El presidente Gustavo Petro participó en la 78ª Asamblea General de las Naciones Unidas. En su categórica intervención propuso acabar las guerras, reformar el sistema financiero mundial y construir una democracia global
Simón Palacio
@Simonhablando
El presidente Gustavo Petro dio un contundente discurso a los líderes del mundo reunidos en la 78ª Asamblea General de las Naciones Unidas. El jefe de Estado envío un directo mensaje, donde propuso acabar con las guerras para defender la vida de la crisis climática, “la madre de todas las crisis”.
El mandatario colombiano advirtió que el éxodo de los pueblos en diferentes regiones del mundo, significa la derrota de los gobiernos. Recordó que desde el último discurso que dio hace un año, la humanidad ha visto profundizar lo “que los ricos reunidos en Davos llamaron la policrisis”.
Ucrania y Palestina
“La guerra sigue, el hambre continua, la recesión aumenta y la crisis climática ha mostrado sus dientes como nunca, llevándose decenas de miles de vidas y calentando las tierras y los mares como nunca”, fue una de las frases más contundentes del presidente Petro en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, Estados Unidos.
También recordó que el éxodo de la humanidad ha comenzado. Si bien hoy son decenas de millones, las estimaciones hechas por la ciencia para el 2070 es que 3.000 millones de personas huyan de sus lugares de origen porque se van a convertir en inhabitables.
“¿Cuál es la diferencia entre Ucrania y Palestina? ¿No es hora de acabar ambas guerras, y otras, y aprovechar el corto tiempo para construir los caminos para salvar la vida en el planeta?”, fue el cuestionamiento hecho por Petro.
Al respecto, Petro propuso que las Naciones Unidas auspicien dos conferencias de paz, una en Ucrania y otra en Palestina, con el propósito de hacer la paz en distintas regiones del planeta.
Acabar la guerra y reformar el sistema
Luego recordó que los famosos Objetivos de Desarrollo Humano no van a ser alzados, lo cual significa un retroceso mundial: “Incumplieron su propia promesa de financiar la adaptación al cambio climático. No tienen 100 mil millones de dólares para entregar a los países y defenderse de inundaciones, tormentas y huracanes, pero si los tienen en un solo día para que se maten rusos y ucranianos entre sí (…) Ahora no se necesitan 100 mil millones, se necesitan tres billones de dólares para superar la crisis climática y la cuenta asciende en cada segundo de la tierra”.
Acto seguido, el presidente de Colombia le recordó a los representantes del Norte global las injusticias a las que condenaron a los campesinos cultivadores de cannabis y hoja de coca, en vez de enfrentarse a la soledad que viven las juventudes de sus propios países. “Los países del mayor poder económico y militar de la historia de la humanidad, han pasado a las drogas de la muerte: al Fentanilo”.
Por lo tanto, para Petro el balance de justicia social en el mundo es malo. Al respecto, la propuesta es certera. Para recuperar el tiempo perdido, la humanidad debe acabar la guerra y reformar el sistema financiero mundial.
Democracia global
“Habrá que financiar el capitalismo descarbonizado, pero desde ya sabemos que el capital verde se moverá solo donde haya ganancia, esa es su ley, y es estrecho su marco para abarcar la descarbonización de todo el mundo”.
Petro increpó a quienes desde el gobierno y los poderes económicos creen que la crisis climática y de la vida se superará con algunos créditos bon marché: “Ilusos proponen que los países de la tierra que ya están sobre endeudados por la enfermedad y la codicia puedan adquirir más créditos para superar un problema que solo las chimeneas del norte produjeron”. Es decir, no se puede superar la crisis de la vida con más endeudamiento.
“Este presidente del país de la belleza les propone reformar el sistema financiero mundial, el Fondo Monetario Internacional, la banca multilateral, acabar los bloqueos económicos y guiar los fondos del capital privado”.
En la visión que tiene Petro, la crisis de la vida se resuelve con una democracia que alcance el nivel global, “más profunda que no debe temer a articular los Estados y la sociedad, para planificar el gran plan Marshall de la revitalización del planeta”.