Redacción Internacional
Desmond Tutu, el arzobispo de Ciudad del Cabo, en Suráfrica y líder indiscutible de la Iglesia Anglicana en su país, se convirtió en la conciencia moral del pueblo de su país, y junto a Nelson Mandela fue motor del proceso de transición democrática que consiguió liquidar el odioso régimen de discriminación racial conocido como el apartheid.
Tutu era hijo de un director de escuela en una zona rural de su país, y de una empleada doméstica. Siguió los pasos de su padre y se ordenó sacerdote en la Iglesia Anglicana en 1961. Completó sus estudios de teología en Inglaterra. Más tarde, durante una estancia en Estados Unidos conoció la teología de la liberación, de la que nunca se apartó por el resto de su vida.
De hecho, como jefe espiritual de 13 millones de cristianos surafricanos, de los cuales el 80 por ciento eran negros, además de la discriminación racial denunció otras injusticias en el mundo, y compartió la visión de Mandela de construir una sociedad multirracial en la que todas las comunidades convivan sin rencor ni discriminación. Una visión que describió con el término “nación arco iris”.
Pensamiento progresista
La noche en que Mandela fue puesto en libertad, tras largos años de prisión, Tutu lo recibió en su residencia de Ciudad del Cabo. Nunca se comprometió con el Congreso Nacional Africano, el partido de Mandela, pero como jefe de la Iglesia Anglicana desempeñó un importante papel en el período de transición, tras la abolición de la discriminación racial.
Cuando en 1994 Mandela fue elegido presidente de una Suráfrica libre, pidió a Tutu que presidiera la Comisión de la Verdad y la Reconciliación. Esta comisión promovió emotivas audiencias sobre violaciones de derechos humanos durante la época del apartheid. Dentro de la Iglesia defendió la ordenación de mujeres sacerdotisas y se opuso fuertemente a la discriminación a los homosexuales. Debido a esa discriminación se sentía “avergonzado de ser anglicano”. El día que cumplió los 85 años, hizo un memorable discurso en favor de la eutanasia.
Desmond Tutu fue galardonado en 1984 con el Premio Nobel de la Paz. Fue despreciado por los círculos reaccionarios de su país, pero merecedor de un enorme respeto y popularidad entre los pueblos todo el mundo. El pasado 26 de diciembre, falleció a los 90 años, en medio del calor y reconocimiento general.