La labor periodística ha sido clave para el progreso de las sociedades. Sus aportes son necesarios y fundamentales en los debates públicos. Sin embargo, no siempre su arduo y dedicado trabajo ha sido reconocido como se lo merecen
Luydomin Atencia
El 9 de febrero de 1791 aparece el primer periódico en papel en Santa Fe de Bogotá y el 9 de febrero de 2009 Facebook lanzó su botón de “Me gusta”. 232 años de construcción del sector de trabajadores y trabajadoras de la comunicación y el periodismo. Dos épocas, dos hechos relevantes para la comunicación en Colombia y el mundo, dos campos hoy entrelazados ambiguamente entre tres dinámicas: redes antisociales, periodismo y comunicación.
Todos los estudios desarrollados por instituciones tan importantes como la Fundación para la Libertad de Prensa, Flip, el Grupo de investigaciones de la Universidad de la Sabana, la Federación Colombiana de Periodistas, Fecolper, y Reporteros sin Fronteras, muestran que sus garantías laborales y de seguridad ganadas a través de la lucha gremial y sindical en épocas pre neoliberales, ha retrocedido como ha sucedido con todos los trabajadores y trabajadoras de los sectores productivos.
Informes sobre la situación
Según Reporteros sin Fronteras en su informe mundial, “asesinatos, ejecuciones, emboscadas, muertes en zonas en conflicto, heridas mortales (…) 1.668 periodistas han sido asesinados durante las dos últimas décadas (2003-2022). En ese período, 80 periodistas han muerto de media, cada año, en el ejercicio de su profesión. Remontándose al año 2000, el total se sitúa en una cifra abrumadora de 1.787 víctimas”.
El año 2021 cerró con más de 600 hechos de violación a la libertad de prensa, según la Flip. Además, Fecolper afirma que en, “el 2020 se caracterizó por un aumento de violaciones al trabajo periodístico, evidenciado en más de un centenar de amenazas, intimidaciones, perfilamientos, interceptaciones ilegales e incluso el acoso judicial contra medios y periodistas”.
Hay periodistas de la elite que con micrófono actúan como voceros de los emporios económicos y que fungen como director del canal o de la cadena radial, son una minoría que reciben tratamiento laboral privilegiado. Pero la generalidad de los y las periodistas sufren hoy la más extrema precariedad laboral.
Un estudio del Grupo de Investigaciones de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de la Sabana encontró que “los sueldos que ganan los periodistas no son buenos, pues cerca del 34% de los comunicadores recibe un salario mensual de un millón, pero inferior a dos millones; mientras que el 27% de los consultados se encuentra en el rango entre 500 y 950 mil pesos”.
La mujer periodista
La investigación y trabajo de Cerosetenta y Flip, coinciden en que:
I) Hay más mujeres periodistas que hace tres décadas y se han diversificado los oficios que desempeñan en las salas de redacción; II) Hay un ambiente más favorable para la denuncia de violencias; y III) Hay nuevas formas de violencia digital que afectan especialmente a las mujeres.
Así mismo, Lina Cuellar Wills en Cerosetenta, informa que, “del lenguaje tóxico contra los y las periodistas encontrado en el análisis (con apoyo de Linterna Verde), se destaca que las mujeres reciben un 20% más de expresiones sexistas, un 10% más de menciones que ponen en duda su capacidad intelectual y un 30% más de comentarios relacionados con su apariencia física”.
Y ni que hablar del periodista de región y de municipios, que ya ni contrato le hacen, debe pagar los espacios televisivos y radiales, a través de un esfuerzo sobre humano de venta de publicidad, teniendo que garantizarse su salario y poner a depender su ética y su ejercicio de políticos, comerciantes y empresarios que lo chantajean y lo manipulan mientras el dueño del canal o de la emisora no corre ningún riego.
El trabajo del periodista es muy importante, valioso y fundamental para la democracia. Son unos y unas valientes. Feliz día del periodista.
