La agenda del encuentro permitió a los participantes expresar una visión sobre los problemas actuales, en un contexto en el que el desarrollo del orden internacional del Sur pasa por el uso del conocimiento, de la ciencia y de la tecnología
Alberto Acevedo
Con la aprobación por aclamación del texto de una extensa Declaración Política, en la tarde del 16 de septiembre concluyó en La Habana la cumbre de dos días del Grupo de los 77 más China, que reunió a presidentes, jefes de Estado y cancilleres de 144 países del mundo, además de la presencia de delegaciones de organismos de crédito y de cooperación internacional de distintos continentes.
Con el eslogan central Retos actuales del desarrollo: papel de la ciencia, la tecnología y la innovación, la reunión se trazó como objetivo delinear estrategias para lograr que nuestro mundo sea mejor, más justo y verdaderamente democrático.
La cumbre, a la que asistió el secretario general de las Naciones Unidas António Guterres, se centró en contribuir a los esfuerzos por avanzar hacia un enfoque unitario de los países del Sur, en relación con los grandes retos y desafíos que enfrentan las naciones de la periferia en la esfera internacional.
Se constituyó además en un espacio de concertación fundamental de cara a la Cumbre de los Objetivos del Desarrollo Sostenible, que tendrá lugar en Nueva York, y a la Cumbre del Futuro, que se celebrará en 2024. Lo muestra el hecho de que, para las deliberaciones, cien delegaciones se inscribieron en la lista de oradores, lo que mostró el alto interés en participar.
Contra las sanciones unilaterales
En el texto de la declaración final sobresalen los principales desafíos generados por el actual orden económico internacional y la urgente necesidad de una reforma integral de la arquitectura financiera global, con un enfoque más inclusivo y coordinado en la gobernanza financiera mundial.
Advierte sobre el importante papel de la ciencia, la tecnología y la innovación para el logro de la Agenda 2030 y sus objetivos de desarrollo sostenible. Destaca el vínculo entre el proceso de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información y la Agenda de Acción de Addis Abeba y otros resultados de los procesos intergubernamentales pertinentes, incluido el Pacto Mundial Digital y la Cumbre del Futuro.
Empoderamiento de las mujeres
En este sentido, la agenda de la Cumbre, que se cumplió en el Palacio de las Convenciones de La Habana, permitió a los participantes expresar una visión de Estado sobre los problemas actuales, en un contexto en el que el desarrollo en el orden internacional del Sur pasa por el uso del conocimiento, de la ciencia, el desarrollo de la tecnología y el acceso a ella, así como por el desarrollo de la innovación.
La declaración final aborda la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y niñas, así como la importancia de reforzar el acceso y participación plena, equitativa y significativa de ellas en estos ámbitos, incluidos los procesos científicos y tecnológicos.
El presidente de Cuba Miguel Díaz-Canel, también presidente pro tempore del G-77 y China, al suscribir en junio pasado la convocatoria a la cumbre, dijo entonces que en la cita deberían decidirse acciones colectivas y prácticas en el enfrentamiento eficaz a los retos contemporáneos. Dijo que “cada minuto cuenta en la búsqueda de soluciones a los acuciantes problemas de nuestros pueblos”. La Declaración Política recoge esas líneas de acción.
El bloque negociador más diverso
En esta ocasión, Díaz-Canel subrayó que el injusto orden internacional ha exacerbado la marginación socio-económica de los siempre desposeídos, por lo que es urgente construir una relación más justa y un orden verdaderamente democrático e inclusivo que privilegie la solidaridad y la cooperación entre todos.
Desde la fundación del G-77 en 1964, Cuba ha sido un activo miembro de ese bloque negociador de los países en desarrollo, el más amplio y diverso, el de mayor concertación, integrado por 134 Estados que representan el 80 por ciento de la población mundial y dos terceras partes de la membresía de la ONU.
En uno de los apartes del documento final de la Cumbre del G-77 se señala: “Rechazamos la imposición de leyes y regulaciones con impacto extraterritorial y todas las demás formas de medidas económicas coercitivas, incluidas las sanciones unilaterales contra los países en desarrollo y reiteramos la urgente necesidad de eliminarlas inmediatamente.
“Subrayamos que tales acciones no solo socavan los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional, sino que constituyen un serio obstáculo para el avance de la ciencia, la tecnología y la innovación y la plena consecución del desarrollo económico y social, en particular en los países en desarrollo”.
“Exhortamos a la promoción de nuevas investigaciones, el desarrollo y la transferencia de las tecnologías necesarias y el acceso a las ya existentes en las esferas de la alimentación y la nutrición, a fin de contribuir a la erradicación de la pobreza en todas sus formas y al logro de un crecimiento económico sostenido, inclusivo y equitativo, del bienestar humano y del desarrollo sostenible”.