En 2017 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Unesco, declaró está manifestación tradicional como Patrimonio Cultural Inmaterial del mundo, con la advertencia que requiere de un proceso urgente de salvaguarda
Simón Palacio
@Simonhablando
Los cantos de trabajo de los Llanos Orientales de Colombia y Venezuela son una práctica cultural de comunicación vocal. Se trata de las tonadas emitidas a capela relacionadas con el arreo y ordeño de ganado, estableciendo una estrecha relación entre las poblaciones llaneras con la práctica del pastoreo.
Los cantos se refieren a los acontecimientos individuales y colectivos de los llaneros, así como también de las dificultades que se dan en el pastoreo de bovinos y caballos, para ser transmitidos oralmente a los niños desde la infancia.
Identidad llanera
Es una tradición de 200 años. Como está asociada a las actividades propias de la ganadera, se reconocen cuatro variantes orales y sonoras: los cantos de ordeño, los cantos de cabrestero, los cantos de vela y los cantos de domesticación, que se combinan con silbos, gritos, llamados y japeos.
En el documento de salvaguarda presentado a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Unesco, y que finalmente permitió en 2017 la declaratoria de los cantos de trabajo del Llano como Patrimonio Cultural Inmaterial del mundo, se estableció que estas expresiones de vaquería no solo están relacionadas con la música, sino también con la función práctica del trabajo, que implica un contacto con el ganado y los ecosistemas.
De igual forma, los cantos tienen una dimensión expresiva que reafirma el espíritu del vaquero llanero, caracterizado por el orgullo al territorio y la naturaleza, así como a los animales que cuida y guía. De acuerdo a lo anterior, muchos de los cantos de trabajo incluyen coplas que escenifican pasiones, anhelos y nostalgias de épocas pasadas.
Salvaguarda
Esta manifestación de los cantos se ha visto desgastada por una serie de cambios socioeconómicos y políticos en los Llanos Orientales, donde se han modificado las practicas culturales de las comunidades que habitan la región.
De acuerdo al Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, los ambiciosos planes de ordenamiento territorial “concebidos con una perspectiva desarrollista han conducido a hondas transformaciones no solo de los sistemas de propiedad y uso de la tierra, sino también de los espacios naturales, sociales y culturales donde se interpretan los cantos”.
Lo anterior ha ocasionado una pérdida de interés por las costumbres de las faenas llaneras, traduciéndose en una serie de dificultades para la viabilidad de los cantos como un patrimonio cultural.
“No obstante, se están realizando numerosos esfuerzos para salvaguardarlo, a saber: aplicación de una estrategia pedagógica basada en la celebración de más de 20 encuentros entre depositarios de este patrimonio cultural y jóvenes de la región; elaboración de proyectos de formación para maestros de escuela; y organización de numerosos festivales de canto”, reitera la cartera de Cultura.
De acuerdo a lo anterior, el festival Joropo al parque 2024 se realizará bajo la temática de los cantos de trabajo del Llano, como un escenario que fomenta la promoción y la salvaguarda de este patrimonio, pero también con el objetivo de reconocer las fuentes hídricas del país y sus abrevaderos.