viernes, abril 19, 2024
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Bombardeo en Arauca deja civiles muertos

El departamento se encuentra en una contienda militar que el Ejército denomina “Plan de Estabilización de Arauca”, y que deja a la población en medio de un fuego cruzado

Sebastián Chingaté Sánchez
@CronopioRolo

El viernes 29 de abril el Ejército Nacional daba un parte de guerra, se trataba de un bombardeo realizado en la madrugada del mismo día, que dejaba como resultado seis víctimas en el operativo. El primero en pronunciarse fue el director de la Policía, el general Jorge Luis Vargas, quien afirmaría que el hecho “dejó seis terroristas de las FARC abatidos”.

A las declaraciones se le sumaría el ministro de Defensa, Diego Molano, quien celebraba el operativo al dar de baja a “Jaime Chucula”, cabecilla del frente 10 de las disidencias de las extintas Farc quien paradójicamente, ya había sido presentado como baja del ejército en la vereda Oasis de Arauquita en agosto del año pasado.

En todos los comunicados presentados y en el primer reporte presentado por El Tiempo se dio por hecho que todas las víctimas eran disidentes. Sin embargo, hubo otras versiones reportando una historia diferente a la presentada. Según algunas fuentes, dentro del campamento bombardeado se encontraban civiles, uno de ellos, es un campesino que pocas horas antes había sido retenido por los combatientes.

Fue hasta el pasado lunes cuando Francisco Flórez, campesino de la vereda El Progreso, relataría en una emisora de la región cómo horas antes del bombardeo su hijo quien, trabajada con él, había sido obligado a transportar un herido por parte de dos hombres armados y no volvería a recibir noticias de él.

Civiles mueren en bombardeos

Francisco narra que el día miércoles hubo una balacera cerca del lugar en donde estaban trabajando, el jueves tras ese combate habían quedado personas heridas y ese mismo día a las 4:10 de la tarde, llegaron dos hombres armados en una motocicleta vieja, uno de ellos, el que iba manejando, herido en una pierna, inmediatamente con intimidaciones le pidieron a él y a su hijo, que sacaran al herido de la zona.

El campesino les ofreció su moto, y se negó a involucrarse en el traslado del herido, pero los hombres armados, los intimidan afirmando que el único que sabe manejar la moto es el herido, situación por la cual, el hijo del campesino, a quien él mismo describe como un hombre noble y evangélico, termina accediendo a llevar el herido en la moto.

“Después de que mi hijo saliera con el hombre herido, el otro que quedó mandó un mensaje por radio diciendo que ya le había mandado la encomienda con un civil, y le responden que si mi hijo no llegaba en el día tendría que quedarse hasta mañana porque de noche no podría salir por seguridad, y así fue”, relata Francisco. A las dos de la mañana el campesino escucharía los bombardeos, ese día, junto a dos vecinas, trata fallidamente de seguir el rastro de la moto para dar con el paradero de su hijo, pero tras ver los helicópteros regresa a su casa.

No sería hasta el sábado, gracias al personero local, que tendría conocimiento de la muerte de su hijo, quien sería reconocido únicamente por la cédula encontrada ya que de su cuerpo solo se encontró, según informó el personero, el tronco, el cuerpo del joven había quedado destrozado. En este bombardeo, al parecer, murieron seis civiles más.

En medio de la conmoción, Francisco comentó que está buscando más de cinco millones de pesos para poder cubrir los gastos de la funeraria y trasladar lo que pudieron encontrar del cuerpo de su hijo y darle “cristiana sepultura”. Sumado a este hecho, el campesino, un hombre de edad avanzada, recalca que su hijo no era ningún subversivo como afirman todas las versiones oficiales acerca de las víctimas que cayeron en el operativo.

Francisco, culmina su declaración evidenciando la crisis humanitaria por la que viven día tras día quienes habitan en el departamento: “Ahorita todas las personas viven aterrorizadas, se comenta que la tropa va adelante, atrás van los otros y la guerrilla por el otro lado, ellos se pelean entre ellos, pero el ejército se pelea entre una y otra guerrilla y atrás queda el civil. Al que no lo matan lo corren, eso es un desastre total, ya la mayoría de fincas están solas, y el que se queda vive escondido y aterrado, y la esperanza era que la fuerza pública solucionara y si ve la solución, si no lo mata a uno la guerrilla lo mata la fuerza pública”.

Militarización sin soluciones

Tres días antes de los hechos de Puerto Rondón, se conocería también el asesinato de Yonny Isail Fernández Rojas, quien fue asesinado por hombres armados en medio del sepelio de una profesora de Arauquita. El hecho se dio delante de menores de edad, estudiantes del colegio y de su madre, Elsa Rojas de Fernández, presidente de la Unión Patriótica del departamento de Arauca quien además fue también alcaldesa de Arauquita y representante a la Cámara.

La situación de extrema violencia en la región se compagina con las denuncias de la fundación Joel Sierra, quienes recibirían un atentado con un carro bomba en enero de este año y ya denunciaron más de siete asesinatos en el transcurso del mes de abril; sus declaraciones rechazan la continua militarización y profundización del conflicto en el departamento:

“Constituyen el marco de una crisis humanitaria la falta de acceso a la justicia, la verdad y el esclarecimiento de los hechos, mientras que, por parte del Estado colombiano, solo se incrementa la militarización en aplicación de su propuesta de zonas futuro, para garantizar los intereses del mundo imperial de saqueo de los bienes de la naturaleza y sus pretensiones injerencistas e intervencionistas, hacia la hermana República Bolivariana de Venezuela”.

Frente a la situación de extrema violencia en el departamento también se pronunció ONU Derechos Humanos Colombia en su cuenta de Twitter: “Realizamos seguimiento a la situación de DDHH en los municipios de Tame, Fortul, Saravena y Arauquita. Hacemos un llamado a las entidades a atender de manera efectiva las alertas tempranas 026 de 2018 y 029 de 2019 y a proteger a defensores y defensoras de DDHH”.

A pesar de los múltiples llamados de organizaciones de derechos humanos de conseguir un cese a las hostilidades donde la población civil se encuentra en medio de un fuego cruzado, el Ministerio de Defensa y el Ejército se siguen mostrando victoriosos en lo que llaman “Plan de Estabilización de Arauca”, a pesar de la ola de sangre que se mantiene en la región.

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