malas mañas, buen arte y buena música.