Breve entrevista en la que se destaca y hace homenaje a la vida y obra de Belisario Restrepo, un campesino que se convirtió en líder sindical, social, político y disciplinado militante del Partido Comunista en Antioquía
Célula Caminantes. PCC, Medellín
¿Cómo fueron sus inicios en la lucha?
Nací en Altamira, municipio de Betulia, Antioquia, un 18 de octubre 1942, de origen campesino, en una familia pobre; mi papá, liberal; mi mamá, de origen conservador. Ingresé a la escuela a los ocho años, en 1950, o sea, dos años después del asesinato de Jorge Eliecer Gaitán, en plena violencia de los años cincuenta en Colombia. A los cinco días de haber ingresado a la escuela, la guerrilla liberal llegó al pueblo, motivo por el cual el único profesor que había, conservador, se fue de la población. Vivíamos tiempos de una violencia impuesta por el Gobierno conservador de entonces Mariano Ospina Pérez y, luego, de Laureano Gómez.
Lo observamos lúcido, ¿cómo está de salud?
Hoy, a los ochenta y un años de edad, no puedo decir que estoy totalmente bien, porque eso sería «chicanear», pero desarrollo mi trabajo social y político en perfectas condiciones, de acuerdo con la realidad del país y de las enseñanzas del PCC, del cual hago parte desde muy joven.
¿Cuál fue el primer cargo que desempeñó en un sindicato? ¿Cómo le fue?
Llegué a Medellín en 1961, de diecinueve años de edad. Inicialmente, trabajé en demoliciones, es decir, «tumbando casas» ─se ríe─, y luego en construcción hasta el año 63. A los veintiún años entré a trabajar a la empresa Prodenvases, empresa subsidiaria de Pintuco. En 1966, descontentos los trabajadores por las condiciones inhumanas en las cuales teníamos que realizar nuestro trabajo, constituimos la organización sindical, es decir que esta fue la primera prueba de fuego frente a la patronal. Allí fui elegido fiscal. Esto cambió mi vida, que me llevó a darle prioridad a lo colectivo frente a lo individual.
¿Y cómo fue ese cambio?
Cuando el trabajador da ese paso importante, se abre para él una brecha profunda entre el capital y el trabajo, o sea, la lucha de clases: el patrón brega a exterminar el sindicato y los trabajadores a fortalecerlo. Lucha irreconciliable a través de la historia. Recibí sanciones, cambios de turno, etc., pero mi responsabilidad la cumplí con dignidad y honestidad.
¿Cómo ve el movimiento sindical en Colombia?
La mejor escuela para la «confrontación con el Capital» la constituye el movimiento sindical. Su principio de independencia frente a los patronos, a los Partidos políticos, a las religiones y frente al mismo Estado. Estos elementos, aplicándolos, en la práctica le dan a la organización sindical su verdadera razón de ser. El capital, cuyo principio es la ganancia, busca la destrucción de la organización sindical, hasta la eliminación física de sus mejores dirigentes y activistas. Desafortunadamente, el Estado en Colombia ha obedecido a la política de exterminio, ejercida por los gobiernos anteriores. Por eso, hoy es clave la Reforma laboral, que no solo devuelva las garantías arrebatadas a los trabajadores, sino que se conquisten nuevas condiciones de dignidad laboral. Hoy es indispensable la reconstrucción del movimiento sindical y la Reforma laboral servirá mucho para ello.
¿Siempre ha estado en el Partido Comunista Colombiano?
Cerca de sesenta años ininterrumpidos. Siempre ha sido mi escuela para desarrollar mi trabajo ideológico, político y social. Participé activamente en la construcción de la Central Unitaria de Trabajadores ─CUT─ y de la Unión Patriótica, estas no fueron el resultado de la improvisación, sino producto de la lucha y la resistencia de amplios sectores de la población, por espacio de veinte años.
¿Cómo ve el comunismo en la actualidad?
Los y las militantes de los partidos comunistas luchamos por alcanzar esa bella etapa de la sociedad. El sistema capitalista y su fase superior, el imperialismo, realizan todos los esfuerzos por borrarnos de la humanidad, pero no es ni será posible porque la injusticia nunca se podrá imponer, frente a la razón. Los comunistas estamos más vigentes que nunca.
