viernes, julio 26, 2024
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Mary Prince: Cuando la realidad supera la ficción

La historia de Mary Prince, una esclava de las indias occidentales, es el tema principal del libro que se lanzó recientemente en la Feria Internacional del Libro de Bogotá

Anna Margoliner y Violeta Forero

La publicación The History of the Mary Prince se publicó en 1831. El texto buscaba generar revuelo y lo logró, transformándose de un libro en una campaña cuyo único fin era abolir el sistema de esclavitud, modo de producción en donde las personas negras eran tratadas como objetos.

Mary Prince fue una mujer negra esclavizada nacida en la actual isla de Bermuda, quien después de haber pasado por las manos de cinco “amos”, logró emanciparse y contar su historia por sugerencia de las personas que la contrataron como empleada doméstica.

Estando allí le aconsejaron aprovechar la presencia de la escritora canadiense Susanna Strickland para contarle su experiencia en sus años esclavizada, para así ser transcrita y publicada. Para el año de 1808 la esclavitud ya había sido prohibida en Gran Bretaña, a través de la Ley de Comercio de Esclavos, sin embargo, esta no cubría a las colonias británicas donde esta práctica seguía existiendo.

Sobre la historia

La historia fue escrita por la protagonista, ella deseaba contarle la verdad al mundo y sobre todo a Inglaterra. El texto fue escrito por una señora que en ese momento residía en su familia como visitante, intentando ceñirse a las palabras de Prince. El escrito no omite ningún hecho, circunstancia o sentimiento, es una historia para leer desde lo más profundo del “sentipensar” que logra que quien lo lea atraviese por un sinfín de sentimientos.

El relato de Mary empieza desde su infancia, cuando ella reconoce “era muy pequeña para adivinar su suerte”. Poco a poco introduce a la lectora y lector en la vida cotidiana de una persona esclavizada y cuenta más allá de sus palabras, el dolor físico, la carga emocional y psicológica que implicaba para los esclavizados los malos tratos a que eran sometidos por sus amos.

Mary tuvo un total de cinco dueños, quienes la obligaron a trabajar como niñera, empleada doméstica y en la extracción de sal, producto cuyo comercio era muy importante para la economía de la Isla Antigua (ahora Bermudas).

Mary narra dentro de su historia lo que conocía sobre su familia, procedente de África, puesto que, cuando aún era niña a la edad de 12 años fue separada de su madre, padre y hermanos. En la adultez les pierde el rastro y sólo llega a ver a su madre, quien tiene otra hija, es decir, otra hermana de Mary (Rebecca de cuatro años) y sufre de demencia: no la reconoce porque su cerebro fue afectado durante su último oficio que consistía en la extracción de sales marinas.

Esta actividad le causó dicha enfermedad debido a que ella no sabía nadar y debía permanecer muchas horas así. Es la última vez que Mary recuerda haber sabido sobre alguien de su familia. Recuerda, también, que su padre murió y fue mucho tiempo después que se enteró de su deceso.

La congregación de Moravia

En medio de su correría entre las islas y sus amos, Mary entró a la congregación de Moravia hacia el año de 1817, cuando se encontraba a disposición de su último dueño. Allí aprendió a leer y escribir. Se casó sin permiso de sus dueños con un hombre negro, quien había comprado su libertad y era viudo. Sus dueños al enterarse se enfadan y la castigan llevándosela de Antigua a Londres. En esa ciudad ella es libre, pero al no conseguir sustento como trabajadora, se ve obligada a seguir con sus dueños.

Es allí donde conoce a Thomas Pringle, miembro fundador de una sociedad antiesclavista inglesa, que la ayuda a negociar su libertad para volver a Antigua con su esposo, pero le es denegada. Sus dueños vuelven a la Isla y dejan a Mary en Londres, desempleada.

Este texto revela la experiencia en primera persona de los grandes cambios que afrontó la sociedad occidental durante el siglo XIX, a través de la visión de una mujer negra esclavizada, ubicándola en un lugar de enunciación privilegiado si se tiene en cuenta que las mujeres no tenían voz, menos si eran negras y aún peor desde su condición esclavizada, por lo cual su lectura conmueve. Cuando se tiene el interés de conocer acerca de algún evento histórico la visión normalmente se encuentra sesgada a partir de la visión que desde el presente exhibe el historiador o historiadora.

Alzando la voz en nombre de todas

En este caso, el documento testimonial de Mary revela la voz de quienes en ese momento se encontraban excluidos de la sociedad ya fuera por ser negra, mujer o esclavizada lo que lleva a este relato a ser el primero publicado sobre este tema por una mujer.

No es necesario recurrir a la imaginación, ella cuenta todo. Sus malestares físicos, las enfermedades que sufrió junto con las precariedades de los tratamientos de salud a que tenía acceso: entre ellos mismos se ayudaban a escondidas de los patrones quienes los veían como objetos que se dedicaban únicamente a trabajar.

La coyuntura de ese momento permite que por primera vez alcen la voz y tengan la posibilidad de ser vistos y tratados como iguales, gracias a varios factores: la aparición de los Estados-nación y el concepto de ciudadanos inherente a él, la abolición de la esclavitud y la globalización de la economía a través de la industrialización.

Estos nuevos roles les dan autonomía sobre sí mismos, al ser libres pueden acceder a un trabajo remunerado pero esta transición es lenta en los primeros años. El individuo adquiere tanto el rol de trabajador como de consumidor, por lo que el sistema les termina absorbiendo eventualmente.

¿Cambio político?

Es importante mencionar que la historia de esta mujer no cambia ni siquiera los nombres de sus protagonistas y personajes claves, exceptuando un par pues quienes propiciaron los peores ataques en contra de Prince, han ido a responder ante un alto tribunal por los hechos que se les otorgan sobre la antigua esclava, entendiendo que el sometimiento público no les afectaría a ellos, pero sí caería en revictimizar a quien sufrió tanto duelo e inhumanidad.

Como lo menciona la traductora del libro Ana Elena, el hecho de no poder hablar abiertamente no quiere decir que no hubieran luchado desde las sombras por mantener su dignidad humana dentro de todas las dificultades posibles y existentes.

La tradición cultural con respecto de su apreciación y lugar dentro de la sociedad les sigue excluyendo, incluso hoy en día a quienes fueron sometidos por años al yugo hegemónico patriarcal. Esto se ve reflejado en la misoginia y el racismo que aún siguen siendo normalizados o legítimos en muchos sectores sociales. En términos coloquiales, con respecto a las luchas sociales que aún permanecen vigentes, podría decirse que personas como Mary Prince caminaron para que nosotros y nosotras pudiéramos correr.

Uno de los ejemplos más claros de racismo que estamos viviendo en el país es en contra de Francia Márquez, fórmula vicepresidencial de Gustavo Petro. Márquez ha sido víctima de bullying y amenazas por su físico, siendo atacada incluso por periodistas reconocidas de medios de comunicación.

En 1981 en Mauritania, África, fue el último país en abolir la esclavitud como sistema económico, es así como lejos de ser una historia de ficción, la vida de Prince da luces para entender las estructuras de poder y la conformación de las formas político-económicas, las cuales, en vez de quedar en el pasado, siguen presentes en la sociedad.

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