domingo, diciembre 1, 2024
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Intifada estudiantil en Estados Unidos

Por la fuerza que han tomado las protestas universitarias en el territorio estadounidense, algunos analistas las califican como el movimiento de resistencia civil más fuerte de los últimos tiempos

Alberto Acevedo

El genocidio continuado contra la población de la Franja de Gaza, los ataques contra hospitales, la muerte de mujeres, niños y ancianos bajo los efectos de los bombardeos de la aviación israelí, la política de exterminio por hambre de la población civil, colmaron la paciencia de los estudiantes norteamericanos. Estos iniciaron una huelga general, levantaron campamentos en los campus universitarios y demandaron del gobierno de Biden suspender de inmediato la ayuda económica y militar a un gobierno genocida, como el de Benjamin Netanyahu en Israel.

En dos semanas de protestas, los estudiantes, con el respaldo de numerosas organizaciones de la sociedad civil, han puesto contra la pared la política exterior de Biden, que es consciente de que el régimen de Netanyahu es su principal aliado en el Oriente Medio, pero la ayuda de Washington al gobierno genocida se hace cada día más insostenible e injustificable, hasta el punto de que ese maridaje amenaza con echar por tierra las aspiraciones reeleccionistas del mandatario, cuyos índices de popularidad bajan gradualmente.

Por la fuerza que ha tomado la protesta estudiantil a lo largo del territorio norteamericano, algunos analistas la califican como el movimiento de resistencia civil más exitoso de los últimos tiempos, y con él un modelo de lucha para lograr con éxito ciertos objetivos reivindicativos.

Como en la guerra de Vietnam

Otros observadores no dudan en comparar la actual movilización estudiantil con la formidable jornada antimperialista y contra la guerra de Vietnam, unas décadas atrás, donde se exigió el retiro de las tropas norteamericanas de ese país asiático.

En este caso, en pocos días, la consigna de la lucha por el cese al fuego ya en Gaza, detener el genocidio y propiciar una tregua duradera, fue una consigna que se extendió por cientos de universidades, donde los estudiantes levantaron campamentos y ocuparon los predios de los campus universitarios, y, en algunos casos, las oficinas administrativas de varias casas de altos estudios.

“Estos campamentos y protestas son una expresión reflexiva y comprometida de la solidaridad internacional de los jóvenes estadounidenses con nuestros camaradas de Palestina. Debido a que el apoyo a Palestina en los Estados Unidos está marcado por la edad, está muy claro que cuando más joven eres, más probabilidades tienes de simpatizar con los palestinos en esta guerra”.

Detención estudiantil en EE.UU por manifestarse contra el genocidio palestino. Foto Justin Sullivan

Liderando el camino

“Cuando vemos videos e imágenes de las universidades estadounidenses de hoy, recordamos nuestra historia de lucha estudiantil, así como los levantamientos estudiantiles de 1968, que desafiaron al imperialismo, desde Vietnam hasta Palestina, y remodelaron el rostro de Europa y Estados Unidos. Ahora, en 2024, el movimiento estudiantil vuelve a liderar el camino”, dice un comunicado firmado por trece organizaciones estudiantiles palestinas.

El epicentro de las protestas estudiantiles fue el campus de la Universidad de Columbia, en Nueva York, donde las directivas conminaron a los manifestantes a abandonar el campamento, bajo amenaza de que serían suspendidos y se les cancelaría el ingreso a las instalaciones universitarias.

Los estudiantes, en vez de amilanarse, radicalizaron la protesta que, finalmente, fue reprimida por la policía con elevado saldo de detenidos. El ejemplo se replicó en la Universidad Estatal de Arizona, en la de Northestern en Boston, en la George Washington, en la de Texas, en Austin; en el Colegio Morehouse, donde se graduó Martin Luther King Jr., y otros centros docentes. En quince días, había campamentos estudiantiles en solidaridad con Palestina en al menos cien universidades.

Por todo el mundo

“No vamos a contribuir al genocidio en Gaza”, aseguraron los líderes estudiantiles, protagonistas de una protesta que en dos semanas arrojaba un saldo de casi 900 detenidos. Un signo muy malo para la campaña electoral de Biden, que ahora aparece como el represor de los estudiantes de su propio país.

Pero esta expresión de rebeldía juvenil, de esta especie de intifada en suelo norteamericano, no se limitó al país del norte y, rápidamente, se extendió a otras ciudades del mundo. Las movilizaciones se sintieron en Australia, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido. En Túnez, la Unión General de Estudiantes convocó a marchas de solidaridad con los estudiantes de Estados Unidos y Europa, mientras el Movimiento de Estudiantes Libres del Líbano ha llamado a una revuelta solidaria en apoyo a Palestina y el pueblo de Gaza.

Universidades tan lejanas como Sciences-Po, de Francia, han establecido campamentos. La Unión Nacional de Estudiantes de Suazilandia ha hecho declaraciones de apoyo y solidaridad. Las protestas tomaron una fuerza inusitada en la Universidad de Valencia, en España, en Madrid, Estambul y otras ciudades, hasta en los más remotos confines del planeta.

Imagen deteriorada

Este sentimiento de rebeldía incluye a América Latina. En La Habana, Buenos Aires, Caracas, los estudiantes levantaron la solidaridad con el pueblo de Gaza. En Bogotá y otras ciudades colombianas, el Primero de Mayo estudiantes y trabajadores desfilaron con banderas palestinas y, en un discurso central, el presidente Gustavo Petro anunció que esta misma semana romperá relaciones con el gobierno genocida de Benjamin Netanyahu.

Y, en general, en el mundo, los trabajadores y sectores progresistas pusieron muy en alto las banderas de la solidaridad con el pueblo palestino durante las celebraciones del Día Internacional de la Clase Obrera, el Primera de Mayo.

La administración de Joe Biden vive una verdadera emergencia debido a las protestas contra Netanyahu y su gobierno extremista. Los manifestantes exigen el fin del apoyo de Estados Unidos a la ocupación sionista y a la masacre contra la Franja de Gaza.

La conmoción se extiende a la incapacidad del lobby israelí y de las agencias de seguridad e inteligencia para limitar el alcance de las protestas o mediante contramanifestaciones. Situación que se agrega a la deteriorada imagen de la administración norteamericana por su participación en la guerra en Ucrania y los conflictos con Rusia y China por la hegemonía global.

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