viernes, mayo 3, 2024
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El mundo duerme sobre un barril de pólvora

El nivel de agresividad en el uso de estos arsenales lo lidera Estados Unidos, que es el único país que ha utilizado una bomba atómica (Hiroshima y Nagasaki) y ha dispersado armas nucleares en bases militares suyas en terceros países

Ricardo Arenales

El crecimiento inusitado de los depósitos de armas nucleares, es directamente proporcional al incremento de los riesgos de una hecatombe, que sería cientos de veces más peligrosa y desastrosa que la ocurrida en agosto de 1945 en Hiroshima y Nagasaki.

El papa Francisco, líder espiritual de la iglesia católica, los jefes de gobierno de Rusia y China, organismos de cooperación económica como los BRICS, además de la comunidad científica y prestantes personalidades del mundo, hacen reiterados llamamientos a parar la locura nuclear. Sin embargo, los riesgos no terminan.

De acuerdo a la estadística reciente, divulgada por la Organización de las Naciones Unidas, ONU, en el mundo hay actualmente 13.400 armas nucleares, cada una de ellas con un poder devastador, superior a la capacidad destructora del armamento que se tenía al momento del desenlace de la Segunda Guerra Mundial. La ONU dice que, al constatar esa enorme cantidad de armas, “hay frustración debido a la lentitud del desarme nuclear”.

Esfuerzo perdido

En los últimos 35 años hubo un importante proceso de reducción de arsenales nucleares, gracias a los tratados de control de armas suscritos por las principales potencias. De acuerdo a la opinión de expertos, este proceso se revirtió, prácticamente se perdió ese esfuerzo y alentados por el conflicto en Ucrania, los países más poderosos se lanzaron a una desbocada carrera de producción y modernización armamentística. Hoy esos tratados ni siquiera están vigentes.

Lo más preocupante es que el 90 por ciento del arsenal nuclear existente en el mundo se lo reparten dos países, Rusia y Estados Unidos, con una ligera ventaja para Moscú. Pero en total, no llegan a quince los países que poseen arsenales nucleares.

La ONU además hace un ejercicio al discriminar por naciones su potencial de este tipo de armas. Estados Unidos tiene 5.800 ojivas nucleares. Los rusos por su parte cuentan con 6.375 ojivas. China tiene 350 armas nucleares, Francia 290. El Reino Unido posee 225 ojivas e Israel 90. En este último caso, hay especialistas que aseguran que la entidad sionista mantiene en riguroso secreto sobre el tamaño de su arsenal y no hay certeza del número de armas que posee, que puede ser menor, y algunos dicen que ninguno. En todo caso, las 13.400 armas nucleares que menciona la ONU, están distribuidas en 14 países. 

Apocalipsis

El nivel de agresividad en el uso de estos arsenales, lo lidera Estados Unidos, que además de ser el único país que ha utilizado una bomba atómica, al descargar dos artefactos, en Hiroshima y Nagasaki, durante la segunda guerra mundial, es el único país que tiene armas nucleares en bases militares suyas en terceros países: Alemania, Bélgica, Italia y Países Bajos.

En estas condiciones, la humanidad camina hoy a través de una muy delgada línea entre la paz, mediante las negociaciones multilaterales y la escalada nuclear que nos conduce a un apocalipsis. Si las cosas siguen por el camino de la confrontación, “las fuerzas armadas rusas tendrían que lanzar un ataque preventivo, si Occidente proporciona armas nucleares a Ucrania”, advirtió hace pocos días Dmitri Medvédev, vicepresidente del Consejo de Seguridad Nacional de Rusia.

Ese paso hacia una mayor confrontación, ya lo dieron las grandes potencias al anunciar que suministrarán aviones F-16, de gran capacidad de ataque a Ucrania. Igual podrían entregarle armas nucleares, precisó Medvédev. Si la cosa llega a las armas nucleares, habrá que lanzar un ataque preventivo, precisó el estadista.

Drones sobre Moscú

De conformidad con la doctrina vigente, Rusia se reserva el derecho de usar su arsenal nuclear en respuesta a un ataque lanzado contra ella con armas de destrucción masiva, o en caso de agresión con armas convencionales, si supone una amenaza existencial. Las reiteradas provocaciones de Kiev contra objetivos civiles, a través de una lluvia de drones, algunos de los cuales llegaron hasta la Plaza Roja de Moscú, abonan ese camino.

Y como no hay tratados de restricción nuclear vigentes, porque Estados Unidos no facilitó su renovación, no hay freno a esa escalada de guerra. “Cuando no funciona el derecho internacional, vuelan los misiles hipersónicos”, sentenció el expresidente ruso Medvédev.

Ya en febrero del año pasado, el presidente Putin ordenó a las fuerzas de disuasión de su país, que incluyen armas nucleares, permanecer en estado máximo de alerta.

La paz es el camino

Otro foco de riesgo son las frecuentes pruebas nuclearse adelantadas por Corea del Norte. Este país ha sido el último en ingresar al club de los poseedores de arsenales nucleares, un proceso que el gobierno de ese país califica de “irreversible”. Kim Yong-un dijo que su país “nunca renunciará” a sus armas nucleares y desestima la posibilidad de entrar en negociaciones globales sobre desnuclearización.

El pasado 30 de mayo, la excongresista demócrata por Hawái, Tulsi Gabbard, en un programa en Fox News, acusó al presidente Joe Biden y a otros líderes del Partido Demócrata de estar llevando al país “al borde de una guerra nuclear”.

Las declaraciones de la exparlamentaria muestran que hay fuerzas, aún en Estados Unidos, que se oponen a la locura de la guerra y hacen esfuerzos por detener la mano de quienes aprietan el gatillo. Es el camino acertado, pero la movilización social debe ser mayor y más contundente.

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