Los señalamientos de cooptación, acomodamiento, burocratización, favorecimiento a políticas estatales y corrupción de algunos de sus dirigentes, son cada vez mayores dentro y fuera de sus sindicatos.
La Central Unitaria de Trabajadores (CUT) realiza su VI Congreso Nacional en medio de cuestionamientos a sus acciones y a los procedimientos de algunos de sus dirigentes, que la debilitan en su labor de defender los derechos de los trabajadores colombianos.
Los señalamientos de cooptación, acomodamiento, burocratización, favorecimiento a políticas estatales y corrupción de algunos de sus dirigentes, son cada vez mayores dentro y fuera de sus sindicatos.
Aunque el evento es la oportunidad para rectificar, muchos de sus afiliados creen que con la actual dirección las cosas seguirán igual, a tal punto que numerosos sindicatos que tienen cupos para delegados han decidido no asistir. Otros denuncian exclusión.
Sobre las discusiones que se deben desarrollar y lo que debe salir del Congreso, VOZ preguntó a dos miembros de su dirección nacional: ¿Qué se debe discutir y qué debe salir del Congreso de la CUT?
Alberto Vanegas, del comité ejecutivo nacional, señala que es importante que luego de un debate político y democrático logre rectificar sus apuestas en el orden político, organizativo, en política internacional, en reformas estatutarias; que se logre avanzar en nuevas definiciones y cambios que la proyecten hacia el rescate de sus principios de clase.
Debe haber un compromiso para desarrollar los principios de clase y la plataforma de lucha, lo que se traduce en mayor voluntad política para lograr la movilización en oposición al modelo, con mayor compromiso de todos los militantes.
También hay que hacer un proceso de reconstrucción política e ideológica donde los temas de formación y educación sindical estén ligados a otros de democratización y cambios de ciertas prácticas. Eso significa una reforma estatutaria en el sistema electoral que dé garantías, transparencia y ética en el movimiento sindical.
A reorientar
Humberto Polo, del comité ejecutivo nacional, dice que lo primero es que haya espacio para el debate de todos los temas planteados, entre ellos un examen profundo de la crisis del movimiento sindical y de la CUT. Hay que ver cómo recuperan los principios fundacionales y la plataforma de lucha que le dieron origen a la central. Hay que ver cómo se empieza a estar más al servicio de los trabajadores y alejarse de desviaciones como servir de paraguas a las políticas del gobierno.
Debe replantear su sistema de elección y dar plenas garantías para que las elecciones sean democráticas y el comité ejecutivo represente todos los sectores sin que quede acaparada solo por el magisterio.
Debe haber una revisión a la política internacional de la CUT, ya que es altamente cuestionado que esté afiliada a la Central Sindical Internacional (CSI), ya que en la fundación se planteó que guardaría independencia para tener relaciones fraternas con todas las organizaciones del ámbito mundial, y de esta manera tener autonomía.
También se espera que salga con independencia absoluta de gobiernos nacional o locales para que no esté sometida a sus políticas ni a la banca multilateral, como es el caso de los condicionamientos que se hacen con los recursos de cooperación logrados a través de la CSI o de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La conducción que hoy tiene la CUT no la sacará de la crisis y el congreso debe reorientarla, para que los trabajadores entiendan que se dan pasos hacia la defensa de sus derechos, más allá de una plataforma de políticos al Congreso de la República o a los concejos.
Hay que discutir para qué ha servido el diálogo social en estos 20 años y la política de concertación con el gobierno nacional.
