La obra de un gestor cultural en la evocación de sus amigos
José del Rio
A Fiorillo yo lo llamaba Heribartok, identificándolo con el húngaro genial En estos momentos en que quienes lo conocimos nos agobia la tristeza, sacamos fuerzas para prolongar su recuerdo, su vida recordándonos de sus genialidades, de su inagotable sentido del humor. Heriberto Fiorillo era un hombre transparente, efectivo en su quehacer, sencillo, nada ampuloso, era un gran creador de textos de excelsa belleza.
Dijimos que es un gran creador, pero su obra magna es la recuperación de La Cueva, la cual constituye el gran legado que le deja Fiorillo a esta ciudad, a los colombianos. Ahí se organizan El carnaval de las artes, El Concurso Nacional de Cuentos, La cueva por Colombia y La cueva al aire de reciente creación
Aproveché un diálogo con el poeta Miguel Iriarte, desde el mes de enero director de La Cueva y con el intelectual, crítico de arte y musicólogo Álvaro Suescún, para elaborar esta nota sobre el tránsito de Heriberto Fiorillo hacia su existencia perenne en la memoria y en el corazón de sus parientes, amigos y conocedores de su obra.
Entrevista con Álvaro Suescún
¿Cómo entraste en contacto con Fiorillo?
-En principio recuerdo que Heriberto tenía unos conocimientos de la manera de hacer crónicas documentales para cine. Con esa perspectiva supo, que el artista Orlando Rivera “Figurita” había vivido en Baranoa y que yo lo conocía y por eso me citó para que yo le hablara de su obra. Así tuve el primer contacto con Heriberto en 1983. Eso fue importante porque ese interés por conocer al pintor lo llevó a terminar investigando sobre La Cueva. Y finalmente, eso lo estimuló al rescate de la misma.
¿Cómo caracterizas a Fiorillo?
-Fiorillo es uno de los personajes de la vida cultural de Barranquilla más destacados, como gestor cultural que fue, donde desarrolló sus actividades en los últimos años alrededor del Carnaval de las Artes que hizo durante 15 oportunidades. Así concentró aquí la presencia de la mayor cantidad de personajes del mundo cultural y gracias a esos eventos, La Cueva devino en epicentro de la actividad cultural barranquillera.
¿Cuál es tú valoración de Heriberto como periodista?
-Pues el solo hecho de haber sido Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar y el hecho de haber sido jurado en dos o tres ocasiones y en una de ellas presidente del jurado, le puede definir a tus lectores el tipo de periodista con el cual tuvimos la fortuna de compartir.
Entrevista con Miguel Iriarte
¿Cómo defines a Heriberto Fiorillo?
-Fiori tenía una vocación expresiva y creativa muy amplia, no solamente en el periodismo en el cual se le considera, especialmente en la crónica, un revolucionario del género que la llevó al lenguaje de lo escrito y la televisión. El periodismo de televisión en Colombia creció y se modernizó de la mano de Heriberto Fiorillo como director y creador de tres o cuatro noticieros que fueron en su momento los principales noticieros del país.
¿Esa manera de hacer periodismo tuvo seguidores?
-Claro. Daniel Coronell lo considera su gran maestro, asimismo la gente de Radio Nacional de Colombia y RTVC lo ven como el hombre que definitivamente le puso puntos sobre las íes a una visión más moderna de la televisión, de los documentales.
¿Fiorillo hizo algún otro aporte intelectual?
-La gran virtud de Fiori es que es un profesional del lenguaje a diferencia de otros periodistas que pueden ser buenos cronistas o buenos periodistas o buenos reporteros. Él es realmente un hombre de una capacidad de escribir, que desde luego, le asegura su puesto como una pluma de guardar y de respeto en el ámbito del Caribe y de la literatura colombiana
Fiori ante todo es ser Caribe, proclive a ese sentimiento de la bacanidad como un ethos, una manera profunda de sentir y de vivir lo que este territorio daba en términos precisamente de formas de ser, de vivir la vida y su sustancial condición creativa, desde luego.
