Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, señaló que el gobierno de Estados Unidos “ha quedado aislado una vez más ante esta abrumadora condena para que ponga fin al genocida y obsoleto bloqueo que tanto daño hace al pueblo cubano”
Ricardo Arenales
Jorge Reina es un niño cubano de apenas siete años de edad, alegre, risueño, lleno de sueños y de ganas de vivir. Esboza, con frecuencia, una amplia sonrisa y quisiera jugar, estudiar y ser feliz. Es muy popular en Cuba y todos lo quieren.
Y a pesar de que su vida de ilusiones apenas comienza, fue diagnosticado con leucemia (cáncer en la sangre). Desde 2019 ha recibido un tratamiento médico especializado, con múltiples protocolos y un seguimiento riguroso de la enfermedad. A pesar de las limitaciones del sistema de salud, el esmero de los galenos para que Jorgito mejore y se recupere, son denodados. Pero las limitaciones del servicio médico no son por negligencia o apatía, sino al criminal bloqueo imperialista que padece la isla hace más de seis décadas, lo que impide el acceso a medicinas, insumos y tratamientos adecuados para enfermedades como la de Jorgito.
Por la gravedad de su condición y las recaídas que ha sufrido, los médicos plantean la necesidad urgente de un trasplante de médula, tratamiento que no se puede hacer en Cuba por falta de insumos y tecnología adecuados. La situación de Jorgito es compleja y multifacética. Su madre piensa que ese tratamiento podría hacerse en Estados Unidos, por los recursos y la cercanía. Han solicitado una visa humanitaria para ello. Pero esta aún no llega.
Rechazo de la ONU
Esta situación, entre miles más, hace que el mundo entero condene el bloqueo criminal e infame que Estados Unidos mantiene sobre Cuba. Lo hizo el miércoles de la semana pasada en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas, cuando el organismo multilateral votó una proposición, presentada por Cuba, condenando el bloqueo que padece la isla.
La propuesta recibió el voto de respaldo de 187 naciones, una abstención (la de Moldavia) y solo dos votos en contra: el de Estados Unidos y el de Israel.
Tras conocerse la votación, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, celebró los resultados. “El pequeño David volvió a vencer al gigante Goliat”, dijo en su cuenta de X. “La pequeña Cuba ha vuelto a derrotar al imperio vecino que, seguramente, ignorará con prepotencia la demanda mundial, pero la dignidad de este pueblo y la solidaridad universal han vuelto a derrotarlo”, agregó el gobernante.
Bloqueo genocida
En una publicación posterior, el mandatario dijo que a la política de bloqueo contra Cuba “el gobierno estadounidense añade una infamia adicional: otra vez se hace acompañar en el voto negativo por Israel, el genocida de Gaza”. Esto lo califica de “vergonzoso y doble prontuario criminal”.
Por su parte, Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, señaló que el gobierno de Estados Unidos “ha quedado aislado una vez más ante esta abrumadora condena para que ponga fin al genocida y obsoleto bloqueo que tanto daño hace al pueblo cubano”. Bruño Rodríguez había intervenido en la plenaria de la Asamblea General de la ONU, donde dijo que el embargo contra su país “califica como un crimen de genocidio y es una violación fragrante, masiva y sistemática de los derechos humanos del pueblo cubano”.