jueves, abril 18, 2024
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El pueblo araucano pide fin al conflicto armado

Apenas iniciando el año 2022 nos encontramos con la irrupción de los graves acontecimientos de violencia y de confrontación armada en el departamento de Arauca, los cuales dejan en pocos días un doloroso saldo de 28 civiles asesinados y alrededor de 50 ciudadanos desaparecidos, en medio de la disputa entre las guerrillas del ELN y las disidencias de las FARC.

El impacto humanitario tiende a crecer por la intensidad de los combates y el refuerzo militar ordenado por el presidente Duque de dos batallones del Ejército Nacional, por lo cual en menos de 72 horas alrededor de 600 soldados llegaron al territorio fronterizo. A lo anterior se añade el desplazamiento forzado de la población, o el confinamiento de otras comunidades, las cuales buscan proteger sus vidas.

El Partido Comunista Colombiano piensa que las distintas organizaciones guerrilleras deben tratar de resolver sus diferencias y problemas sin poner en riesgo la vida y el patrimonio de la población.  Invitamos a las insurgencias a resolver sus diferencias a partir del diálogo político. Estas organizaciones tienen el deber de escuchar el clamor de la población civil.

Los comunistas consideramos que, en la actual situación del país, la acción política debe prevalecer sobre acción militar, por tanto, debe imponerse el diálogo como modalidad para resolver los problemas que afectan la población araucana. La comunidad ha marchado desde todos los puntos de la geografía llanera exigiendo a las insurgencias tanto del ELN como de las FARC, la apertura de un diálogo amplio que busque salidas políticas a los múltiples problemas que aquejan al país y en particular para buscar salidas a los desencuentros de las distintas agrupaciones armadas.

El pueblo araucano también ha expresado el rechazo a la salida militarista del gobierno de Duque, que empuja la guerra con la presencia militar como respuesta a la grave tragedia humanitaria.

El aumento de la presencia militar en un departamento que ya estaba fuertemente militarizado (6.800 soldados) afecta negativamente la seguridad de la población y aumenta la inseguridad y los temores de la población civil, la cual solo ve soluciones desplazándose.

La concepción militarista del ejecutivo explica la ausencia de Duque en la reunión convocada por la Comisión de Paz del Senado de la República, es, además, la jugada del presidente y de los militares, que pretenden evitar cualquier iniciativa del congreso que vaya a interferir y neutralizar las torpes acciones militaristas.

De igual manera Duque desconoce de plano que la población de Arauca requiere de óptima inversión social, empleo, desarrollo de la infraestructura y garantías de respeto a los derechos humanos, más instituciones educativas, hospitales bien dotados personal médico, vías de comunicación, eliminación de la corrupción. En síntesis, real presencia   de un gobierno democrático, que es lo que el país no tiene.

Durante muchos años la sociedad araucana ha tenido que soportar los embates de una guerra, cuyas consecuencias se han caracterizado por la desolación, la pobreza y el abandono estatal, al tiempo que las transnacionales del petróleo se lucran bajo el auspicio de los gobiernos de turno, sin preocuparse en absoluto de la calidad de vida del pueblo araucano.

Es importante destacar que en medio de la confrontación han existido experiencias de diálogos y de acuerdos políticos entre las insurgencias que hacen presencia en el territorio, los resultados positivos de esas experiencias nos señalan que para superar los problemas arriba mencionados, deberíamos apelar a esas acciones de resultados tan positivos.

Lo que hoy sucede en Arauca, representa la más clara expresión de la gravedad de los problemas causados por el incumplimiento del Acuerdo de Paz, de la necesidad imperativa de reafirmar la salida política negociada al conflicto armado en el país. La continuidad de la guerra no puede ser el camino, el gobierno de Duque debe retomar la mesa del Diálogo con el ELN, abrir conversaciones con las otras guerrillas y plantear lineamientos para avanzar en una paz integral en Colombia.

El Partido Comunista Colombiano hace un llamado a las organizaciones sociales, sindicales, de mujeres, juveniles y al movimiento democrático, para que el próximo mes de marzo se fortalezca la participación electoral en favor de los candidatos del Pacto Histórico y así lograr unas mayorías en el Congreso de la República y desde allí respaldar las políticas encaminadas a la búsqueda de la paz integral.

Los distintos partidos políticos progresistas, las personalidades democráticas, la academia y todos aquellos sectores de la población que han sido indiferentes a la cuestión electoral, deben asumir el compromiso de orientar a la población para que elija al candidato que presenta el programa capaz de implantar la paz total, iniciar la construcción de democracia, la recuperación de la soberanía nacional, que sin lugar a dudas es Gustavo Petro.

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