En alianza con estudiantes de la Pontificia Universidad Católica de São Paulo, VOZ dialogó con el exvicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera sobre la importancia que tiene para los pueblos de Nuestra América la victoria de Gustavo Petro y Francia Márquez
¿Cómo analiza el escenario de América Latina luego del triunfo del Pacto Histórico en Colombia?
-Me parece que en Colombia se ha producido un gran cataclismo histórico. Por una parte, el viejo sistema político, muy conservador, se ha derrumbado. El uribismo que había dominado la política colombiana durante más de 20 años ha quedado al margen del sistema político y en su lugar ha emergido un potente movimiento social de la calle que ha creado expectativas colectivas de cambio y dentro de ese movimiento lo más noble, lo más popular, lo más digno de esa voluntad de cambio ha quedado expresado en Petro y Francia Márquez.
Esa derecha se unió contra el Pacto Histórico
-Si. Y pese a las adversidades, a un sistema mediático, oligopólico, muy conservador, una presencia norteamericana no solamente militar sino también cultural, ideológica, tan fuerte. Las amenazas de un paramilitarismo todavía vigente y presente. Pese a todas esas adversidades y a esos poderes fácticos que se oponían a una victoria progresista y popular, Petro y Francia han ganado.
¿Por qué es tan significativo lo que pasó en Colombia?
-Es heroico porque es la victoria de los que no tienen contra los que tienen. Un triunfo de que los que tienen esperanza contra los que quieren ahogarla. Todo estaba preparado para que no pudiera ganar una fuerza de izquierda y ésta lo logró. Es un hecho extraordinario en un pueblo hermoso, abnegado, luchador, que se sobrepuso a esas adversidades. Es una victoria para Colombia en perspectivas de paz, de justicia social, de transformación energética, pero también es una victoria mundial y continental.
¿Cómo ve la nueva proyección regional con esta victoria del Pacto Histórico en Colombia?
-La victoria de Gustavo Petro y de Francia Márquez abre la perspectiva de una nueva generación de reformas económicas y políticas que no han estado presentes en las anteriores historias del progresismo continental: transición energética y sustitución de combustibles fósiles por fuentes de energía limpia. Esa es una propuesta muy audaz, muy vanguardista. Y la segunda, está la reivindicación de derechos sociales y en particular de atención de todo el movimiento popular y femenino. En la disputa política ganó la esperanza.
Profundicemos en esos elementos nuevos que tiene la agenda del Pacto Histórico.
-Petro y Francia tienen una propuesta que creo va más allá de lo que se ha planteado y hecho en términos de ampliación de derechos en el continente. De lograr estos avances, el proceso progresista colombiano puede dar luces a que otros países del continente e incluso del mundo puedan seguir los pasos de lo que ahora se propone hacer. O sea, esta victoria es un hecho heroico del pueblo. Es un hecho propositivo y de futuro para todo el continente y para todo el mundo. Es algo extraordinario.
Esta victoria ha impactado y se ha sentido en muchos lugares. En toda Nuestra América hubo fiesta de todos los sectores democráticos.
-No sabes la felicidad que he sentido el domingo 19 de junio. Mi corazón bailaba cumbia colombiana mientras iba oyendo los datos de la victoria del compañero Petro y de la compañera Francia.
Hay elecciones en Brasil este año y la victoria de Colombia trae más esperanzas al pueblo de este país para el retorno de la izquierda con el presidente Lula.
-Es que el continente otra vez mira hacia lo popular, mira hacia la justicia. No mira ni a la venganza ni a la sanción ni al castigo. Dignidad para los de abajo. Una cosa tan sencilla pero que es tan difícil en nuestro continente. Entonces la victoria en Colombia, donde todo estaba definido, preparado, construido y armado para que nunca triunfe la esperanza, que lo haga, muestra que nada es imposible cuando los pueblos se unen. Cuando los pueblos tienen esa voluntad profunda de justicia social, ningún poder humano los puede detener, por muy fuerte o poderoso que sea.
Al final, esa voluntad colectiva de millones y millones de pobres, de mujeres, de campesinos, de trabajadores, de estudiantes, de afros, de jóvenes, de indígenas, de profesionales vence a la mezquindad. En Colombia la dignidad venció al poder del dinero, la mentira, al poder internacional. La unidad del pueblo colombiano ha dado una muestra y una lección al mundo que la dignidad puede vencer a la injusticia. Esperamos que el pueblo brasilero tome este camino eligiendo al compañero Lula en la presidencia.