Trabajadores de Empaques del Cauca, uno de los fabricantes más importantes de sacos de fique, están en huelga hace tres meses. Exigen pagos de salarios, prestaciones sociales y un plan para salvar la empresa
Óscar Sotelo Ortiz
@oscarsopos
De acuerdo a la Federación Colombiana de Cafeteros, de febrero de 2023 a enero de 2024, la producción de café tuvo un aumento significativo del 11 por ciento. Un crecimiento que pone fin a tres años consecutivos de números rojos en la caficultura nacional.
De los 11.4 millones de sacos que llevan la marca registrada Café de Colombia, 2.4 millones de estos son producidos por Empaques del Cauca S.A., una empresa industrial con 59 años de experiencia que emplea, en la actualidad, a 140 personas, tanto en el área administrativa como en la fábrica, y con la capacidad de producir 14 mil sacos diarios de fique para empacar no solo el emblemático grano, sino también otros productos agrícolas como cacao, habichuela, papa, yuca y zanahoria.
Esta empresa, considerada como patrimonio industrial del pueblo caucano, se encuentra en huelga. Esta es la historia.
La crisis
Edith Lorena Mosquera es trabajadora hace 26 años de Empaques del Cauca y, en la actualidad, es la presidenta de la Asociación Sindical Obrera Empaques del Cauca, Asoempaques, organización que desde el 19 de junio empezó la huelga en la empresa.
Una particularidad en este caso es que la manifestación no es por pliegos o por convenciones, sino un cese laboral imputable al empleador por desconocimiento de sus obligaciones, de acuerdo al artículo 379 del Código Sustantivo del Trabajo.
“Como trabajadoras y trabajadores exigimos el pago de salarios y de acreencias laborales, como parafiscales, cesantías, primas y vacaciones. Al momento de iniciar la huelga, eran nueve quincenas que no se habían pagado y, por supuesto, la deuda sigue aumentando”, dice la dirigente sindical.
En la historia no es la primera crisis en Empaques del Cauca. Finalizando la década de los noventa, la empresa se fue a pique y una alianza entre trabajadores, la Federación Colombiana de Cafeteros y la Gobernación logró sacarla a flote. Sin embargo, cambios en la composición accionaria y modestos resultados económicos derivaron en una crisis de gobernabilidad, convirtiendo al poderoso gremio en el principal accionista con el 13 por ciento.
“Desde el año pasado, el señor gerente de Empaques, Julián Otoya Grueso, dejó de pagarle a los trabajadores y en noviembre pidió acogerse a la Ley 1116 sobre insolvencia empresarial, pretensión que fue negada. El argumento siempre ha sido que no hay plata”, dice Rolando Muñoz, fiscal de Asoempaques y vocero de la huelga.
Tanto Mosquera y Muñoz recuerdan que lo anterior produjo dudas en los trabajadores, al punto que por cuenta propia iniciaron una investigación. “Descubrimos que la empresa venía participando en licitaciones donde vendía los productos por debajo del costo de producción. Lo más grave es que eran con su mayor cliente, la Federación Colombiana de Cafeteros, que además es miembro de la junta directiva. Pero no solo fue con el gremio, sino con todos los clientes. Nosotros hicimos el informe fiscal y lo expusimos frente a la asamblea”, dice Muñoz.
Pérdidas por 9000 mil millones
Desde el momento en que se inició la huelga, las directivas han sido reactivas a las peticiones de los y las trabajadoras. Sin embargo, durante todo el ejercicio de protesta, Asoempaques ha contado con la veeduría del Ministerio del Trabajo y la Defensoría del Pueblo. También ha podido manifestar sus puntos de vista en importantes espacios como la asamblea departamental y mantiene las puertas del diálogo para encontrar soluciones que sean positivas para el futuro de la empresa.
“En una reunión con el señor Otoya, varios funcionarios del Ministerio del Trabajo, y la presidenta, el asesor jurídico y el fiscal del sindicato, propusimos utilizar unos dineros que están en una fiducia y liberar unos recursos que están en la Unidad de Gestión Pensional y Parafiscales. Son 800 millones de pesos para mitigar el pago de los trabajadores y que la planta vuelva a producir”, dice Muñoz.
Si bien Asoempaques interpuso una tutela para darle viabilidad a su propuesta, que finalmente fue negada por distintas instancias, esto le permitió a la organización sindical inferir que ni las directivas de Empaques del Cauca, ni su junta directiva están en función de enfrentar la situación y sacar la empresa adelante.
“Gracias a la huelga del 19 de junio, los arrendatarios comenzaron a decir que el señor gerente quería negociar la manzana donde se encuentra la empresa. En nuestra organización sindical es algo que se sospecha, pero no tenemos las pruebas suficientes para denunciarlo”, dice Mosquera.
Además, según el relato de la presidenta del sindicato, desde abril del año pasado las máquinas vienen presentando deterioros y solo una sección de los semicirculares de los telares estaba funcionando.
“Lo que nosotros intuimos es que no quieren sacar adelante la empresa. Las pérdidas son de 9000 millones de acuerdo a todos los estados financieros presentados ante la junta directiva. Si ellos son los veedores para que la empresa siga adelante, ya debieron tomar correctivos con el señor Otoya. ¿Por qué no lo hacen?”, finaliza la presidenta del sindicato.
Firmes por la empresa
Para Edith Mosquera, la empresa es una herencia. Su padre trabajó en Empaques del Cauca casi 35 años. Por eso, siente la responsabilidad de defenderla y sacarla adelante.
Lo mismo piensa Rolando Muñoz, al reconocer la fuente de empleo que significa para el departamento. No solo se trata de las 140 personas y familias directamente vinculadas a Empaques del Cauca, sino también de las 12 mil familias caucanas que producen fique en El Tambo, Jambaló, San Juan, Quintana, Totoró y Silvia.
Se cumplen más de 90 días de huelga en Popayán. Mientras Asoempaques sigue firme con la acción en defensa de la empresa y los derechos de los trabajadores, el señor Otoya se encuentra de vacaciones por España, al parecer pagadas con dineros de Empaques del Cauca.