En diálogo con VOZ, Yezid García Abello, subsecretario general del Partido del Trabajo de Colombia, PTC, reflexionó sobre el gobierno de Gustavo Petro, el diagnóstico del Pacto Histórico y la propuesta de frente amplio
Claudia Flórez – Óscar Sotelo
Los partidos y movimientos que conforman el Pacto Histórico vienen construyendo la ruta unitaria. El objetivo es consolidar una organización política más allá de lo electoral, que interprete acertadamente el momento de cambio, que defienda las reformas que impulsa el Gobierno nacional y que garantice en 2026 la continuidad del ciclo progresista en el país.
Para enriquecer este diálogo unitario, el periódico del Partido Comunista hablará con las distintas fuerzas que convergen en el Pacto Histórico para conocer sus opiniones y propuestas frente a la ruta unitaria.
En esta primera entrega, VOZ conversó con Yezid García Abello, histórico dirigente samario vinculado a la lucha sindical, exconcejal de Bogotá, exsenador de la República y actualmente subsecretario general del Partido del Trabajo de Colombia.
Gobierno y reformas
¿Cómo evalúan hasta el momento la experiencia del Gobierno de Gustavo Petro?
-Colombia requiere transformaciones que en otros países del mundo ya no están al orden del día. En ese contexto, el presidente Gustavo Petro dio un salto adelante. Por primera vez en más de 200 años de vida republicana, el país tiene un Gobierno progresista que representa la democracia y que está al lado de los más vulnerables.
Además, Petro significa la independencia nacional. Es un antiimperialismo bien ejercido, bajo el principio que Colombia debe tomar sus propias decisiones. En el año y medio de gobierno lo ha demostrado. Su posición de igual a igual con Estados Unidos, la denuncia del genocidio del cual es víctima el pueblo palestino y el liderazgo en la lucha contra el cambio climático, son algunos ejemplos.
¿Qué no les gusta hasta el momento en la experiencia de Gobierno?
-Que no todo el alto Gobierno comparte esta perspectiva. No ven la importancia que significó ganar la Presidencia. La derecha entiende el peligro que para ellos representa un personaje que puede alterar el orden establecido. ¿Todo el gabinete está en esa onda? Yo creo que no. Hay más presidente que equipo.
Por otro lado, en nuestra opinión, la bancada parlamentaria no ha unificado criterios de acción. Coordinábamos mejor cuando éramos oposición y minoría en las corporaciones públicas. Hoy el punto común, por encima de críticas y observaciones, es unirnos para defender el Gobierno.
A propósito del debate de un partido unitario, ¿cuál es el diagnóstico que ustedes hacen del Pacto Histórico?
-El Pacto Histórico tiene un mérito innegable. Logró consolidar una bancada parlamentaria para la izquierda. Como herramienta política, fue y es insustituible.
El reto es lograr la mejor forma de organizarnos. Cualquier discusión tiene que partir de una manifestación de principios: La unidad y la defensa del Gobierno de Petro. Para ello ya se han planificado mesas de trabajo, conversatorios y foros para decantar las propuestas. Además de eso, tenemos que discutir cuál es la naturaleza de la herramienta. Nosotros pensamos que la mejor propuesta está en un frente progresista y de izquierda.
Frente amplio
En la discusión que se tiene abierta, ¿qué les gusta más? ¿partido único, unitario o frente amplio?
-Los partidos no se constituyen históricamente por decreto, ni por leyes, ni por mandato de un dirigente, ni por capricho. El proceso de construcción tiene que ver con que sectores sociales se vayan agrupando alrededor de intereses propios y comunes. Y cuando hay una relativa identidad, se convierte en un partido político.
Si la propuesta es fusionar 14 partidos que hoy convergen en el Pacto, vamos a tener años de discusión. Entonces nos parece mucho más expedita la forma de un frente.
Lo que pasa es que no puede ser un frente con los defectos que tuvo el Pacto Histórico. Hasta el momento no hay procedimientos democráticos, ni elección de directivos y candidatos. ¿Cómo el partido de la izquierda y del progresismo no tiene una consulta previa? ¿Por qué aparecen las listas hechas a bolígrafo? ¿Por qué voluntades regionales se cambiaron por las directivas nacionales? Son preguntas que nos deben llevar a profundas reflexiones.
¿Cuál es el impedimento para conformar una organización unitaria?
-Para tener un partido único nos tenemos que poner de acuerdo en todo, mientras que en la constitución de un frente las coincidencias pueden ser muchas, pero no todas. Eso sí, ese frente requiere criterios democráticos, que es lo que estamos intentando construir al interior del Pacto. Hasta ahora todas las fuerzas estamos de acuerdo en que necesitamos una organización unitaria.
Nosotros estamos dispuestos a dar la discusión sobre varias alternativas organizativas. Si el Pacto se inclina por un frente o por el partido único, porque no existe otra alternativa, en cualquier escenario creemos que se le deben dar garantías a las tendencias para que funcionen. No se puede obligar a que las distintas fuerzas se disuelvan. Hay que dar ejemplo de democracia.
Las 14 personerías al interior del Pacto son uno de los problemas a resolver. ¿Cuál es la posición del PTC al respecto?
-A nosotros no nos disgusta la multiplicidad de personerías. Recordemos la vieja frase del presidente chino Mao Tse-Tung: “Que se abran cien flores del pensamiento y que compitan cien escuelas”.
En eso tenemos diferencias con algunos sectores progresistas, que a veces defienden leyes electorales reaccionarias. Aquí estamos hablando de partidos de izquierda pequeños que tienen una historia de lucha, de mártires y de trabajo.
Sin embargo, ¿hasta dónde llega el PTC? En el evento que las restricciones a la democracia electoral no se hayan logrado derogar, estamos dispuestos a entablar las negociaciones tendientes a lograr un acuerdo razonable sobre la personería jurídica, sí y solo sí garantizamos las reglas democráticas, libertad de tendencias y financiación. Mientras eso no se presente, nosotros estamos por la fórmula del frente amplio y democrático.
Las bases programáticas
¿Qué propuestas hace el PTC para avanzar en lo programático?
-En lo programático la izquierda tiene experiencia. Hay una propuesta de hacer una matriz de los programas de todos los partidos integrantes del Pacto y cruzarla con el programa de Gobierno, en el que todos estamos identificados. Sobre esa base común, que no está en discusión, la tarea es darle los retoques indispensables, que en nuestra perspectiva es profundización de las reformas.
Los programas varían de acuerdo a la situación y cada hora tiene su angustia. El proyecto ‘Colombia potencia mundial de la vida’ es una buena base para el programa de la organización unitaria o frente amplio en perspectiva del 2026.
Ustedes se reconocen como herederos del viejo MOIR. ¿Se siguen identificando como maoístas?
-Hoy más que nunca. El maoísmo es la aplicación del marxismo leninismo a las condiciones concretas del neocolonialismo. Es decir, su vigencia está en los países pobres que luchan por cambios sociales.
El maoísmo planteó que la Revolución no podía ser obra de un solo partido, que no podía ser conducida por una sola clase social, que había que defender la industria nacional y que se necesitaba tener la vanguardia de los trabajadores.
En ese sentido, nuestro maoísmo, así no le gusten estas palabras al presidente, está interpretado en el programa y en la gesta de Petro. Jamás se hubiera equivocado Francisco Mosquera sobre este punto.