El encuentro fue un escenario precedido por varios eventos que recogieron propuestas de comunidades y organizaciones, para exigir paz con transformaciones en los territorios
Juan Carlos Hurtado Fonseca
@aurelianolatino
“La USO reitera su compromiso con la transición energética y propone al Gobierno: recuperar las fortalezas de Ecopetrol conforme a su naturaleza económica y social; garantizar un plan de inversiones en exploración a mediano y largo plazo para que ella asuma los roles de la transición energética; iniciar un proceso de reconversión laboral y, sobre todo, mantener los estándares laborales acordados en la industria petrolera; desarrollo territorial inclusivo y equitativo para las comunidades petroleras y las regiones donde se generarán las nuevas energías”.
Con estas palabras, el presidente de la Unión Sindical Obrera, USO, César Loza, inauguró la Tercera Asamblea Nacional por la Paz, realizada en Bogotá la semana pasada.
El evento contó con reuniones preparatorias en diferentes regiones, en las que a través de talleres y asambleas participaron comunidades de zonas históricamente olvidadas por el Estado, organizaciones campesinas, sindicatos, jóvenes, organizaciones de mujeres, población LGTBIQ+ y ambientalistas, entre otras; quienes discutieron, propusieron y recogieron conclusiones alrededor de asuntos como la verdad, la memoria y los derechos humanos; una política minero-energética, la transición energética justa con enfoque de género, una cultura de paz y los postacuerdos.
El desarrollo del evento
En las discusiones previas se plantearon soluciones desde los territorios a problemas como la guerra y se exigió participación de la sociedad civil en las mesas de diálogo y negociación con los diversos actores armados; la transición energética con participación de las comunidades y no solo en beneficio de grandes empresas; el cuidado del medio ambiente y la transformación de los territorios alrededor de la producción rural, en lo que es fundamental la reforma agraria y la inversión estatal en el campo, entre otros tópicos.
En la Asamblea de Bogotá, hubo paneles con expertos sobre la geopolítica de la guerra; la paz y la guerra en Colombia, en el que participó mediante video la delegación de paz del Ejército de Liberación Nacional, ELN; y la transición energética justa.
Asimismo, participaron el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo; la ministra de Agricultura, Martha Carvajalino; y el ministro de Minas, Andrés Camacho, quienes rindieron cuentas sobre los avances del Ejecutivo en sus respectivas áreas.
En el evento se planteó la creación de un gran movimiento nacional de la sociedad civil por la paz y las transformaciones, que podría tener un encuentro inicial en febrero de 2025.
De la palabra a la acción
Al término, Jaime Enrique Camargo Frías, de la subdirectiva USO Barranquilla, resaltó la presencia de las diferentes regiones y agregó: “La verdad, los grupos alzados en armas tienen que darse cuenta de lo que se estableció en esta Asamblea, donde se plasmó la necesidad de buscar la paz”.
La participación de algunos ministros le sirvió para concluir que los proyectos del Gobierno no son fáciles de llevar a cabo, aunque se ha ido avanzando.
Una de las delegadas de las organizaciones de Cali fue Gina Martínez, integrante del Sindicato Nacional de Trabajadores de Profamilia, quien luego de las discusiones y los paneles concluyó: “Todos, independientemente de nuestro movimiento político o social, debemos contribuir con acciones que nos lleven a la paz”.
Sobre las propuestas de los talleres y las asambleas, Gina piensa que se deben realizar más acciones porque ha habido muchas reuniones: “Necesitamos estar en una completa acción, creo que la propuesta final nos va a traer espacios, además que este Gobierno ha permitido espacios que no teníamos antes y ser escuchados. Así que queremos ser contribuyentes a un proceso de paz”.
200 años de sometimiento
Por su parte, Hugues Martínez Gámez, del Consejo Afrodescendiente Ancestral Los Negros de Cañaveral y de la Mesa Minero-Energética de La Guajira, manifestó: “Estos eventos contribuyen a la construcción de un nuevo país que es lo que tenemos que procurar, construir una nueva patria. No hablo de buscar otro territorio, sino transformarlo, que se convierta en uno de vida, en uno de paz, porque para que la paz llegue tenemos que cambiar cada uno de nosotros y tener otra actitud”.
Está seguro de que en el país está pasando algo, que se evidencia en un movimiento como el actual que exige paz y transformaciones en los territorios: “Yo dialogo con personas de las diferentes regiones y esto genera un tipo de cambio, lo que pasa es que se está sembrando una semilla que tiene que germinar y tenemos que regarla para que crezca. Son 200 y pico de años de sometimiento y eso no se logra superar en dos o tres años de la historia de este país”.
Juventud con energía
De la misma manera, Ubaldina González, concejala por el Pacto Histórico en Fortul, Arauca, sobre su compromiso con las conclusiones dijo: “Llevamos unas tareas específicas muy concretas para trabajarlas, no solamente desde el Consejo municipal, sino desde todos los territorios, todas las agremiaciones y es una apuesta a la unidad. Si queremos la paz tenemos que apostarle a la unidad para conquistar los derechos fundamentales; las mujeres tenemos que estar unidas junto con los hombres, asimismo, los gremios y los sectores políticos porque tampoco podemos tener paz si no cuidamos al medio ambiente. Tenemos primero que ponernos de acuerdo como sociedad civil, porque a veces hay muchas diferencias”.
De otro lado, Lauren Valentina Melo Chica, de la Juventud Comunista, JUCO, Ocaña, Norte de Santander, anotó: “Queremos organizarnos con todas las organizaciones, corporaciones, parches juveniles, comunidades de las diferentes zonas campesinas para empezar a trabajar en un gran movimiento por la paz”.
De esta manera, los delegados regresaron a sus territorios con unas conclusiones y tareas que les ayudarán a reconstruir el tejido social y exigir cambios y paz, respaldados en el lema que acompañó a la Asamblea: Participemos con energía para transformar el territorio y la vida.
