miércoles, abril 24, 2024
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El carnaval, la bacanería y el jolgorio en Barranquilla

En los años cincuenta y sesenta se presenta una situación particular que consistió en que la clase media y la clase popular organizaban en sus barrios bailes en espaciosas casas antes de la Batalla de Flores

José Ramón Llanos

El carnaval como muchos hechos históricos tiene inicios generalmente polémicos. En este caso con base en algunos textos de la historia nacional quienes escribieron primero sobre el carnaval afirmaban que el de Barranquilla había nacido en Cartagena. Sin embargo, el sociólogo costeño Edgar Rey Sinning acudiendo a otras fuentes afirma que la más importante fiesta del Caribe colombiano el Carnaval lo trajeron a Barranquilla los samarios inmigrados a esta ciudad.

Claro que quien primero afirmó este hecho fue el padre Rebollo, quien en sus memorias afirma: “El carnaval lo trajeron a Barranquilla los samarios, que inmigraron en gran número desde mediados del siglo XIX y los mompoxinos en cuyas ciudades se celebraba de tiempo inmemorial”¹

Los orígenes del carnaval

Algunos sociólogos afirman que el carnaval tiene un origen religioso, esta afirmación la fundamentan en el hecho de que el carnaval termina a cuatro días del inicio de la Cuaresma. Otros afirman que la etimología de la palabra se deriva de carna que en latín significa carne y valere que significa sin, sin carne. Refiriéndose al hecho que antes de la cuaresma a los creyentes se les prohíbe el consumo de carne.

Otros en cambio lo fundamentan en Babilonia, Grecia y Roma, cuando se celebraban las fiestas de Baal, Momo y Saturno, o sea que estas mascaradas y estos excesos lúdicos y ofrendas a la cheveridad tienen más de cinco mil años.

A finales de enero los samarios que vivían en Barranquilla comenzaban a reunirse y convidaban a músicos y a sus amigos para iniciar esas actividades de la cheveridad que llaman carnaval. Como todas las actividades populares estas se organizaban en las calles y plazas de Barranquilla sin lugar a dudas en sus inicios la mayor cantidad de participantes eran del pueblo raso, como lo demuestra el hecho de que la música era ejecutada “con tambores, ollas de millo y flautas de junco de papaya”

Foto Martha Riveros

Los escenarios del carnaval

Alfredo de la Espriella uno de los primeros, después del padre Rebollo en escribir la historia de carnaval, Laurean Puerta y Edgar Rey afirman que los carnavales de Barranquilla se iniciaron en el Paseo de Bolívar, la Plaza de San Matero y posteriormente se trasladaron a la calle Murillo, a la calle 84 y finalmente la Batalla de Flores encontró dos sitios icónicos la Vía 40. En los últimos años dado que la clase alta de Barranquilla menospreciaba a unas danzas populares tradicionales, algunos dirigentes populares organizan el desfile de carnaval por la carrera 44.

La impronta clasista

Desde sus inicios el carnaval de Barranquilla muestra la división en clases de la ciudad. Ya el padre Rebollo en sus memorias mostraba como la clase primera organizaba sus bailes en el llamado Teatro Emiliano, la clase segunda en el Salón Fraternidad y la plebe en el famoso Salón Burrero. Este nombre era debido, al decir del padre Rebollo y de Alfredo de la Espriella porque cuando se estaba delineando el espacio donde quedarían los músicos y los bailadores, se ponían cerca unas estacas para los que llegaban en burro pudieran allí amarrar a sus animales.

En los años 50 y 60 se presenta una situación particular que consistió en que la clase media y la clase baja organizaban en sus barrios bailes en espaciosas casas y antes de la Batalla de Flores, semanalmente hacían unos ensayos previos a los de la fiesta grande que se presentaba en los cuatro días del Carnaval.

Posteriormente apareció la práctica de las casetas. Las primeras fueron programadas en sitios como el Hotel del Prado o se construían en lugares espaciosos con orquestas como las de Julio Lastra, Lucho Bermúdez, Pacho Galán y orquestas extranjeras como la Billo’s Caracas Boys. La burguesía celebraba las fiestas en sus clubes, eran connotadas las del Country Club y la del Club Barranquilla. Algunas colonias como la de los italianos, los españoles y los alemanes celebraban las carnestolendas en sus clubes.

Aparición de las Verbenas

Según Alfredo de la Espriella las verbenas, bailes organizados en las calles de los distintos barrios de la ciudad, pero también en Soledad, surgieron en la época de los asaltos, pero no hay pruebas documentales, El hecho es que se multiplicaron a partir de los años sesenta. Estos bailes eran amenizados por los picós, famosos por el tamaño y los colores de sus muebles, y la potencia de los parlantes, sus sonidos cubrían varias calles a la redonda.

Algunas de esas verbenas son renombradas, entre otras, A pleno sol, en el barrio La Unión, El Dominó, Barrio Simón Bolívar, El Bambú, Barrio Olaya; La Gustadera, Las Nieves; La Puya Loca, Los Pinos; Polvorín, Barrio San José; La Tanquita Roja, barrio Rebolo. En años más recientes se destacan La Carnavalada, frente a la Casa Moreu y La Puntica no más, en el barrio Abajo.

Las danzas del Carnaval

Las más antiguas danzas del Carnaval son la del Torito Ribereño y la del Congo Grande. La primera Danza del Toro, fundada en 1875 no ha llegado hasta nosotros, porque en 1878 se fundó El Torito Ribereño por los jóvenes encabezados por Elías Fontalvo Jiménez. Con el tiempo esas dos danzas la de los viejos y la de los jóvenes se unieron y sus descendientes han mantenido el Torito hasta este año.

El Congo Grande lo fundó el comerciante de artesanías italiano Brachi, el 22 de diciembre de 1875. El italiano estudió la historia y la coreografía de los negros que participaban en las fiestas de la Candelaria en Cartagena y copió sus danzas y la organización para fundar con otros artesanos la danza El Congo Grande, le colaboraron Manuel Efro, Teobaldo de La Ranz y Luis Macías. Al fundarse un Congo Grande en Galapa, se decidió llamar al de la Arenosa, Congo Grande de Barranquilla.

Foto Martha Riveros

Otras danzas

Aparte de las tres danzas mencionadas en el Carnaval desfilan y bailan las danzas El Garabato, El Son de negro, El Caimán. Las pilanderas, Los goleros, La danza del Paloteo, La danza del caimán, Los cabezones. Varias Cumbiambas, entre las cuales se destacan El Cumbión de Oro, La Arenosa, La Revoltosa, La Candela Viva, La Pollera Colorá, La Momposina y El Cañonazo.

La eterna resurrección de Joselito Carnaval

Joselito Carnaval tiene la excepcional virtud de morir solamente durante un año y tiene la más feliz mamagallística muerte, lo lloran solidariamente y simultáneamente miles de mujeres y como cada quien expresa su dolor por donde más le duele a la viuda, su llanto expresa a través de la imaginación fantástica que alimenta la cheveridad y la bacanería herida. Por eso la muerte de Joselito Carnaval cuenta con la garantía prometida de resurrección por los dioses de la cumbancha Baal, Momo y Saturno. Además, tiene garantizada su anual resurrección por la burguesía barranquillera interesada en los billones de pesos que produce su corta vida al comienzo de cada año.

1 Rebollo, Pedro María. Mis memorias. Mejoras, Barranquilla 1956, primera parte

2 Edgar Rey Sinning. Joselito Carnaval. Plaza & Janes editores. Universidad Simón Bolívar. Bogotá. P. 48

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